La mecánica de designación de la Junta de Gobierno es atinada y democrática

Reconocimiento al Mérito Universitario a 111 profesores e investigadores con 50 años de labor docente; se otorgaron las insignias que acreditan como eméritos a cuatro profesores e investigadores

Fotos: Benjamín Chaires, Francisco Parra y Víctor Hugo Sánchez.

La mecánica de designación de la Junta de Gobierno es atinada y democrática, y por ello cuenta con legalidad plena y total legitimidad, afirmó Javier Garciadiego Dantán.

Su composición y compromiso de este órgano encargado de designar a las principales autoridades académicas, por elecciones indirectas, ha permitido la estabilidad a la institución desde 1945 a la fecha, agregó el historiador y académico.

En la ceremonia del Día del Maestro, presidida por el rector Enrique Graue Wiechers, Garciadiego, quien concluye su encargo en la Junta de Gobierno, expresó que hay quienes piensan que las elecciones directas son más democráticas, pero no es así, y alertó: “Sería gravísimo que la UNAM fuera una institución que viviera en una efervescencia político-electoral constante. En cambio, sería más provechoso que viviera en un clima de efervescencia académica permanente”.

Las elecciones indirectas facilitan los procesos de reconciliación, al tratarse de competencias sin confrontación directa ni de las y los aspirantes ni de quienes los apoyan, remarcó.

Además, se definen por “mayoría de razón”, tras revisar currículos, plan de trabajo, realizar auscultaciones, entrevistas y, finalmente, darse la deliberación entre los 15 miembros de la Junta, que son elegidos por el Consejo Universitario.

“La historia nos dice que esta mecánica de designación es, al mismo tiempo, atinada y democrática. Ha funcionado siempre, en ya más de mil casos. Por ende, no se justifica tratar de inventar alternativa alguna”, subrayó.

En la Sala Miguel Covarrubias, donde se entregó el Reconocimiento al Mérito Universitario a 111 profesores e investigadores con 50 años de labor docente, se otorgaron las insignias que acreditan como eméritos a cuatro profesores e investigadores, y se distinguió a Óscar de Buen Richkarday y a Garciadiego Dantán, quienes concluyen su encargo en la Junta, éste último insistió en que las elecciones directas se basan en la confrontación, en el triunfo de una mayoría numérica que se puede obtener por métodos cuestionables, y están más expuestas a las tergiversaciones.

Antes de su Ley Orgánica, la UNAM tuvo varias experiencias de elecciones voluminosas, las más de las veces con resultados y consecuencias lamentables, como duplicación de autoridades, división entre las comunidades y hasta violencia, dijo el también expresidente de El Colegio de México.

Además, al tener universos de electores numerosos se requeriría contar con credenciales, padrones, casillas; se necesitaría quien calificara y cuantificara los votos y quien resolviera impugnaciones. El trabajo que hoy realizan 15 académicas y académicos consolidados, de amplia trayectoria y con experiencia directiva, recaería en un grupo numéricamente menor de políticos de tiempo completo, recalcó.

En la ceremonia en la que estuvieron los exrectores José Sarukhán Kermez y Francisco Barnés de Castro, Garciadiego Dantán llamó a los universitarios a participar en las auscultaciones que realiza la Junta de Gobierno, pues, dijo, enriquecen enormemente a las contrapartes, y son diálogos gratos y valiosos.

También felicitó a los académicos galardonados, pues su invaluable y prolongada labor ha hecho posible que México se modernice y que sus alumnos y alumnas tengan una vida más interesante y más digna.

En su oportunidad, el secretario administrativo de la UNAM, Luis Álvarez-Icaza Longoria, afirmó que si bien es cierto que el estudiantado es el cuerpo de esta institución, también es claro que sus docentes son la espina dorsal.

Agradeció el esfuerzo sostenido por los docentes durante la pandemia y señaló que el reto más importante que tienen por delante es desplegar actitudes y valores que permitan una formación integral del estudiantado ante un mundo globalizado y en crisis, donde los jóvenes perciben los efectos del cambio climático, que la existencia de oportunidades para el futuro ya no es clara, y se enfrentan a los efectos perniciosos de la violencia, incluyendo la violencia de género.

