Congreso Internacional de la Asociación Hispánica
La literatura medieval, una puerta para comprender nuestras raíces culturales

Por primera ocasión fuera de Europa, se realiza en la UNAM el XX Congreso Internacional de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, uno de los foros académicos de mayor prestigio mundial en su área.
Sus sedes son la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) y los institutos de Investigaciones Filológicas (IIFl) y Bibliográficas (IIB), con la participación de especialistas de Europa y América Latina del 1 al 5 de septiembre.
“La literatura medieval hispánica no es sólo una materia de estudio erudito, también es una puerta para comprender las raíces culturales de nuestras lenguas, tradiciones e identidades. Nos recuerda que la Edad Media no es un pasado lejano y clausurado, sino un horizonte vivo que sigue interpelando nuestra forma de pensar la historia, la política, la religión, el arte y la sociedad”, afirmó Fiorella Mancini, secretaria académica de la Coordinación de Humanidades.
Durante la inauguración del Congreso, realizado en el Aula Magna de la FFyL y a la que acudió en representación del coordinador de Humanidades, Miguel Armando López Leyva, Mancini agregó que en esta XX edición se cuenta con más de 20 mesas de ponencias, cuatro conferencias magistrales y diversos temas que abarcan desde la lírica y la narrativa hasta la historia del libro y las tradiciones caballerescas, lo que confirma la amplitud y riqueza de este campo de estudio.
Al dar la bienvenida, la directora de la FFyL, Mary Frances Rodríguez van Gort, destacó que la trayectoria de este Congreso se suma a la profunda tradición de la UNAM en los estudios de literatura medieval, la cual se remonta al siglo pasado con las aportaciones de Julio Torri y Margit Frenk, la cual fue impulsada y consolidada por figuras como Concepción Company Company, Aurelio González, Lillian von der Walde y María Teresa Miaja.
“A través del proyecto Medievalia, con sus publicaciones, cursos, congresos, conferencias, formación de estudiantes y proyectos de investigación, este grupo de académicos ha promovido decisivamente el desarrollo del hispanomedievalismo en nuestro país”, señaló.
María Andrea Giovine Yáñez, directora del IIB, recordó que el Instituto que dirige y la Biblioteca Nacional de México (BNM), tienen como misión principal el acopio, preservación, investigación y proyección de la bibliografía mexicana.
“El fondo reservado de la BNM contiene testimonios producidos en la Edad Media y obras impresas que vieron la luz a lo largo de las centurias medievales, y que conforman una parte fundamental no sólo de su importante colección de incunables, la más grande de América Latina, sino también de su fondo de origen, donde ediciones europeas de los siglos XVI y XVII siguieron dando vida a tesoros nacidos o transmitidos durante la Edad Media”.
Lilián Álvarez Arellano, directora del IIFl, comentó que los congresos son indispensables para que el conocimiento se reconstruya y circule de modo que se perpetúe como fuente de valores humanísticos y como forma de interacción humana que busca la comprensión de fenómenos que le atañen por su naturaleza y por su mundo en nuestras comunidades y como una forma de ir alcanzando y formulando ideales académicos.
El embajador del Reino de España en México, Juan Duarte Cuadrado, destacó que para la embajada es muy importante acoger y apoyar las iniciativas que se tienen en el campo de la educación y la cultura.
“Celebrar un Congreso de medievalistas en México por primera vez es un hecho novedoso, por situarse en un contexto ajeno y lejano a los estándares de la literatura medieval tal y como la conocemos en el ámbito de la cultura europea. Esta circunstancia nos vincula y nos arraiga, porque cualquier elemento de la cultura no puede entenderse sin la herencia y las bases que durante la Edad Media se impusieron para la inclusión literaria posterior que llegó a México.
Más que un periodo histórico, el Medioevo es un espacio de resonancia simbólica, un archivo vivo de nuestra identidad cultural. Y dentro de ese archivo, la literatura medieval se erige como testimonio, memoria y, en muchos casos, resistencia. Hablar de literatura medieval es adentrarse en una polifonía de voces, las de los clérigos y trovadores, las de los monjes copistas, las de los autores anónimos que vertieron su experiencia en cantares, sermones, romances o crónicas, comentó.
“En esa multiplicidad radica su riqueza. No se trata de una literatura uniforme, sino de un tapiz tejido con hilos diversos, latinos, árabes, hebreos, romances. En el contexto hispánico, particularmente, la coexistencia y el conflicto de estas lenguas y culturas produjo una literatura medieval híbrida profundamente fecunda. Hoy, desde México, país de sincretismos y herencias superpuestas, repensar la literatura medieval nos permite ver con otros ojos nuestro propio devenir”.
Martha Haro Cortés, presidenta de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, resaltó que el hecho de que este Congreso tenga su sede en la UNAM es una prueba evidente de la consolidación de la trayectoria investigadora hispanomedievalista de varias generaciones académicas mexicanas que han contribuido con rigor a enriquecer ese campo de estudio desde múltiples perspectivas.
“Los hispanomedievalistas mexicanos son un pilar fundamental de nuestra asociación y un punto de referencia significativo en la tradición y en el horizonte internacional de nuestra área de estudio e investigación. Por ello, estar en la UNAM, celebrando el Congreso Internacional es un motivo de orgullo”, agregó.