Se incrementó a más del doble desde el trazado original
La REPSA se amplía
El 6 de febrero se firmó un acuerdo por el que se rezonifica la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel
Y es que el pasado 6 de febrero se firmó un 6° Acuerdo por el que se rezonifica y delimita la zona de la REPSA y la reestructuración del Comité Técnico, acto que encabezó el rector Leonardo Lomelí Vanegas.
La bióloga por la Facultad de Ciencias y doctora en Agronomía especializada en suelos e investigadora del Instituto de Geografía mencionó que entre los principales acuerdos destaca el hecho de que “se refrenda el compromiso de la UNAM en la protección de la vida silvestre nativa del campus, al reafirmar las áreas de reserva existentes e incrementar la superficie de protección a más del doble de lo estipulado en el acuerdo original de 1983 (de 124 a 264 hectáreas)”.
Silke Cram enfatizó que en este acuerdo se integran a la protección 26.8 hectáreas de pedregales remanentes de influencia y complementarios con alto grado de conservación; asimismo dijo que se extiende la superficie de las tres zonas núcleo y de las de amortiguamiento A1, A2, A3, A4, A5, A6, A7, A9, A13 y se crea la A14, que agrega tres pedregales aledaños a la Estación de Bomberos.
Adelantó que las nuevas zonas serán atendidas, pues enfrentan factores de presión como la presencia de basura, especies exóticas y personas en situación de calle; y precisó que es importante mencionar que aun así estas áreas permiten la movilidad de la vida silvestre nativa en el campus.
En este orden de ideas, Silke Cram aceptó que esta extensión de hectáreas significa ganar para toda la comunidad de la UNAM, con beneficios como mayores espacios para la vida silvestre, mejoras en la movilidad y conectividad; y acotó que para las especies nativas y la conservación de estas zonas se aportan valores ecosistémicos como la infiltración, la regulación del clima y los progresos de la calidad de vida en general.
Respecto a la urbanización, comentó que de los tipos de uso de suelo que hay en CU, como son el de construcción, las áreas verdes jardinadas y el ocupado por el ecosistema natural, “cualquiera de estos que crezca disminuirá la superficie del otro; normalmente crece la parte urbana, pero al proteger al ecosistema originario con el aumento de superficie de reserva se le preserva del urbanizado”.
Otro de los acuerdos que resaltó la bióloga es la regularización de la poligonal de la Reserva en aquellas zonas donde había banquetas o superficie urbanizada en sus perímetros.
Señaló Silke Cram que uno de los elementos identitarios del campus principal de la UNAM es precisamente su paisaje volcánico, y los pedregales son parte fundamental de la identidad de Ciudad Universitaria. “Estos afloramientos rocosos son testimonio de la superficie sobre la que se construyó la Universidad”.
Detalló que hay mucha información y documentación sobre el derrame lávico del Xitle y su geo y biodiversidad, y que lamentablemente ha sido urbanizado en un alto porcentaje. E indicó que siempre “hemos empujado a conservar lo que resta de estos pedregales en la UNAM, eso es lo que nos impulsa al ampliar esta superficie, para permitir que la vida silvestre nativa nos trascienda”.
Refirió que los nuevos lineamientos que se compromete a desarrollar la SEREPSA (Secretaría Ejecutiva de la REPSA) para la protección de la flora y fauna silvestre representan retos en el manejo de los pedregales remanentes, donde se busca promover la presencia de flora nativa en lugar de ajardinar con especies exóticas.
Cram aseveró que los lineamientos incluirán medidas éticas para el control de especies exóticas, como perros y gatos, además de las nativas. “Los lineamientos deben ajustarse con regulaciones locales, nacionales e internacionales”.
La académica aseguró que se presenta una gran oportunidad para crear en la comunidad universitaria una conciencia socioecológica, en la que poco a poco se ha avanzado en sensibilizar sobre la importancia de preservar la vida silvestre y los ecosistemas originarios.
“Hemos hecho convocatorias cada semestre para integrar a estudiantes, académicos y personal en actividades de conservación. Cerca de 100 personas participan semestralmente en actividades informadas, conscientes y constantes, como son el retiro de especies exóticas, limpieza y monitoreo de especies. Esta convocatoria se denomina Colaboradorus REPSA”, recordó.
Además, Silke Cram apuntó que la REPSA se ha convertido en un espacio clave para prácticas, investigaciones y proyectos interdisciplinarios de muchas de las facultades e institutos que les interesa el ambiente y los ecosistemas locales.
Reconoció los grandes avances que se han tenido desde 1983, y resaltó que “este sexto acuerdo fue tal vez el reflejo de un trabajo continuo en la conservación, de demostrar cómo este ecosistema no sólo resguarda la geobiodiversidad, sino también potencia las funciones sustantivas de la Universidad en docencia, investigación y la divulgación”.
La investigadora del Instituto de Geografía confirmó que entre los acuerdos se actualizó la conformación del Comité Técnico de la REPSA, integrando a la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad, así como actualizando la participación de la Dirección General de Servicios Generales y Movilidad y la Dirección General de Análisis, Protección y Seguridad Universitaria.
“Se acordó reforzar las funciones del Comité Técnico y de la Secretaría Ejecutiva de la Reserva, lo que permite seguir elaborando y ejecutar las directrices y acciones en beneficio de la conservación”.
La secretaria ejecutiva afirmó que la Reserva Ecológica ahora se observa como un espacio que complementa las funciones sustantivas de la UNAM y nunca más como un área aislada; agregó que todo este esfuerzo de ampliación trae beneficios para el ser humano y todos los seres vivos que habitan este lugar.
Sostuvo Silke Cram que la ampliación de la REPSA y la firma del nuevo acuerdo reflejan el compromiso continuo de la UNAM con la conservación de su ecosistema original, fortaleciendo la protección de la biodiversidad y la identidad del campus:
“Este esfuerzo no sólo beneficia a la vida silvestre y mejora la conectividad ecológica, sino que también potencia las funciones sustantivas de la Universidad en docencia, investigación y divulgación. Con la integración de nuevas áreas y la actualización de sus lineamientos, la REPSA se consolida como un espacio clave para la formación socioecológica y la colaboración interdisciplinaria dentro de la comunidad universitaria”.
