La Hemeroteca Nacional avanza hacia la digitalización

Cambió el comportamiento de los usuarios durante la pandemia

Se obtuvieron más de 7 millones de imágenes de periódicos de los siglos XVIII al XX. Foto: Benjamín Chaires.
La Hemeroteca Nacional de México, encargada de resguardar la memoria de nuestro país a través de sus publicaciones, se dirige en plenitud hacia la era digital, afirma su coordinador, Dalmacio Rodríguez Hernández.

Un motivo para ello es que a partir de la nueva Ley General de Bibliotecas –de junio de 2021– se estableció que, como parte del depósito legal, los editores del país deben entregar un ejemplar digital a la Hemeroteca. Además, el comportamiento de los usuarios cambió durante la pandemia y hoy demandan más recursos digitales.

“Desde 2021 nos estamos preparando para el cambio hacia la recepción del material digital, sin dejar el impreso. Significa que vamos a tener un desdoblamiento muy importante en los próximos meses y años. Esto implica también que la Hemeroteca debe encaminar gran parte de sus esfuerzos hacia los servicios digitales”, subraya el maestro en Letras.

El acervo de la Hemeroteca es cercano a los 8 millones de ejemplares. Son publicaciones que datan de 1722 y llegan hasta 2023. “Son poco más de 300 años de material impreso repartido en 17 colecciones”, señala el experto universitario.

Asimismo, indica que desde la pandemia por covid-19 esta institución recibe alrededor de 80,000 ejemplares de publicaciones periódicas al año.

Rodríguez Hernández comenta que desde finales de 2021 empezaron a recibir títulos digitales, y hoy cuentan con unos 6,000 ejemplares con estas características. Su acervo en este formato también se compone de materiales que han digitalizado bajo el proyecto Hemeroteca Nacional Digital de México.

En una primera etapa –de 2002 a 2012– se digitalizaron cerca de 14,000 rollos de microfilmes, que eran copia de material impreso. Se obtuvieron más de 7 millones de imágenes de 940 títulos de periódicos de los siglos XVIII, XIX y XX, las cuales están dispuestas en la plataforma de la Hemeroteca Nacional Digital de México para su consulta. “Los microfilmes se hicieron en su momento para no utilizar de forma tan intensa los impresos, como una política de conservación”, apunta.

Actualmente digitalizan periódicos, pero de manera directa. Suman ya 1,042 títulos con prácticamente 8 millones de imágenes disponibles.

El experto universitario remarca que a 79 años de su fundación esta institución refrenda ser dinámica y responde a factores tecnológicos, a los cambios de hábitos de consumo de información de los usuarios y a las circunstancias histórico-políticas culturales del país, entre otros.

En Juriquilla

Rodríguez Hernández también explica que la sede del Centro de Preservación Documental de la Biblioteca y Hemeroteca Nacionales, que se construye en el campus Juriquilla de la UNAM, tiene un avance de más de 90 por ciento y se espera que sea inaugurado este mismo año.

Este proyecto busca poner a la vanguardia a estas instituciones en la preservación documental a través de su diseño arquitectónico, sus políticas de conservación y tecnología, entre otros aspectos.

“La arquitectura contempla que tenga la menor incidencia solar hacia el acervo, que se requiera menos consumo de energía para mantener estable el medio ambiente en los depósitos. Además, se instaló en Querétaro por la poca actividad sísmica, porque no tiene muchas lluvias y es un lugar seco que favorece la conservación. El sistema de almacenamiento también será innovador, estará totalmente automatizado, compactado con niveles bajos de oxígeno con el fin de preservar en mejores condiciones las colecciones y con una estantería muy alta. La entrada y salida de los materiales será controlada por un robot.”

Resguardar la memoria

El coordinador de la Hemeroteca recuerda que ésta se fundó el 28 de marzo de 1944, con el objetivo de ser un lugar especializado en el cuidado de las publicaciones periódicas editadas en México. En esa época posrevolucionaria se buscaba que ayudara a fortalecer el proyecto educativo del país y almacenar buena parte del conocimiento.

Hoy, su tarea más importante es la de ser un lugar de memoria. Su función es recopilar las publicaciones que se editan y se han editado en el país, a fin de recuperarlas, resguardarlas y ponerlas a disposición del público, previa descripción bibliográfica.

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