Insuficiente, la inversión para conservar el agua

Otros problemas asociados al recurso hídrico: contaminación, desigualdad en su distribución, falta de ordenamiento, así como sobreexplotación, afirman especialistas del IIEc

Las principales problemáticas asociadas al uso del agua potable son contaminación, desigualdad en su distribución, falta de ordenamiento y sobreexplotación. Sin duda, el norte del país es una de las regiones más afectadas, como ocurrió en Monterrey, por ejemplo, consideraron las expertas del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), Véronique Sophie Ávila Foucat, Argelia Salinas Ontiveros y Jimena Navarro Guevara.

Al participar en la mesa redonda Escasez de agua en México: análisis y propuestas ante la crisis hídrica y la inequidad, organizada por el IIEc, las académicas universitarias apuntaron que la inversión pública en la conservación del recurso hídrico, en general, no representa el equivalente a la remediación o a la inversión requerida para continuar gozando de éste; hay un déficit de inversión pública en este tema.

Argelia Salinas señaló que la crisis hídrica es un problema que se ha agudizado en la nación y, junto con el cambio climático, ha profundizado los problemas de la agricultura en el mundo, en particular la seguridad alimentaria en países de menor desarrollo como es el caso de México, donde productores de granos básicos, como el maíz, son altamente vulnerables a las variaciones en el clima planetario.

Resaltó que el incremento en la temperatura global no permitirá que se siga contando con alimentos, “el problema es qué comeremos en el mediano y largo plazos porque todo lo que consumimos lo obtenemos a partir del agua y de los suelos”.

Expuso que la erosión afecta al país en general; ante ello, urge una política mucho más centrada en la solución de estos problemas que son determinantes en la producción y abasto de alimentos. A pesar de que somos una nación con una enorme diversidad, tenemos esta dificultad relacionada con el suministro de alimentos y, sobre todo, con el recurso hídrico que es básico para producirlos, ya sea de temporal o de riego.

Disponibilidad

Véronique Sophie Ávila, por su parte, dijo que la disponibilidad de agua dulce en México es del orden de 451 mil millones de metros cúbicos, cuyo mayor uso es en el sector agropecuario, aunque el empleo público urbano también es bastante importante. No obstante, hay una deficiencia considerable en cuanto al número de plantas de tratamiento de aguas residuales.

Sostuvo que la recaudación por cobro de agua por regiones hidrológicas administrativas indica, sin duda, que gran parte es subsidiada, no representa el costo real de la conservación del recurso hídrico o la remediación de lo que implican las descargas de cada una de las actividades económicas que requieren el uso hídrico para seguir disponiendo de este recurso, es decir, existe un déficit de inversión pública en este tema.

Además, Ángel Merlo y Pierre Mokondoko Delgadillo, colaboradores de la investigadora del IIEc, presentaron algunos resultados de un proyecto internacional financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y la Agencia Francesa de Investigación, el cual tuvo diversos puntos de estudio en México, en particular en la cuenca Copalita, en Huatulco, Oaxaca; Francia y Colombia.

Como parte de ello, ambos investigadores indicaron que Copalita, a pesar de contar con una alta disponibilidad hídrica, registra un consumo diferenciado de agua en algunas zonas, además de la falta de infraestructura, el registro de huracanes y terremotos que impactan a la región, lo que vislumbra una tendencia hacia una menor disponibilidad de agua a futuro.

Consideraron que en los últimos 30 años, los cambios en las precipitaciones y temperaturas registrados han afectado la provisión de servicios ecosistémicos en Copalita y la producción de café en la zona. De acuerdo al análisis, para 2039 se esperaría un incremento de temperatura de hasta tres grados centígrados y reducción de hasta 20 por ciento (600 mililitros) en las precipitaciones; además de una disminución de agua superficial de entre nueve por ciento y hasta 24 por ciento, así como una baja de 20 por ciento en la capacidad de la vegetación para retener sedimentos.

El caso de Monterrey

Por su parte, Jimena Navarro Guevara aseveró que México exporta productos cuya elaboración requieren un exceso de uso de agua, como la producción de refrescos y cervezas, por ejemplo, en el caso de Monterrey se elaboran, en particular, en un territorio árido como Nuevo León, donde la población requiere ese recurso hídrico para subsistir.

Recordó que esa entidad es la segunda ciudad más importante en términos económicos del país, tan sólo Nuevo León aportó 7.8 por ciento del Producto Interno Bruto nacional en 2021; es un estado importante en términos de su producción industrial, pues alberga diversas empresas nacionales y transnacionales.

Finalmente, indicó que si bien son necesarias las acciones propuestas por el gobierno para garantizar el abasto de agua en Monterrey, esas medidas se centran en el aumento de oferta y construcción de infraestructura, sin dejar de lado el paradigma extractivista, por lo que sería necesario hacer planteamientos más integrales.

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