La pandemia frenó el turismo de negocios

Muchos contagios ocurrieron por el desplazamiento de gente; la dolencia impactó en transporte, hoteles, restaurantes y comercios

Ante la posible cancelación de este tipo de viajes, quienes planean y gestionan los espacios locales tendrán que diversificar sus actividades.
El turismo de negocios, es decir los viajes realizados en contextos de trabajo como reuniones empresariales o académicas en destinos nacionales y/o internacionales, se vio frenado de tajo y casi en su totalidad por la pandemia, lo cual afectó todos los servicios articulados en torno a aquél, afirmó Álvaro López López, investigador del Instituto de Geografía.

La actividad turística es movilidad en sí misma y es innegable que muchos contagios se han dado por el desplazamiento de gente; de ahí que se tuvieron que cancelar todo tipo de congresos, cursos y eventos, lo cual impactó de manera negativa no sólo a los organizadores, sino también a los medios de transporte, restaurantes, hoteles y comercios que forman parte de esa dinámica.

Si bien el turismo de negocios no se trata de algo estrictamente vinculado con lo recreativo y lo lúdico, esta práctica implica viajar y por lo tanto fue una de las primeras en suspenderse.

No obstante, antes de la pandemia, en algunas empresas y universidades ya habían empezado a emerger opciones para efectuar este tipo de encuentros académicos en el espacio virtual y sin necesidad de salir de los centros de estudio o labor, mencionó.

Al principio se dio de una manera relativamente incipiente por medio de la inserción de tecnologías de la comunicación. “De hecho, muchas organizaciones e instituciones ya venían trabajando en la creación de sus propias plataformas para reuniones en línea en ámbitos como la educación a distancia o cursos de actualización y capacitación”, refirió.

Sin embargo, había resistencia de algunas personas para realizar actividades en línea, bajo el argumento de que no había contacto interpersonal directo, pues estos vínculos producen nuevas ideas, se abren otras posibilidades creativas y redes de colaboración que incluso se construyen más allá de los encuentros empresariales o académicos dentro y fuera de los eventos agendados.

Lo que hizo la pandemia fue acelerar un proceso de interconectividad virtual y de teletrabajo en corporativos y universidades que ya tenían experiencia en este campo, por lo que en muy pocos meses se adaptaron extraordinariamente a estas nuevas formas, resaltó.

En línea

Al principio muchas entidades pospusieron sus eventos planeados en destinos turísticos, con la idea de concretarlos en meses posteriores; pero, al ver la dimensión de lo que vivimos hoy, de inmediato empezaron a buscar otras posibilidades, y la más viable fue hacerlos en línea, a través de las diversas plataformas que ya existían, comentó.

En sólo unos meses la realidad del turismo de negocios se ha transformado tan dramáticamente que ahora ya es casi impensable que las reuniones se detengan sólo porque no hay viajes, “aunque hay que reconocer que esto varía de lugar a lugar y, sin duda, se tienen más privilegios en función de su acceso y rapidez en el flujo de datos de Internet”, apuntó el especialista en geografía del turismo.

Por ejemplo, abundó, las naciones o regiones que más fácilmente lograron reconvertirse y adaptarse para solucionar esta dificultad fueron aquellas con mayor y mejor infraestructura y acceso a la red de redes; pero hay países o áreas donde la desigualdad en el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación se ha hecho más notoria con la pandemia, pues han quedado muy marginadas.

Probablemente, al terminar esta crisis sanitaria, las universidades que ya tenían una tradición de realizar ciertas reuniones y cuenten con partidas presupuestales para este propósito, regresarán a esa dinámica, aunque tal vez esto se presente sólo en los primeros años, consideró.

“Las condiciones actuales nos han mostrado que ya estamos en un entorno propio de poshumanismo, en donde ya se puede prescindir de muchos viajes de negocios, pues las plataformas cibernéticas han demostrado ser eficientes para tener este tipo de encuentros y, con ello, disminuir la huella de carbono que ocasionan los viajes masivos. Además, no efectuar estos eventos permite ahorrar dinero a los organizadores, a las instituciones y a los gobiernos federales y estatales que dan presupuesto para muchas universidades”, señaló.

El problema es que el turismo de negocios en buena medida sostenía muchos empleos en los centros turísticos porque ocurría a lo largo del año, cuando no necesariamente eran periodos vacacionales, lo que mantenía en movimiento constante a las grandes ciudades o corredores litorales, dijo.

De modo que, ante la posible cancelación de este tipo de viajes, quienes planean y gestionan los espacios locales tendrán que diversificar sus actividades para que sus ingresos no sólo dependan del turismo, en particular del de negocios, resumió.

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