Inflación, un fenómeno global por la pandemia…

Eventos como los cierres y la ruptura de cadenas productivas causaron que los precios aumenten; dos especialistas de la Universidad concuerdan en que hay poco que hacer localmente

Lo que ocurre en mercados es que la gente deja de consumir los bienes de lujo y va por los indispensables.

La inflación en México se colocó el 14 de diciembre arriba de 7 por ciento, un número que no se había visto en 20 años. Dos especialistas de la UNAM concuerdan que ha sido ocasionada por factores globales, como la escasez de insumos derivada por la ruptura de cadenas de producción y distribución por la pandemia, además de ser un fenómeno inherente a la recuperación económica.


Violeta Rodríguez del Villar. “En los periodos de recuperación económica se espera que la inflación aumente más allá de lo que se tiene previsto, y se asocia todo aumento de la producción al incremento de los precios –comenta la investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas–. Lo anterior se encuentra dentro de la normalidad, dado que en los dos años anteriores tuvimos una de las caídas de producción más fuertes que recordamos, lo cual se empieza a revertir, por lo que es lógico que se eleven los precios.”

Para la especialista, la inflación que se ve en México arrastra las limitantes de producción mundial. “Esto se debe a que la pandemia fue global y afectó a la mayoría de las economías. Todo está influyendo para que aumenten los precios; sin embargo, no está en un nivel en el que tenga que ser controlada de una manera extraordinaria, principalmente por la autoridad monetaria”.

Y explica: “Los precios en México están cada vez más vinculados con los precios internacionales, lo cual es una consecuencia estructural y de largo plazo de la globalización y de la apertura que ha tenido la economía mexicana. Muchos productos vienen del exterior y gran parte de las cadenas comerciales son mundiales. Estos distribuidores determinan sus precios considerando sus mercados internacionales, y como venden en nuestro país y son parte de la canasta de consumo de los mexicanos, tienen una fuerte influencia en la inflación doméstica, además de que en el contexto de la pandemia y de recuperación de la producción, en la pospandemia, se acentúa este hecho”.

¿Controlar o no controlar?

“Es muy difícil que se controle a través de mecanismos monetarios, habría poca influencia. Una respuesta exagerada generaría un descontrol aún mayor, porque tiene efectos en variables muy importantes como es el tipo de cambio o la entrada de capitales. Elevar demasiado la tasa de interés doméstica implicaría traer capitales volátiles y podría tener un costo mayor a largo plazo y ser más pernicioso que el control que se lograría”, apunta Rodríguez del Villar.

“Las intervenciones que debe hacer Banxico cuando hay una inflación superior a la pronosticada deberían ocurrir cuando la economía se está sobrecalentando, cuando hay una recuperación muy importante de la producción y del empleo. En este caso no, porque estamos saliendo del bache; entonces no se justifica un aumento importante de la restricción monetaria”, agrega.

Para ella no se ve en el corto plazo una mayor espiral inflacionaria. “Por lo menos en uno o dos años no se recuperará del todo la economía, y menos si sigue intermitente la necesidad de hacer paros. Nosotros ya regresamos a una nueva normalidad, pero en otros países hay paros, hay nuevas olas de contagio. Así será difícil que se recuperen muy rápido los niveles de empleo y producción. Para que tengamos una espiral inflacionaria se requiere un nivel de empleo fuerte y que los trabajadores tengan el poder de negociación de sus salarios.

Las recomendaciones

“Lo que las empresas pueden hacer es tener un comportamiento consciente en cuanto a su política de precios. Al menos las nacionales deben saber que, en un contexto de esta naturaleza, si buscan incrementar su margen de ganancia, al mismo tiempo reducen la demanda, y esto pone en peligro su viabilidad a largo plazo.

“Las empresas nacionales que quizá no experimentan el impacto de los precios externos, más las que producen bienes y usan insumos domésticos, pueden aprovechar la coyuntura para aumentar su participación de mercado, ser muy competitivos debido a que no se ven afectados por el incremento de costos externos. Tienen que estar conscientes que la pandemia no ha terminado y se tienen que preparar para eso.”

¿Y la gente?

“Nuestros gastos no indispensables se van a afectar, los veremos restringidos, es lo que va a ocurrir. Ese efecto lo que ocasiona es que la recuperación sea más lenta. Lo que ocurre en mercados es que la gente deja de consumir los bienes de lujo y va por los indispensables, lo que tiene un impacto en el empleo y la producción de esos bienes de lujo. La única forma en la que nos podemos proteger es redistribuyendo nuestro gasto. Una estrategia en épocas de inflación es tratar de proteger nuestros ingresos comprando bienes duraderos, como bienes raíces, menajes de casa. El dinero en las manos deteriora su valor todos los días, lo que significa que con el mismo monto de dinero cada vez podremos comprar menos.”


