Dos hombres son baleados, supuestamente por un francotirador, en las inmediaciones de la Vocacional 7, en TlateIolco; uno de ellos muere en la Cruz Roja.
En la Cámara de Diputados se presenta un documento que afirma que “las medidas tomadas por el Ejecutivo federal para garantizar la paz de México corresponden a la magnitud de los acontecimientos y a la gravedad de las circunstancias”.
Y añade: “El conflicto estudiantil, agravado en estas últimas semanas por elementos provocadores, incluso del extranjero, encubrió una serie de instigaciones que no tiene otro fin que minar el prestigio del país y exhibirnos, precisamente en estos momentos y ante el mundo, como incapaces de mantener la paz y, consecuentemente, el orden y la armonía entre los mexicanos”.
Finalmente pone énfasis en el imperativo de mantener la unidad nacional “para la defensa de las instituciones y el progreso de nuestra patria”.
Al concedérsele la palabra para fundamentar la declaración leída, el diputado priísta Víctor Manzanilla Schaffer dice: “Preferimos ver los tanques de nuestro Ejército salvaguardando nuestras instituciones que los tanques extranjeros cuidando sus intereses”.
En favor del documento se manifiestan todos los diputados del PRI y del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) y, en contra, los diputados del PAN y del Partido Popular Socialista (PPS).
En su columna “Opinión…”, publicada en el diario El Universal, José A. Pérez Stuart escribe: “Ningún ciudadano mexicano, holandés, brasileño, argentino, italiano, etcétera, se atrevería a afirmar que el gobierno de su país es perfecto. En este mundo no hay un solo gobierno perfecto. Pero es preferible tener un gobierno –con errores–, que va superándose cada día democrática, económica, social, cultural y moralmente, a estar bajo la dictadura comunista. La mafia de marxistaleninistas que tratan de llevar a nuestra Patria al caos, al desorden, a la anarquía, cuya finalidad es la implantación de un régimen totalitario, al fin se ha descubierto y ya desde los últimos sucesos de Tlatelolco es repudiada”.
A pesar del miedo reinante, grupos de estudiantes realizan mítines relámpago en diversos puntos del Distrito Federal, en los que señalan que los detenidos el 2 de octubre son presos políticos.
Como respuesta a la matanza en la Plaza de las Tres Culturas, el poeta Octavio Paz, embajador de México en la India, renuncia a su cargo diplomático.
En una carta, de tres cuartillas, que escribe a máquina –y envía a Antonio Carrillo Flores, secretario de Relaciones Exteriores– se lee: “Ante los acontecimientos últimos, he tenido que preguntarme si podía seguir sirviendo con lealtad y sin reservas mentales al gobierno. Mi respuesta es la petición que ahora hago: le ruego que se sirva ponerme en disponibilidad, tal como señala la Ley del Servicio Exterior Mexicano. Procuraré evitar toda declaración pública mientras permanezca en territorio indio. No quisiera decir aquí, en donde he representado a mi país por más de seis años, lo que no tendré empacho en decir en México: no estoy de acuerdo en absoluto con los métodos empleados para resolver (en realidad: reprimir) las demandas y problemas que ha planteado nuestra juventud”.
En Londres, un centenar de estudiantes marcha hacia la embajada mexicana y entrega una carta a los funcionarios en la que protestan por la masacre de Tlatelolco. En Ámsterdam, una veintena ocupa el consulado mexicano y ondea una bandera roja. En París hay manifestaciones en protesta contra la reforma universitaria y en solidaridad con los estudiantes mexicanos. En Managua, universitarios apedrean la embajada mexicana y arrancan el escudo del edificio.
CNH anuncia: no más marchas o mítines
A la 1:45 horas se registra un corto circuito en una de las atarjeas del Centro, seguido de seis explosiones subterráneas que dejan sin luz, durante seis horas, el primer cuadro de la ciudad.
El general Lázaro Cárdenas, ex presidente del país, asegura que “elementos antinacionales y extranjeros que responden a intereses ajenos, bien caracterizados por sus métodos de infiltración y de descomposición, en momentos que consideran propicios emplean las armas y el terror con vista a la desintegración nacional, aprovechando conflictos internos que sólo a los mexicanos corresponde solucionar”.
