Participación del escritor y periodista Noam Chomsky

La humanidad, atacada y secuestrada por un gran agresor: la misma humanidad

La humanidad está secuestrada y es atacada por un gran agresor cuya identidad es muy clara: la misma humanidad. ¿Quién la puede salvar? Una sociedad crítica, que cuestione y pida gobiernos comprometidos realmente con ella, en la que haya diálogo y confianza, enfatizó el filósofo, escritor y periodista Noam Chomsky, al participar en el primer Coloquio Internacional La humanidad amenazada: ¿quién se hace cargo del futuro?, organizado por la UNAM.

“La respuesta es un público informado, que se niegue a aceptar el gobierno de los maestros, que no acepte el pacto de las instituciones capitalistas sin restricciones; ese es el futuro, y no tenemos mucho tiempo”, comentó ante expertos, alumnos y académicos reunidos en el Auditorio Alfonso Caso.

Desde la distancia, el profesor emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts recordó que desde hace mucho tiempo, los gobiernos y las sociedades han usado indiscriminadamente los recursos y desde el siglo pasado expertos internacionales han alertado de los riesgos de mantener herramientas como las armas nucleares.

Con esto en mente, agregó, debemos pensar cómo llegamos a este momento tan desolador en la historia de la humanidad y la siguiente pregunta es quién se encarga del futuro. “No es que sea gente mala, sino que el futuro es el que genera este comportamiento, así como las estructuras del sistema capitalista”, enfatizó el pensador.

Al participar en la mesa de diálogo Política, gobierno y democracia en el siglo XXI, coordinada por Carola García Calderón, directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), el filósofo destacó que el impacto de estas prácticas ha sido devastador y se refleja en la destrucción medioambiental que en pocas décadas será irreversible y generará catástrofes que nadie podrá evitar, por el otro gran asunto, el cambio climático.

El gran problema, estimó Chomsky, es que muchos son gobernados por muy pocos y la sumisión con la que el hombre renuncia a sus sentimientos y pasiones es impresionante. La fuerza siempre está del lado del gobierno y, por lo tanto, la opinión es sólo una: la de él mismo. Lo más preocupante, es que éste fenómeno puede ser visto tanto en los gobiernos déspotas y militarizados como en los libres y populistas.

Declive

A su vez, Pippa Norris, académica de la Universidad de Harvard, destacó que estudios basados en encuestas internacionales de largo aliento muestran un claro declive en los niveles de confianza de la población en sus autoridades, lo cual ha sido asociado con la llegada de gobiernos que han impulsado un populismo autoritario.

La falta de confianza es un factor altamente aprovechado por políticos, pues se busca tener más ciudadanos crédulos que informados; claro ejemplo de ello es el actual conflicto entre Rusia y Ucrania. Por ello, la experta invitó a tener más fuentes de información que sean altamente críticas al gobierno, para poder tener juicios que consideren múltiples voces.

Al hacer uso de la palabra, José Woldenberg Karakowsky, profesor de la FCPyS, recordó que si bien un informe de Naciones Unidas sobre el estado de la democracia decía que, exceptuando a Cuba, prácticamente en todos los países de AL tenían ya gobiernos democráticos, pero conforme ha avanzado el tiempo ha sido evidente que se tienen sociedades muy desiguales, polarizadas y sin cohesión, por lo que en naciones donde la economía no crece y no se genera un horizonte venturoso para los jóvenes, será muy difícil construir democracias que sean vistas con aprecio y como algo venturoso.

El sociólogo llamó la atención sobre un fenómeno que se ve en los países de AL, pues si bien los latinoamericanos decimos que queremos vivir en democracia, cuando se llega al poder mediante instituciones democráticas, se les suele cuestionar y acusar de fraude, haciendo que la gente pierda la confianza en ellas.

Los menos peores

A su vez, Raúl Trejo Delarbre, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales, destacó que uno de los grandes problemas es que, hasta ahora, no se ha inventado una fórmula o una propuesta para que el futuro quede en las manos “menos peores posibles”. Hoy en día, “se presencia un fuerte cuestionamiento a la democracia, producido por el desencanto y los abusos de quienes están en los gobiernos y a quienes se pide más de lo que pueden dar”.

El periodista y escritor destacó también el hecho de que hoy en día vivamos en sociedades en las que las opiniones tienen que ser autorizadas, lo que lleva a dejar de tener consensos, con un grave deterioro de confianza hacia quienes antes eran los que otorgaban seguridad, llámense instituciones electorales, me-dios de comunicación, organismos de transparencia, inclusive a los académicos y las universidades.

Para Judit Bokser Liwerant, profesora de la FCPyS, hablar y pensar en el futuro y sus amenazas o quiénes se harán cargo, obliga a revisar los procesos de globalización y las transformaciones de la realidad que se articulan alrededor de los nuevos retos y debates contemporáneos.

Dijo también que la profunda crisis política que se vive “nos permite ver que las decisiones gubernamentales se han dedicado más a controlar a una sociedad civil cada vez más diferenciada y deseosa de participación, que en la solución que ésta pedía a los problemas… ha puesto en evidencia un entorno que demanda ampliar los derechos de la ciudadanía para evitar un asalto democrático”.

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