Mayer: México, nación multicultural

La Conquista, componente vital de la historia

La investigadora dictó la ponencia Cortés en la Conciencia Mexicana del Siglo XXI...

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La gran ciudad de Tenochtitlan (Diego Rivera, 1945).

Medellín, España.- En la Conquista hubo vencedores y vencidos. A esto le siguió la dominación de un pueblo y su cultura, lo cual acarreó consecuencias, pero no todas fueron negativas ya que a raíz de este acontecimiento México es lo que es hoy: una nación multicultural, resultado de circunstancias particulares, mezclas raciales y diversos y variados aportes culturales. Esta es, creo, la conceptualización que sobre la Conquista deben hacer las generaciones actuales.

Así lo consideró Alicia Mayer, integrante del Instituto de Investigaciones Históricas, durante su participación en el congreso internacional Hernán Cortés en el Siglo XXI, donde también aseveró que la figura del conquistador se ha interpretado desde distintas perspectivas según el ambiente político o la ideología imperante en cada época, de acuerdo con las circunstancias nacionales o movimientos intelectuales en boga.

Cortés no es ni un héroe inmaculado ni un truhan. “Nadie puede negar lo excepcional de su hazaña, la de sus capitanes, soldados y de las propias huestes indígenas, tanto aquellas que realizaron la conquista como de quienes ofrecieron tenaz resistencia”, indicó.

Al presentar la ponencia Cortés en la Conciencia Mexicana del Siglo XXI: o de la Necesidad de Asumir Nuestra Historia, la especialista en historia colonial sostuvo que “entender esta realidad será la única vía para asumir, tanto en sus elementos positivos como negativos, a Cortés como parte fundamental de nuestro pasado y a la Conquista como un componente vital en nuestro ser histórico”.

Este periodo histórico, abundó, marcó el inicio de la conformación territorial del reino de Nueva España. “En el sistema colonial se encuentran los precedentes actuantes de las costumbres y de los hábitos de México. Más aún, España heredó el español, que hoy hablan cerca de 500 millones de seres humanos, y que es la segunda lengua nativa más hablada en el mundo después del chino mandarín. México es el primer país en número de hispanohablantes, refirió.

Por otra parte, señaló, en América se conformó un mundo culturalmente híbrido, “en que imperó, al decir de O´Gorman, el universalismo de Occidente, con su rica y tradicional herencia mediterránea, pero conservando varios elementos autóctonos, presentes hoy mediante la cultura, raza, alimentación, costumbres y lenguas”.

Como resultado de la bicenturial confrontación del mexicano con lo español, a raíz del proceso independentista, éste ha sido en distintos momentos portavoz de la llamada Leyenda Negra, una añeja idea proclive a desacreditar y condenar a ultranza la labor colonizadora, civilizadora y evangelizadora de España en América, aseveró.

Leyenda

“No sé si podremos erradicar del todo esta leyenda, pues se trata de una idea muy arraigada que tiene su historicidad propia, y que en el transcurso de los siglos forjó estereotipos, pero sí es posible, gracias al análisis histórico objetivo, quitarle su vigencia. No se puede ver solamente una faceta y la peor, es decir, los vicios, la crueldad y la insaciable codicia de la conquista”, consideró la historiadora universitaria.

No se puede soslayar lo que somos, no sólo en México, sino en toda Latinoamérica: una raza hispanoindia o hispanoamericana, en la que también están presentes de manera fundamental elementos asiáticos y africanos y después de otros grupos provenientes de Europa. Aquí es donde se encuentran nuestras raíces entrañables y peculiares. La visión integradora de lo nacional es la única vía para comprender, asimilar y finalmente asumir nuestra historia, enfatizó.

No debe aspirarse a tener un consenso de cómo debe hacerse la conmemoración de 1521 (la Conquista de la ciudad de México-Tenochtitlan). Esta fecha crucial está muy próxima ya a ser recordada y esto nos pone a prueba para cuestionar qué queremos alcanzar como sociedad y cómo debemos abordar este tema para encarar la realidad con sólidos fundamentos en las múltiples identidades que nos constituyen como pueblo y como nación, concluyó.

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