Las preguntas más importantes quizá sean cómo se preparan los docentes para lidiar con todo este bagaje que los estudiantes traen a los salones de clases, a los espacios de contacto, y cómo deben preparase para transmitir habilidades positivas que los hagan mejores personas y ciudadanos, dijo.

“No me queda duda que el mayor esfuerzo de adaptación siempre deberá estar del lado del docente. Necesitamos que este sea un esfuerzo fructífero para que la Universidad siga siendo ese maravilloso artefacto que reconstruye a las personas y las prepara para un mejor porvenir”, remarcó.

En representación de los profesores con 50 años de labor docente, Lena Ruiz Azuara, de la Facultad de Química, expresó que ser maestro es un privilegio y una gran responsabilidad ya que con su ejemplo ayudan a modelar caracteres y conductas.

“Esto nos hace también los encargados de transmitir los principios humanísticos, científicos y sociales, que son el fundamento de nuestra Universidad, y que se enmarcan en el orgullo de pertenecer a una institución pública soportada por la sociedad mexicana”, aseveró.

Riqueza disciplinaria

El rector Enrique Graue entregó las insignias de eméritos al investigador José Antonio Stephan de la Peña Mena, y a los profesores Antonio Benigno Rubial García, Fernando Samaniego Verduzco y María Emilia Lucio y Gómez Maqueo, acompañado de los presidentes de la Junta de Gobierno y de la Junta de Patronos de la UNAM, Luis Armando Díaz-Infante Chapa y Mario Luis Fuentes Alcalá, respectivamente, así como del secretario general, Leonardo Lomelí Vanegas.

“Los perfiles de quienes recibimos esta distinción son sumamente variados: un ingeniero, un matemático, un historiador y una psicóloga. Esto es una muestra de la importante riqueza y variedad de disciplinas que se cultivan en la UNAM, que a la vez convergen en la docencia, la investigación y la difusión, ejes rectores de nuestra casa de estudios”, expresó María Emilia Lucio y Gómez Maqueo, quien habló en nombre de los nuevos eméritos.


Los docentes, pilares estructurales

De la mano de sus maestros, la UNAM seguirá siendo un espacio donde la libertad y la verdad imperen; un lugar de tolerancia, respeto y pensamientos independientes; una república del saber, en donde siempre prevalezca la razón y el progreso, afirmó el rector Enrique Graue Wiechers.

Gracias a su personal académico, agregó, esta casa de estudios se mantiene dentro de las mejores universidades del mundo, y es el centro de estudios, investigación y difusión de la cultura más importante de nuestra nación.

“Ustedes son el gran haber con el que cuenta la Universidad. Lo son porque han sabido adaptarse a los tiempos, persistir y resistir; cambiar e innovar; vivir una vida comprometidos con el saber y mantener el espíritu de unión dentro de nuestra diversidad”, dijo en la comida con motivo del Día del Maestro, que se brindó a 111 académicos con 50 años de servicio, cuatro profesores e investigadores eméritos y dos miembros de la Junta de Gobierno que concluyeron su encargo.

En la Unidad de Seminarios Dr. Ignacio Chávez, el rector también reconoció los años que los académicos han entregado a la formación de nuevos cuadros; su ánimo indeclinable de compartir; el ser guía y ejemplo de muchos mexicanos y mexicanas y abonar a mejorar las condiciones de justicia e igualdad social.

Asimismo, se congratuló porque tras dos años de distanciamiento se pudiera celebrar de manera presencial a los docentes, pilar estructural sobre el que descansa el quehacer de esta institución.

“Son ustedes ese universo de voces, ideas y convicciones, en quienes reside la pluralidad y el ejercicio cotidiano de nuestra autonomía; autonomía que es la espina dorsal que articula el presente y el futuro”, concluyó.

También podría gustarte