Exposición en Casa del Lago

Inventario, celebración centenaria de Arreola

Libros, cartas, fotos, tableros de ajedrez y raquetas del escritor

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Hablo para pensar”, “El ajedrez es el único juego imposible”. Entre éstas y otras frases, libros, cartas, fotos, figurillas y hasta raquetas de ping-pong y tableros de ajedrez está conformada la exposición Inventario. Breve taxonomía anecdótica de Juan José Arreola, que se presenta hasta el 1 de julio en la sala 3 de Casa del Lago.

En el contexto del primer centenario del nacimiento de su fundador, Casa del Lago montó la exhibición para que las nuevas generaciones conozcan y se acerquen a una de las figuras más importantes de la literatura mexicana del siglo XX, cuya excéntrica y generosa personalidad, afirmó el curador Víctor Palacios, es recordada por familiares, colegas, alumnos y lectores.

“La muestra es sobre el personaje. Arreola fue, como todos sabemos, un personaje en la extensión más amplia del término. Más allá de, evidentemente, un gran escritor. (Aquí) intentamos hacer una especie de archivo estocástico en donde se van hilvanando algunos objetos, fotos y documentos, con anécdotas, tanto contadas por él como de cercanos”, explicó.

Con la asesoría y colaboración de Alonso Arreola (uno de sus nietos), así como del novelista michoacano Homero Ardijis y la poeta Elsa Cross, entre otros, Casa del Lago hace el homenaje para seguir dando a conocer al artista mexicano.

La exposición logra condensar la esencia de este excepcional personaje. El espectador puede detenerse en las anécdotas sobre Arreola y su afición por las raquetas o la bicicleta, así como su amor por la carpintería; leer los relatos de colegas que lo retratan como un hombre perfeccionista, buen editor y declamador, pulcro con el uso de la palabra y meticuloso, así como hiperactivo, ansioso, melancólico y hasta apasionado por las mujeres, son algunas de las novedades que se pueden encontrar.

Documental

También se proyecta un documental sobre su vida y otro video donde lee poesía en voz alta, hay dispositivos electrónicos para escuchar el histórico encuentro con el escritor argentino José Luis Borges, hay un tablero de ajedrez para jugar y algunos de sus libros, como Confabulario, Bestiario y La Migala, están disponibles al público para su lectura.

“Arreola trabajaba la literatura tan bien como un artesano –decía Cross–. Él venía de toda una familia de artesanos, de carpinteros, de panaderos, de zapateros. Lo traía de familia y, cuando decide dedicarse al teatro y la literatura, lo hace con ese mismo espíritu de trabajar una y otra vez las cosas hasta que queden bien. (Además) era un hombre que nunca podía dejar de hablar”, destacó Palacios.

Entre las anécdotas más especiales de Arreola en Casa del Lago llaman la atención dos: que siempre jugaba ajedrez y que aprovechaba su cercanía con el zoológico para caminar y visitar a los animales. Inspirado en ellos, de hecho, fue que escribió Bestiario. Cuentan, aunque sólo son cuentos, como los suyos, que su alumno José Emilio Pacheco lo obligó a que le dictara los textos para cumplir con los tiempos de entrega exigidos por la editorial, pues él simplemente era tan inquieto que no podía sentarse a escribir.

“Él también fue un gran maestro durante muchos años y se le recuerda con mucho afecto por su generosidad (…) Es una exhibición que no se mete a analizar críticamente su legado literario. Hay libros de consulta y referencias bibliográficas, pero no es para estudiar su trabajo”, resumió Palacios.

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