Monitoreo constante en Iztapalapa

Impulsan el Observatorio Interactivo de Hundimiento y Fracturamiento del suelo

Proyecto con asesoría universitaria que abarca además la difusión de la ciencia, arte y enseñanza

Un observatorio que revisa constantemente las deformaciones en el suelo de la alcaldía Iztapalapa y que fue armado con asesoría de Dora Celia Carreón Freire, investigadora del Centro de Geociencias (CGEO) de la UNAM, abrió recientemente sus puertas para, además, difundir entre la población el tipo de terreno sobre el que habitan.

Se trata del Observatorio Interactivo de Hundimiento y Fracturamiento (OIHFRA), proyecto que permitió la recuperación de un terreno baldío donde estuvieron antes dos escuelas que con el tiempo fueron destruidas por grietas y debido a los sismos de 1985 y 2017 quedaron abandonadas, por lo que hoy han sido transformadas en un centro de monitoreo, difusión de ciencia, arte y enseñanza.

Carreón Freire destacó: “La idea es hacer aquí una estación integral de monitoreo. Ahora se tiene la aportación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología como recurso semilla, pero la idea es que siga creciendo y, además de los sensores de deformación, que podamos establecer a nivel de superficie y a profundidad, y del sistema de nivel piezométrico, también queremos meter sensores para una estación pluviométrica, y un acelerómetro para tener una estación de monitoreo integral en el sitio tan especial, en una de las zonas más deformadas del país”.

En beneficio de la sociedad

Durante el Segundo Foro Nacional de Geociencias. Subsidencia del Terreno: Hacia una Visión Integral, organizado por el CGEO, fue presentado el OIHFRA, ubicado en San Sebastián Tecoloxtitlán, Iztapalapa, que realiza ya una labor de difusión del fenómeno de fracturamiento en el área.

Raúl Iván Gutiérrez Calderón, subdirector del Centro de Evaluación de Riesgos de la Dirección General de Obras y Desarrollo Urbano en la alcaldía Iztapalapa, fue quien expuso el proyecto y resaltó que el observatorio ha permitido concretar e implementar el conocimiento que se ha generado de subsidencia en la zona y aplicarlo en beneficio de la sociedad.

Puntualizó que el OIHFRA forma parte del programa Utopías o unidades de transformación social, para realizar diversas actividades y tienen una importante parte científica que tendrá un gran impacto social. Además pretende hacer visible los procesos de interacción entre el comportamiento de los materiales del subsuelo y los habitantes de Iztapalapa, mostrando los procesos de adaptación al espacio afectado por el hundimiento y el agrietamiento.

Gutiérrez Calderón señaló: “Es un espacio donde pretendemos hacer visible los procesos de interacción entre la sociedad y el subsuelo, la afectación que estas condiciones asignan a las comunidades de Iztapalapa (son varias las que están sometidas a un proceso similar) y buscamos esa interacción, además de un espacio de difusión y adaptación a un fenómeno que podamos combatir directamente”.

Ubicado en San Sebastián Tecoloxtitlán. Foto: Víctor Hugo Sánchez.

En el Atlas de Riesgos de la Ciudad de México, agregó, es posible visualizar que el pueblo originario de Tecoloxtitlán, cuyo nombre refiere que era un espacio habitado por búhos, es centro de un enjambre de fracturamientos del suelo en la zona.

“La trayectoria de las grietas muestran un patrón semicircular en la parte norte del predio donde la teoría indica que los basaltos a 44 metros de profundidad se han dislocado. Están sobre suelos arcillosos y al dislocarse han propagado sus deformaciones hacia la parte de arriba”, detalló.

En la alcaldía se está utilizando un método de disipación de las grietas, diseñado por el Instituto de Ingeniería de la UNAM, y esto se ha aplicado también en el predio, donde se han colocado unos 15 bancos de medición de niveles topográficos.

En el sitio abierto al público, dijo, se cuenta con una ventana geológica que no es otra cosa que un corte expuesto que muestra cómo se visualiza una grieta en su estado natural y otra con su cajón disipador, labor que refleja el trabajo de “nivelación” de fracturas con un método diseñado por especialistas del Instituto de Ingeniería.

“Además en la construcción se han empleado materiales de reciclaje, que tras ser demolida la escuela se usó en forma de bloques o cascajo reutilizando el material, lo que implica un punto geológico.”

Actualmente, el observatorio además de las labores de divulgación realiza también ya mediciones del nivel piezométrico y se diseña la parte de monitoreo del suelo profundo que permitirá determinar cuál de los estratos es la que aporta mayor deformación a la superficie y qué es posible realizar.

El encuentro también fue organizado por expertos de la Facultad de Ciencias, el Instituto de Geología, el Seminario Universitario de Riesgos Socioambientales, el Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Querétaro y la Unesco Land Subsidence International Iniciative.

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