La OMS, por una generación libre de tabaco

En tiempos de la pandemia de Covid-19, dejar de fumar reduce la posibilidad de contagio y muerte

Hace más de 500 años, Cristobal Colón, buscando oro, no supo que El Dorado era el tabaco, que esa planta sagrada, original de America generaría fortunas pero, desgraciadamente, también enfermedades mortales, así como espacios libres de humo y Un día sin tabaco, que se celebra el 31 de mayo.

Enviado por Colón a buscar oro, su almirante Rodrigo de Xeres encontró en Cuba, por primera vez para el Viejo Mundo, “la tierra de los hombres chimenea”.

Sin embargo, en el brujo que fumaba tabaco, Colón solo vió otra atracción más de esa feria recién inaugurada que aún no se llamaba America, señala el novelista Guillermo Cabrera Infante.

No muchos años después del descubrimiento del vegetal oro marrón llamado tabac, tabaka: tabaco, “riquezas mil nacerían” de sus hojas, apunta en Puro Humo.

“Tanto en el Nuevo Mundo como en el Viejo Mundo (como en Asia) se gastaron fortunas en comprar tabaco -solo para verlo convertirse en humo”, dice el escritor cubano.

Más de cinco siglos después, poquitas empresas cigarreras siguen ganando fortunas con la producción y venta de tabaco a un poco más de mil millones de fumadores en el mundo.

En 2016, por ejemplo —según el Atlas del Tabaco del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos— el cigarrillo representó el 96% de las ventas totales, con una producción de aproximadamente siete mil millones de toneladas al año.

En 2019, Philip Morris International, la mayor empresa tabacalera del mundo, registró unas ventas netas de más de 29 mil millones de dólares, según el sitio web Statista.

Entre los factores de riesgo se encuentran estar en la sexta década de vida y el consumo frecuente de alcohol y tabaco.

Placer o morir

Fumar tabaco produce placer y bienestar, quita el aburrimiento, disipa la ansiedad y ayuda a manejar el estrés, por su contenido de nicotina, que puede llegar a ser más adictiva que la cocaína y la heroína, dice la doctora Guadalupe Ponciano, investigadora de la UNAM.

Con cada bocanada, a través de los alvéolos pulmonares, la nicotina llega al cerebro en menos de seis segundos, agrega la Jefa de la Clínica deTabaquismo de la Facultad de Medicina.

Con la nicotina van juntas miles de partículas, 250 de las cuales son tóxicas o cancerígenas, como amoniaco, alquitrán, monóxido de carbono, mercurio, cianuro de hidrógeno, benzopirenos, nitrosaminas… De ahí que el tabaquismo vaya asociado a unas 60 enfermedades, entre ellas cáncer y enfisema pulmonares, bronquitis crónica y accidentes cerebro-cardiovasculares.

Para acabarla de amolar, según Salud Justa Mx, fumar (afecta la capacidad pulmonar, va asociado a comorbilidades como enfermedad pulmonar obstructiva crónica o EPOC, implica llevarse frecuentemente dedos a los labios), constituye un factor de mayor riesgo de infección por el virus SARS-CoV-2 y morir en la actual pandemia de Covid-19.

Espacios libres de humo

El tabaquismo no solo afecta a los fumadores (6 millones mueren al año, según la Organización Mundial de la Salud) sino también a quienes ni fuman ni gozan del tabaco en puro, cigarro y pipa.

Cada año, estima la OMS, fallecen 600 mil fumadores pasivos en el mundo por enfermedades asociadas a la exposición al humo de tabaco ambiental, que se forma en un espacio cerrado donde hay uno o varios fumadores.

En México, por “humo de tabaco ajeno”, mueren unas cinco mil 659 personas al año y generan un gasto de $8,693,773,232 al sector salud, señala la Comisión Nacional contra las Adicciones.

Por eso, como medida preventiva, la Organización Mundial de la Salud estableció en 2004 los Espacios 100% Libres de Humo de Tabaco (ELHT).

Para proteger a su población, México fue el primer país de América Latina en apegarse a esa política de salud de la OMS, aunque solo 14 de sus entidades, entre ellas la CDMX, aplican esa norma para que cines, restaurantes, oficinas, transporte público y otros espacios de concurrencia sean ELHT.

Fumadores y Covid-19

Ante la pandemia por Covid-19, los fumadores, tanto de cigarros como de cigarros electrónicos, por ser una población de mayor riesgo que los no fumadores, debe extremar sus precauciones para no infectarse.

Los fumadores, asegura la doctora Ponciano Rodriguez, tienen 2.4 veces más probabilidades de contagiarse con el virus SARS-CoV-2, porque las sustancias tóxicas del tabaco afectan el funcionamiento del aparato respiratorio (dañan a los macrófagos y el mecanismo de limpieza mucociliar) y causan deficiencias en el sistema inmune (se reduce la producción de anticuerpos), lo cual impide una defensa efectiva ante los patógenos.

Ahora se sabe que 25 por ciento de quienes requirieron internamiento y ventilación mecánica en China eran precisamente fumadores, señala la académica universitaria.

Sobre los vapeadores, dice que hay evidencias de que el aerosol producido por el líquido de los cigarros electrónicos, por su efecto agudo en pulmones, podría propiciar neumonías atípicas.

Por eso, Ponciano Rodríguez recomienda dejar de fumar en tiempos de la pandemia de Covid-19. Con ese fin, hay que fijar una fecha para dejar el cigarro, ejercitarse físicamente, tomar suficiente agua y realizar actividades que lo distraigan para no pensar en la abstinencia.

Si no se pudiera dejar de fumar, reducir el consumo diario de cigarrillos a la mitad y no rebasarlo. Esto, puntualiza la especialista, podrían ser el punto de partida para iniciar la reducción gradual que lleve a la abstinencia.

Epidemia prevenible

La OMS estima que para el 2030 el tabaquismo (epidemia que podría prevenirse en el 80% de los casos) matará a más de 8 millones de personas cada año.

Para informar y concientizar sobre esta adicción mortal, la OMS creó en 1987 el Día Mundial sin Tabaco y lo celebra cada año desde el 31 de mayo de 1988.

Este domingo 31 de mayo de 2020, su lema de campaña es “Proteger a los jóvenes de la manipulación de la industria y evitar que consuman tabaco y nicotina”.

Su objetivo es desacreditar mitos y exponer las tácticas engañosas utilizadas por la industria del tabaco.

“Proporcionará a los jóvenes —dice la OMS en su sitio web— el conocimiento necesario para detectar fácilmente la manipulación de la industria y los equipará con las herramientas para rechazar esas tácticas, lo que permitirá a los jóvenes enfrentarse a ellas”.

Entre esas tácticas para atraer generaciones más jóvenes, incluyendo a los niños, esta poderosa industria utiliza:

1. Sabores atractivos para ls niños en tabaco sin humo, shisha o pipas de agua y cigarrillos electrónicos.
2. Promoción de productos de tabaco y distribución de muestras gratuitas en eventos populares para jóvenes.
3. Anuncios y exhibición de productos de tabaco en películas y programas de televisión y a través de plataformas de redes sociales con influenciadores digitales pagados.

La OMS llama así a todos los jóvenes a unirse a la lucha para convertirse en una generación libre de tabaco.

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