Los Derechos Humanos Hoy

La pandemia iguala a los seres humanos

Debe ajustarse el enfoque sobre derechos, cómo ejercerlos y defenderlos: Raúl González Pérez

Todas las personas compartimos una misma condición y naturaleza, que no considera factores económicos, ideológicos, étnicos, educativos o de cualquier otra índole.

La pandemia ha igualado nuestra existencia como seres vivos, pues la enfermedad y la muerte pueden alcanzar a cualquier persona en cualquier momento, manifestó Luis Raúl González Pérez, coordinador del Programa Universitario de Derechos Humanos.

Al intervenir en el octavo ciclo de conferencias Los Derechos Humanos Hoy, el ombudsman universitario expuso que la Covid-19 ha recalcado que con independencia de cualquier otra cosa, todas las personas compartimos una misma condición y naturaleza, que no considera factores económicos, ideológicos, étnicos, educativos o de cualquier otra índole.

“Todas y todos somos iguales, y es necesario que nos entendamos y reconozcamos como tales, dejando de lado diferencias y distinciones que no son más que construcciones que las personas y las sociedades han hecho a través del tiempo”, subrayó.

Agregó que más allá de la igualdad formal o sustantiva a la que aludimos con frecuencia y discursivamente, la pandemia ha resaltado nuestra igualdad natural que es el sustento último y origen de toda noción de derechos humanos, “la dignidad es la que nos identifica e iguala en nuestra condición de personas”.

Derechos humanos en pandemia

Al dictar la conferencia Derechos Humanos, Covid-19 y la Nueva Normalidad, González Pérez dijo que las medidas que se han hecho frente a la pandemia han alterado sustancialmente nuestra convivencia cotidiana, nuestras costumbres y hábitos, por lo que debe ajustarse el enfoque de los derechos humanos, es decir, cómo ejercerse y defenderse.

“Los derechos humanos han sido condicionados y restringidos por la pandemia, aunque paradójicamente se ha proporcionado una mayor reflexión sobre la naturaleza y necesidad de encontrar respuestas”, resaltó.

Sin embargo, la pandemia ha constituido un lúgubre recordatorio de la fragilidad de nuestra existencia, de la vulnerabilidad de nuestra condición humana, y de lo banal y superfluo de los estereotipos y creencias estigmatizantes.

“Frente a discursos polarizantes basados en sesgos ideológicos, que buscan dividir o debilitar a la sociedad, la realidad nos demuestra la futilidad de las ideologías e intereses individuales, así como la enorme conveniencia de que la cohesión social crezca, y que se consolide en una ciudadanía que exija sus derechos.”

México, continuó el extitular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, requiere unión, no división, porque la ruta de salida frente a esta pandemia requiere de activos que encarnan en los valores universitarios, como la solidaridad, la responsabilidad, y buscar el bien común, que implica salud, prosperidad, trabajo y justicia.

Las autoridades deben estar al servicio de la sociedad, con cercanía, empatía, inclusión y apertura. Mencionó que los consensos y disensos son las vértebras de los gobiernos democráticos, donde la tolerancia es un valor para alcanzar la unidad y la diversidad, ejemplo de ello es el mosaico plural y diverso de nuestra alma mater.

El defensor universitario pidió a la ciudadanía y a las autoridades solidarizarse con las víctimas y familiares de la Covid-19, entender el duelo de los sobrevivientes, porque “no hay números o parámetros de vidas humanas”. No debe verse, añadió, ni la utilidad o conveniencia en una tragedia.

Hay quienes dudaban de la existencia de la enfermedad, que era un invento para el desprestigio de autoridades. Esto deja en claro también que la información es un derecho instrumental, una de las lecciones de esta contingencia es que se tenga acceso a información verificable, oportuna y verídica.

Finamente, planteó que las universidades públicas están llamadas a desempeñar las acciones que las autoridades emprendan con motivo de la contingencia sanitaria, y en la etapa posterior a la misma.

“Desde la realización de investigación de vanguardia y la aportación de conocimiento científico actualizado, hasta contribuir a la educación de las personas y la toma de conciencia sobre la importancia de conocer sus derechos y hacerlos vigentes; la universidad pública, la UNAM, es ejemplo de ello.”

Inauguración

Al poner en marcha dicho ciclo de conferencias sobre garantías individuales, Guadalupe Valencia García, coordinadora de Humanidades de esta casa de estudios, apuntó que ante la lectura de los derechos humanos en clave Covid, o como leer la pandemia en clave de derechos humanos, la UNAM no ha parado.

Calificó de extrema urgencia formular políticas públicas que conduzcan a garantizar las garantías individuales de los mexicanos, una de estas es el ingreso universal para la sobrevivencia, además de los derechos a la educación, al trabajo, a la salud y a la vacunación.

“De lo que podemos estar seguros, es que de esta salimos juntos, o no salimos”, concluyó.

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