Fue lanzada con éxito por la NASA, el 14 de octubre
La misión Europa Clipper explorará el potencial de habitabilidad en una luna galileana de Júpiter
También analizará la geología y composición química que tiene; el objetivo es saber si alberga un océano debajo de su superficie
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos lanzó exitosamente, el pasado 14 de octubre, la misión Europa Clipper, la nave interplanetaria destacada por ser la más grande que ha creado la agencia espacial y cuyo objetivo principal es llegar y explorar Europa, una de las cuatro lunas galileanas, las más grandes de Júpiter.
Lanzada a bordo del cohete Falcon Heavy de SpaceX, Europa Clipper despegó desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA, en Florida, para conocer el potencial de habitabilidad de la luna, además de su geología y composición química.
Europa Clipper es de gran relevancia ya que, de acuerdo con la agencia espacial estadunidense, intentará resolver una de las interrogantes fundamentales en el campo de la ciencia: ¿existe vida en otro lugar de nuestro sistema solar?
“La misión de Europa Clipper es saber si las condiciones de Europa son adecuadas para que haya los elementos o moléculas precursores de la vida microscópica similar a la de la Tierra”, asegura René Alberto Ortega Minakata, académico del Área de Divulgación y Comunicación de la Ciencia del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM, campus Morelia.
Entonces, el objetivo es saber si Europa alberga un océano debajo de su superficie posiblemente con más agua que todos los de la Tierra combinados; posteriormente conocer la composición química de ese líquido para saber si pudiera haber dichos microorganismos y, por último, buscar una fuente de calor, que se estima existe debido a las fuerzas de marea.
“Estas lunas –de las cuales en total conocemos 95, pero las más grandes son las cuatro galileanas– están proporcionalmente cerca de Júpiter, que es muy masivo; en consecuencia hacen una acción similar a pulsaciones conforme dan la vuelta al planeta. Dicho movimiento produce fricción, lo cual es lo que se estima que genera el calor interno de estas lunas. En conclusión, éstos son los tres factores a buscar”, precisa el docente.
¿Por qué estudiarla?
De acuerdo con René Ortega, a finales de la década de 1990 la sonda Galileo estudió el sistema de lunas de Júpiter, y fue la primera que encontró evidencia de que podría haber un océano de agua líquida debajo de la superficie de hielo de Europa.
En tanto, la misión Europa Clipper surgió luego de que “el telescopio Hubble logró observar una especie de géiseres que salen de la superficie de dicha luna, lo que aporta una evidencia de que sí podría haber agua líquida”, agregó.
“La misión es analizar la composición química de la superficie de Europa, partiendo de la hipótesis de que las plumas o géiseres traen material desde un posible océano subsuperficial, debajo de Europa, y al estudiar este material que cae sobre la superficie de la luna, se podrá conocer su composición”.
El astrónomo menciona que si en un futuro se confirmara la existencia de vida microscópica, significa que ésta surge de manera espontánea con relativa facilidad, porque se dio en dos lugares en el Sistema Solar, y eso es una parte fundamental de la respuesta de si hay vida o qué tan común es la vida en el universo.
La nave espacial recorrerá 2.900 millones de kilómetros durante cinco años y medio para alcanzar a Júpiter en abril de 2030, y una vez que llegue realizará alrededor de 50 sobrevuelos cercanos a Europa para iniciar su exploración.