La pandemia fue un factor de riesgo

Requiere máxima prevención y abordaje multisectorial: María Teresa Monjarás, de la Facultad de Psicología

El maltrato infantil marca de por vida. Se refleja con un potencial daño a la salud física y mental de quien lo padece, es un problema global que a ninguna sociedad le es ajeno; sin embargo, es posible prevenirlo con un enfoque multisectorial, consideró María Teresa Monjarás Rodríguez, académica de la Facultad de Psicología.

A propósito del pasado 25 de abril, fecha en la que se conmemora el Día Internacional contra el Maltrato Infantil, la especialista en primera infancia y edad preescolar de esta Universidad dejó en claro que esta etapa de la vida es sumamente importante en materia de prevención para evitar que el daño cause pérdida de la confianza y la responsabilidad en los menores, o que incluso se replique por generaciones, modele adolescentes y adultos apáticos con conductas antisociales y depresivas.

“No obstante, el maltrato incluso está desde antes del nacimiento, a veces con comentarios machistas en culturas donde se fomenta la violencia, donde se dice: ‘si es niño: ¡qué gusto!’, ‘si es niña, se acepta, pero bueno’. Desde antes del nacimiento se violenta, o incluso cuando es un bebé que no fue planeado, ni deseado, también ya viene implícito un rechazo.”

La vía más efectiva para evitar el maltrato infantil es la prevención, confió Monjarás Rodríguez. “Hay que trabajar con políticas públicas que nos ayuden de manera integral, no sólo a los psicólogos, también a otros especialistas como médicos, abogados, psiquiatras, trabajadores sociales, para laborar en conjunto y de manera interdisciplinaria”.

De otra forma, dijo, tendremos muchos más problemas como sociedad. Creo que ya se han manifestado, ya los vemos con la adolescencia actual, donde su aislamiento con la tecnología está presente.

Asimismo, hay mucho que trabajar con los padres, principalmente para poder instruirlos en qué es la violencia, cuáles son los tipos, y cómo prevenirla.

“Se sumó este factor de riesgo que fue la pandemia y que muchos familiares ante la desesperación recurrieron a golpes y conductas violentas. Las palabras se quedan grabadas: si queremos un infante sano, positivo y fortalecido, hay que emitir y mostrar mensajes positivos.”

Cuando se analiza la cadena generacional de un niño maltratado, se corrobora que no sólo se trata de una etapa, el fenómeno va de generación en generación. Por eso, aclaró, es importante trabajar con las y los niños desde un enfoque sistémico, con familiares, tíos, abuelos, para erradicar esa herencia cultural que aprendió a educar con gritos y golpes.

En cifras

La Organización Mundial de la Salud informó que hasta junio de 2020, en el orbe, una de cada cinco mujeres y uno de cada 13 hombres declararon haber sufrido abusos sexuales durante la infancia.

Según cifras oficiales, de enero a julio de 2021 en México, el tipo de violencia en menores más ejercido fue el psicológico con 37.8 por ciento; el sexual, 29.6 por ciento; y el físico, 26.3 por ciento. (No suma 100, porque pueden presentarse varios tipos de violencia en un mismo individuo).

En dicho periodo, se registraron mil 427 asesinatos de menores. Además, hubo 373 mil 661 nacimientos de madres adolescentes, de las cuales ocho mil 876 fueron menores de 14 años de edad.

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