José Manuel Márquez Estrada. “No se esperaba una subida tan alta”, opina José Manuel Márquez, especialista del Instituto de Investigaciones Económicas y académico de la Facultad de Economía. “Hay una parte importante relacionada con el sector externo, sobre todo tiene que ver con la subida de varios productos, como los energéticos, el gas, los combustibles, las subidas en mercancías que se usan para la producción”.

El especialista señala: “México tiene gran dependencia con Estados Unidos, incluyendo la parte de precios. Otro componente es que las economías desarrolladas tienen una inflación por encima de 5 y 6 por ciento, lo que causa una subida en nuestro país, dados los estímulos fiscales y en efectivo que se dan en Estados Unidos y en otras partes del mundo. Ha habido presión a comprar más productos, bienes de consumo, bienes duraderos, lo cual resulta en más demanda. Por otro lado, tenemos problemas de abastecimiento de productos clave en las cadenas productivas, que han hecho que la oferta vaya a la baja. Estos dos efectos del alza en la demanda de bienes y la baja de oferta han hecho que suban los precios. Se espera que la situación de los contenedores se normalice quizá a mediados del año que viene, pero por el momento el problema persiste y seguirá en aumento la inflación.”

El precio de los energéticos

“Ha habido un control del precio de los energéticos, lo cual influyó en que no se disparara tanto el costo del gas. El gobierno apuesta por esas estrategias, asegurar un precio relativamente no tan volátil, pero se van a quedar hasta allí, porque pesan más los factores externos. La reactivación económica es un componente importante, ya que por la pandemia hubo poca movilidad, y de pronto ésta aumentó, con lo que la demanda de energéticos también se incrementó de golpe, lo que trajo una subida en los precios de éstos, con un tope por allí de octubre, donde los precios fueron muy altos. Ahora están estabilizados y van a la baja. No creo que vayan a volver a subir, la tendencia es a la baja, porque ya hubo esta descompensación. La demanda fue muy rápida porque hubo más producción. El rebote que hubo en la economía ya se apaciguó, no se prevé que haya aumentos, sino disminución en precios de los energéticos; es lo más probable.”

Incremento a los salarios

“La otra buena noticia es el salario mínimo. Es un componente que ayudará a las personas de más bajos recursos, pues aunque haya inflación –que esperamos sea de 7.5 por ciento– con 22 por ciento habrá un aumento real de 15 puntos porcentuales. Es buena noticia para los hogares de más bajos recursos, ya que a pesar de la inflación tendrán mejores capacidades económicas. Y esta subida va a jalar algunos otros salarios, sobre todo quienes tienen más responsabilidad van a demandar ganar mejor. Creo que esto dará mayor capacidad adquisitiva.”

Lo que se puede hacer

“En el corto plazo no hay mucho que los empresarios puedan hacer”, considera Márquez Estrada, pues ha habido un aumento en las mercancías de producción; esto no se puede cambiar, lo que puede pasar es que se sustituya la producción de insumos, que en lugar de importarlos se produzcan aquí, aunque eso lleva tiempo. Es complicado que puedan hacer algo.

“Del lado del gobierno podría haber estímulos fiscales, bajar algunos impuestos, tal vez subsidiar algunos productos, como los energéticos. Para inicios de 2022 viene la famosa cuesta de enero, y en estas fechas hay que pagar impuestos, y quizá se podría colaborar con los hogares haciendo rebajas en los impuestos, aunque se ve difícil, porque se requiere dinero para que el gobierno haga sus tareas.”

A nivel personal, Márquez Estrada recomienda que la gente no se endeude, pues se elevarán las tasas de interés, y que si no hay un gasto necesario, que requiera una inversión importante, mejor que no se haga. “No se endeuden porque van a subir las tasas de interés.

“Banxico podría subir las tasas de interés como lo ha planteado, pero eso no ayudará mucho a que la inflación se detenga y puede perjudicar la recuperación, porque las inversiones se pueden detener un poco. Es una polémica entre economistas. Necesitan tomar una decisión que no sea drástica para no desincentivar el crecimiento de la economía. Más que regirnos por dogmas, debemos regirnos por situación con datos reales”, termina.

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