La ciencia no puede ser la única guía: Ramón Ramos

Foto: Francisco Parra.
Los grandes problemas en el futuro de la humanidad exigen diversidad y democratización en la ciencia, porque ésta –aun con sus beneficios– no puede ser la única guía y respuesta que defina nuestro porvenir.

Así lo argumentó en entrevista el sociólogo Ramón Ramos, profesor emérito de la Universidad Complutense de Madrid, quien participó en el primer Coloquio Internacional La humanidad amenazada: ¿quién se hace cargo del futuro?, organizado por cinco facultades y el Programa Universitario de Gobierno (PUGOB) de la UNAM.

“Uno de los problemas graves que tuvimos durante el episodio de la pandemia y cuando enfrentamos el tema de nuestro tiempo –el cambio climático–, es que a veces no comprendemos cabalmente que nuestros conocimientos científicos parecen los únicos fiables, y que los otros sólo sirven para mantener el ánimo, estar contento, confiar”, explicó Ramos y añadió:

“Eso que se presenta como un saber, se tiene que mostrar a todo el mundo –y el científico tiene que hacerlo– como un saber conjetural, limitado, rodeado de incertidumbres: ¿por qué? Porque lo que abordamos es muy complejo y tenemos que proceder a simplificarlo. La ciencia siempre es modelizadora, simplificadora y utilizadora de conceptos abstractos. Gracias a eso sabemos muchísimo, es lo más que podemos entender, pero no lo conocemos todo, especialmente en temas tan complejos como los del cambio climático hay que ir con prudencia”.

Para el especialista en sociología histórica, uno de los grandes problemas actuales de la ciencia es la manera en que se desenvuelven quienes la ejercen.

“La idea que tienen los científicos de la ciencia a veces es la de un saber determinista. Se presentan como soberbios. La idea de la gente sobre la ciencia es lo mismo. Haciendo investigación encontraba a gente diciendo: ‘no, es que los científicos nos tienen que decir qué está ocurriendo y qué debemos hacer’. Pues no podían decir ni lo uno ni lo otro, porque estaban investigando, tenían hipótesis variadas, se equivocan mil veces.”

Debido a eso, subrayó, es necesario democratizar la ciencia y aumentar la diversidad en el número de voces encargadas de tomar decisiones.

“La necesidad de democratizar la ciencia viene del hecho de que tenemos que tomar decisiones muy fuertes. El cambio climático, en comparación con la Covid, no es una broma. Lo que pasa es que parece más fuerte hoy, ¿por qué? Porque veíamos que la gente se moría de inmediato. El cambio climático parece más diluido, pero a la hora de decir qué ocurre y qué podemos hacer, el científico está muy limitado para convertirse en el guía único”, señaló.

Y agregó: “Necesitamos tomar decisiones, pero nunca dispondremos de los conocimientos necesarios para hacerlo con seguridad absoluta. Hace falta una coalición de especialistas distintos, heterogénea. Pero no basta con esto, también la gente de a pie tiene que enterarse de qué está ocurriendo, traducirlo a su propio lenguaje y fijar sus preferencias”.

En algún momento “habrá que tomar medidas bastante drásticas o que afecten mucho los estándares de vida, y necesitas el aval y la cooperación de la gente: es fundamental. Por eso debemos ampliar el espacio de la ciencia, los científicos son los conocedores y tienen que estar más diversificados para hacer cosas. Son temas tremendamente complejos que afectan a 8,000 millones de humanos”, concluyó.

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