Investigación de fondo en altamar

Con nuevos equipos, un diagnóstico detallado de la infraestructura vigente e inversiones económicas para mantenimiento y modernización continuarán apoyando investigaciones de vanguardia en altamar

Los buques oceanográficos de la UNAM continuarán operando en las mejores condiciones por lo menos una década más, si en los próximos dos o tres años se les da el mantenimiento adecuado, señaló Ligia Pérez Cruz, coordinadora de Plataformas Oceanográficas de la UNAM.

“Estos buques fueron diseñados hace 37 años, por lo que tienen limitaciones en el crecimiento de infraestructura nueva. Los modernizaremos hasta donde sea posible, pero los estudios oceanográficos de geofísica marina cada vez requieren de equipos mucho más sofisticados. Creo que es el momento adecuado para empezar a planear la adquisición de nuevas embarcaciones específicas, de acuerdo con los objetivos de las investigaciones futuras en ciencias marinas en el ámbito nacional”, sugirió.

En una reunión de evaluación y prospectiva de los buques, encabezada por William Lee Alardín, coordinador de la Investigación Científica, éste señaló que, con base en un diagnóstico, se está dando mantenimiento integral a los buques y a su equipo y se dotará a El Puma y Justo Sierra de aditamentos adicionales para la investigación.

Respecto a la prospectiva, Lee señaló en la sala de consejo de la Coordinación de la Investigación Científica que se busca renovar la infraestructura de operación e investigación en los buques, tener una comunicación más amplia con la comunidad de usuarios y responder de manera más eficiente a las solicitudes de éstos.

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“Queremos proponer programas estratégicos en colaboración con la comunidad no sólo de la Universidad, sino además de otras instituciones que intervienen en los buques, y hacer levantamientos, búsquedas, convenios en temas estratégicos que se consideren prioritarios en temas como energía y cambio climático, y otros a definir por la propia comunidad.”

Una vez armado un plan de este tipo, continuó, podemos pensar en qué clase de embarcaciones se necesitan y qué renovaciones se tienen que efectuar para los próximos 40 años.

Por lo pronto, durante 2019 se respetarán todas las campañas oceanográficas de investigación de acuerdo con el calendario, señalaron los funcionarios.

“En 2006 hubo una inyección de equipo, que vino de fondos externos. Respecto al mantenimiento que se está dando, hace como dos décadas que no se hacía un diagnóstico e inversión como la actual, desde inicios del año 2000”, comentó Pérez Cruz.

La reunión tuvo como invitado al exrector Guillermo Soberón Acevedo, en cuya administración se adquirieron los dos buques, en 1980 El Puma y en 1982 el Justo Sierra.

En el Pacífico, a bordo de El Puma, se realizan proyectos vinculados con la productividad y el afloramiento de algas nocivas para la salud de la gente de la costa, entre otros. En el Golfo de México, en el buque Justo Sierra, se hacen trabajos con un fuerte impacto social; uno de ellos se relaciona con la exploración de hidrocarburos.

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Algunas investigaciones

Los buques oceanográficos hacen estudios de vanguardia en ambos litorales del país.

En el Pacífico mexicano está efectuando actualmente una campaña relacionada con la Brecha Sísmica de Guerrero, cuyo responsable es Víctor Cruz Atienza, del Instituto de Geofísica. Es un consorcio internacional en el que participa también Japón y donde están instalados es en parte de la brecha sísmica para monitorear los temblores con una serie de equipos de alto costo.

También en el Pacífico, a bordo de El Puma, se realizan proyectos vinculados con la productividad y el afloramiento de algas nocivas para la salud de la gente de la costa, explicó Pérez Cruz.

En el Golfo de México, en el buque Justo Sierra, se hacen trabajos con un fuerte impacto social. Uno se relaciona con el apoyo a la Secretaría de Energía (a la parte de exploración de hidrocarburos). Varios proyectos ven cómo están las condiciones actuales en el ecosistema por si ocurriera un derrame petrolero, poder evaluar y ver cuál es el daño.

Otros están relacionados con la instalación de estructuras petroleras en aguas profundas, para lo cual se requiere conocer las condiciones meteorológicas y oceanográficas.

Un estudio muy relevante está vinculado con la evolución del Golfo de México y el impacto de un asteroide en Chicxulub hace 66 millones de años. “Es un evento en la historia de la Tierra que cambió al planeta”, resumió.

Para apoyo a la investigación, la Coordinación de Plataformas Oceanográficas hará el proyecto de generación de datos de dióxido de carbono disuelto en el agua, para generar las bases de datos disponibles en el portal web para los científicos que realizan investigación sobre cambio climático.

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