Aimée Wagner, maestra de teatro

“La Facultad, una isla en donde muchas y muchos hemos podido realizarnos”

Siguió los pasos de su padre, quien impartió en la FFyL la primera clase de arte dramático, noventa años atrás

Foto: archivo Gaceta UNAM.

La vida de Margot Aimée Wagner y Mesa ha estado ligada de manera muy íntima a la historia de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL). Obtuvo el título de licenciatura en Arte Dramático y el grado de maestra en Letras con especialidad en Arte Dramático en la institución universitaria –a la que ingresó en 1964–, y para 1969 comenzó a impartir cátedra en sus aulas, el mismo lugar en que su padre, Fernando Wagner, fue uno los maestros que inició los estudios teatrales. En homenaje, la Facultad adoptó su nombre para uno de sus teatros.

“Mi padre fue el primero que dio una clase de teatro en 1934”, recordó la profesora de Literatura y Arte Dramático y recalcó: “Ahora que es el centenario de la Facultad, cumple 90 la primera clase de teatro”.

Cuenta que él daba clase de alemán, pero lo que siempre le interesó fue el teatro. “Entonces aprovechó e inició una asignatura de teatro, de teoría y técnica teatral. Entre los alumnos de esta primera materia estaban Manuel González Casanova y Jorge Martínez de Hoyos –a quien apodaban Mapache–; posteriormente, Luisa Josefina Hernández y Juan José Arreola. Muchos de los que estudiaban letras españolas o inglesas, como la maestra Luisa Josefina, se inscribieron a esa asignatura”, rememoró Wagner y Mesa, quien aseguró sentirse “muy contenta y comprometida” de continuar con el legado de su padre.

El aniversario es para la también actriz motivo de “mucho orgullo, porque la Facultad ha sido una isla donde muchas y muchos hemos podido llegar y realizarnos muy bien”.

Estudiante

Los años que pasó como alumna de la FFyL son evocados por la ganadora del Premio Universidad Nacional en 2022 con una “nostalgia muy linda”.

Al regresar a esos días, muchas de sus memorias están ligadas a sus compañeros de aula que, como ella, formaron parte de esas primeras generaciones que hicieron de Ciudad Universitaria la piedra angular de su vida académica. “Éramos… se van a reír”, mencionó la académica con una ligera carcajada, “las ‘cinco y Torruco’, porque éramos cinco chicas y nada más un varón, el pobre de Torruco, que creo que lo asustamos y como al año, año y medio dejó la carrera. Las cinco nos dedicamos después a la docencia e hicimos bastante por el teatro mexicano. Mis compañeras: Alejandra Zea, Silvia Corona Piña, Celia Poliszuk y Luz María Nájera Alarcón”.

Enseñanzas

Cientos de alumnos han atendido las clases de Wagner y Mesa durante su carrera académica, ya que ha impartido las asignaturas de Iniciación a la dirección escénica, Teoría y práctica de la actuación, Práctica de la actuación, Taller de actuación, Actuación I, II y VII, así como Historia del teatro I (Grecolatino), Historia del teatro IV (Isabelino y Jacobino), Historia del Teatro V (clásico francés), Historia del arte teatral IV y V y Fundamentos de actuación I y II. Además, ha acompañado una veintena de trabajos de titulación y se ha desempeñado como jurado en más de una centena de exámenes profesionales.

Sin embargo, aseguró la profesora, en todo este tiempo ella ha aprendido tanto de las y los estudiantes, como ella de ellos gracias a las diferencias que cada generación carga consigo, que obligan a todos los docentes a actualizarse continuamente.

“He aprendido mucho de ellos, porque todo va cambiando con las generaciones. El teatro es un arte vivo y no puedo dar fórmulas o recetas, ningún maestro puede, porque esto, la actuación, la dramaturgia y todo lo demás, afortunadamente va evolucionando. Siento que son muy importantes las carreras artísticas. Es lo único que nos puede, en un momento dado, salvar del caos en el que estamos viviendo con tanta violencia”.

Por ello, aconseja a los interesados en cursar una licenciatura en la FFyL hacerlo con compromiso y emoción por su futura profesión. “Diré algo no en serio, sino en broma, que solía decir mi padre: no te vas a morir de hambre, te van a decir que te vas a morir de hambre, pero serás feliz”.

Y añadió: “Es muy importante que ellos se realicen. Además, ahora en el Colegio tenemos muchas salidas. No sólo se trata de formar actores, sino además directores, dramaturgos, investigadores y maestros. Y gran parte de los egresados, independientemente que se dediquen a una de estas áreas, se comprometen con la docencia de los alumnos. He tenido una gran cantidad de ellos que dicen: ‘Bueno, mientras encuentro otra cosa, doy clases’, y el ‘mientras’ nunca se acaba, porque les fascina dar clases y se sienten comprometidos con la enseñanza. El teatro es un compromiso. No se trata única y exclusivamente de divertir. Se trata también de formar”.

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