La Señorita Blanco invita a un reencuentro con la naturaleza

La artista española presenta la pieza escénica Berrea/ Anunciación/Compás

Foto: Museo del Chopo.

No tengo una intención efectista para que el espectador se emocione. Las piezas que construyo son de resistencia, de una temporalidad larga. No son fáciles de ver. Nunca voy a complacer, pero sí se logra con ellas una emoción. Lo que busco es que el espectador se piense a sí mismo y coloque su mirada en su propia persona”, expone en entrevista la artista española Olga Blanco, mejor conocida en el medio del performance y la instalación como La Señorita Blanco.

Berrea/Anunciación/Compás es el título de la pieza que presentará en el Foro del Dinosaurio del Museo Universitario del Chopo el sábado 28 de enero a las 19 horas, y al día siguiente a las 6 de la tarde. Se trata de una pieza escénica en la que trabaja con la sonoridad, el ritual y el folclor ibérico.

La Señorita Blanco, antes actriz convencional de teatro y televisión y hoy radicalizada en su propuesta escénica, habló de los términos que conforman el título de la pieza: “Berrea es el grito que profieren los ciervos cuando están en apareamiento. Hace unos años me fui a vivir a Madrid, a un pueblo que está en la montaña donde hay ciervos. El convivir con ellos me despertó mucha curiosidad por lo que significa este animal, su movimiento, y por cómo aparecen y desaparecen. Berrear es también el grito ancestral de los humanos. La anunciación hace referencia a algo que está sucediendo pero no termina de pasar, es algo que está ahí presente, un fenómeno próximo a acontecer y que en definitiva no se llega a concretar. Es como la expectativa de algo que se aproxima y a la vez nunca está. En tanto, el compás se vincula a lo sonoro, a la musicalidad y a la estructura a nivel formal de la pieza. Es el dispositivo que utilizo para crear el movimiento. El compás recoge la berrea y la anunciación”, aclara quien se dice obsesionada con el paisaje a nivel sonoro.

En su trabajo, explica, hay una voz antropológica y el propósito de entender lo que somos los humanos. “Me enfoco en ser capaz de trasladar al espectador la sensación de lo sublime. Estoy en la búsqueda de un mantra o de un canto de sirena, que se halle detrás de la pieza estética o visual que hago pública”.

Desde 2017 La Señorita Blanco ha desarrollado la investigación “Paisaje dentro del paisaje”, la cual devino en esta pieza, en la que explora distintas formas de llevar al escenario las lógicas del entorno natural, haciendo del ritual un modo de relacionar cuerpo y paisaje, ya que el cuerpo humano está cada vez más lejos de la naturaleza; de ahí que ella se oriente en cómo colocar éstos en un escenario.

Paisaje dentro del paisaje, abundó, es una exploración estética, sonora, rítmica y ritual de lo natural, del concepto de lo sublime y de aquello que no se puede entender pero sí es posible sentir. “Se centra en poder hacer que el espectador se conmueva, nunca en copiar un paisaje de manera literal, sino de trasladar en éste la sensación de aquello sublime e inabarcable, de lo que se escapa de sus manos, como cuando uno se sienta frente a una montaña o unas pirámides”.

Otras actividades

Además de las dos funciones en puerta, La Señorita Blanco impartirá del 24 al 26 de enero el laboratorio de creación artística Desvanecerse las formas para que aparezca lo animal, también en el Museo del Chopo, en el que se explorarán las características formales de los rituales ancestrales para unificarlas con el paisaje natural.

El 25 de enero ofrecerá en el Centro Cultural de España, a las 19 horas, la conferencia performática Y el paisaje se hizo carne. “Ahí haré un juego entre mi cuerpo físico delante del espectador y mi voz aislada de éste”.

Para finalizar, relató cómo es su proceso creativo: “Trabajo como una artista visual mucho tiempo en mi estudio. Dibujo y experimento con el color. Hago maquetas y modelos, soy como una escultora. En la sala de ensayos me enfoco en desarrollar los performance y ya luego introduzco los cuerpos. Mis composiciones nacen de imágenes que remiten en una vuelta al origen, a la Tierra, a lo sagrado, a lo animal”, afirmó La Señorita Blanco en su primera visita a México, donde encontró una barbaridad de estímulos sonoros y visuales. “Algo alucinante”.

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