Y agrega: “La única defensa eficaz contra esas acechanzas y los actos sangrientos reside en redoblar el esfuerzo por entenderse bajo una mutua disposición de llegar a un arreglo satisfactorio dentro de un espíritu razonable”.
En una conferencia de prensa, en el Auditorio del Centro Médico Universitario, en CU, César Tirado, Marcelino Perelló, Roberto Escudero y José Nazar, representantes del Consejo Nacional de Huelga, indican que la matanza de Tlatelolco fue provocada por una de las facciones gubernamentales en pugna, que mediante grupos de choque muy bien armados ametralló al Ejército y al pueblo, lo cual originó que, a su vez, la tropa respondiera el fuego no sólo contra los francotiradores, sino también contra la multitud.
También informan que todos los presos políticos del país se lanzarán a una huelga de hambre para apoyar los seis puntos del pliego petitorio, que se efectuarán asambleas generales en CU y Zacatenco para que los estudiantes decidan si regresan o no a clases, y que el CNH ratifica su propósito de seguir en la lucha. Por último piden suprimir cualquier acto de masas en las calles, como manifestaciones y mítines, y subrayan que su propósito es seguir en la lucha, “sin salirse de los cauces de la Constitución”.
En el Campo Militar Número Uno, el líder estudiantil Sócrates Amado Campos Lemus revela los nombres de muchos integrantes del CNH y señala a los políticos Carlos A. Madrazo, Braulio Maldonado y Humberto Romero, y a los intelectuales Elena Garro, Víctor L. Urquidi, Eli de Gortari y Heberto Castillo como financiadores e instigadores del movimiento estudiantil. Además, habla de la presencia de columnas armadas estudiantiles en el mitin del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco.
La Procuraduría General de la República anuncia que fueron liberadas 755 personas entre la noche de ayer y la madrugada de hoy: 582 de la Penitenciaría de Santa Marta Acatitla y 173 de la Cárcel Preventiva de la Ciudad de México.
Políticos e intelectuales se desmarcan del movimiento
Ayax Segura Garrido, estudiante detenido de la Escuela Normal Oral e integrante del CNH, declara que el ala radical del movimiento estudiantil tenía como objetivo derrocar al gobierno.
Los políticos Carlos A. Madrazo, Braulio Maldonado y Humberto Romero rechazan tener relación con los representantes del CNH, conocer a Campos Lemus y haber participado en el movimiento estudiantil.
Ante reporteros y fotógrafos de varios medios de comunicación, la escritora Elena Garro llama en repetidas ocasiones a la Dirección Federal de Seguridad para “ser detenida y fusilada” si se le prueba que ella ha formado parte del grupo intelectual “que intenta derrocar al gobierno”.
Por su parte, en una carta dirigida a Excélsior, Víctor L. Urquidi, presidente de El Colegio de México, manifiesta que es “total y absolutamente falso” que haya apoyado al CNH.
En un manifiesto “Al Pueblo de México”, publicado en El Día, el CNH declara: “El saldo de la masacre de Tlatelolco aún no acaba. Hasta el momento han muerto cerca de 100 personas, de las cuales sólo se sabe de las recogidas en el momento; los heridos se cuentan por miles…”
Durante una asamblea “de orientación obrera sobre el conflicto estudiantil”, miembros de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) señalan que el movimiento estudiantil es esencialmente subversivo-comunista y está orientado a crear condiciones similares a las que privan en países como China y Cuba, entre otros; y piden a sus agremiados mantener la unidad para luchar contra la agresión.
Más jóvenes detenidos acusados de violencia
Tanto en CU como en Zacatenco no se alcanza la mayoría para integrar las asambleas estudiantiles que tratarían lo relativo al regreso a clases o la continuación del paro. El CNH acuerda no hacer reuniones estudiantiles fuera de los recintos escolares.
Nueve jóvenes son detenidos: a cinco se les acusa de secuestrar un camión de pasajeros y a cuatro de incendiar un tranvía con una bomba molotov.
