La divulgación de la ciencia en México es de buena calidad y competitiva con otras naciones, pero insuficiente para la gran población del país. Aunque ha mejorado en los últimos años, aún somos muy pocos en este campo, afirmó Julia Tagüeña Parga, investigadora del Instituto de Energías Renovables.
Por su trayectoria de 50 años en este ámbito y su notable labor en desarrollar, profesionalizar y promover la comunicación pública de la ciencia en México, la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica, AC (Somedicyt), junto con la UNAM, por medio de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) y el Instituto de Física (IF), le otorgaron a Tagüeña el Premio Nacional de Divulgación de la Ciencia Alejandra Jaidar 2020. Decidió donar el monto del galardón para una beca o estímulo.
“Estoy muy contenta, es una distinción muy importante que me llena de satisfacción y de alegría, sobre todo porque es un reconocimiento de mi comunidad, de mis pares y colegas. El que lleve el nombre de Alejandra Jaidar, quien fue la primera física mexicana, hace al premio más personal y cercano, así como el que lo otorguen la Somedicyt, la DGDC y el IF de la UNAM”, expresó.
Buena calidad, escasa cantidad
Tagüeña señaló que la divulgación de la ciencia en México está a nivel del resto del mundo, pues los museos son muy buenos y los posgrados en el área muy competitivos. “Hay presencia en toda la nación, Somedicyt tiene membresía en toda la República y la UNAM ha desempeñado un rol de liderazgo en este sentido. Yo diría que la divulgación de la ciencia en México es de buena calidad, tiene nivel internacional, pero no es suficiente, pues no está llegando a toda la sociedad como debiera”.
Destacó que el número de divulgadores de la ciencia tiene que crecer y encontrar mecanismos de participación con comunidades más alejadas, donde no han llegado los programas de comunicación pública al respecto.
Aunque no es exactamente lo mismo que la divulgación de la ciencia, Tagüeña resaltó la labor del periodismo especializado, que tiene un papel muy significativo en la llegada de mensajes a la colectividad y ha aumentado la presencia de esos temas en los medios de comunicación.
“Los medios llegan a veces más a la sociedad que otro tipo de programas, e Internet se ha vuelto un camino fundamental de divulgación de la ciencia.”
Dijo que la presencia de asuntos científicos ha aumentado, pero todavía falta. “Me gustaría que todos los periódicos tuvieran una sección de ciencia, que siempre hubiera un comentario científico unido a otras decisiones, porque el sueño es que se tomen determinaciones a partir de hechos”.
Una actividad útil de comunicación pública serían las reuniones de consenso, en las que se unen divulgadores, tomadores de decisiones, periodistas y sociedad en general para discutir juntos un tema. “Permiten llegar a acuerdos consensuados basados en ciencia”, apuntó.
La universitaria consideró esencial que la comunicación pública participe como asesora en las labores legislativas. “Hay muchas leyes que tienen que ver con datos duros científicos, y los divulgadores pueden hacer notas específicas para los legisladores, como sucede en otras partes del mundo”.
La pandemia ha puesto estas cuestiones al día, pues la gente quiere leer notas técnicas, pero accesibles. “Hoy, ante lo que estamos viviendo, más que nunca la labor del divulgador debe llegar más lejos”, concluyó.