Pódcast de Radio UNAM y Trabajo Social
La trata de personas daña el fundamento de la sociedad
Socava la confianza al solicitar empleos y con ello mina el tejido social: Cristina Hernández Engrandes
Es necesario no perder la capacidad de indignarnos ante delitos como la trata de personas, el cual representa graves violaciones a los derechos humanos y daña el fundamento de la sociedad que es la confianza, consideró la secretaria técnica del Seminario Permanente sobre Riesgos Sociales y Trata de Personas de la Cátedra Extraordinaria Trata de Personas de la UNAM, Cristina Hernández Engrandes.
La maestra en Gobierno y Asuntos Públicos precisó que cada día hay una nueva víctima de este delito y eso genera una ruptura civilizatoria que deteriora el tejido social, principalmente la confianza hacia cosas que deberían ser normales como una oferta de empleo o conocer a alguien nuevo.
Al participar en el pódcast Vida cotidiana: sociedad en movimiento, producido por Radio UNAM y la Escuela Nacional de Trabajo Social, la investigadora precisó: “Desde la Cátedra Extraordinaria Trata de Personas de la UNAM lo que decimos es que la trata constituye una forma extrema de delito, porque no es sólo el enganche, traslado y explotación de un ser humano, sino que implica todo un conjunto de violaciones sistemáticas graves a los derechos humanos”.
Hernández Engrandes comentó que aunque puede confundirse con el tráfico de personas o la explotación sexual e incluso la prostitución forzada, consiste en la captación (engaño, enganche o acogida) y traslado de personas de su lugar de origen, (ya sea en el mismo país o a otras naciones) con el fin de explotarlas.
Es decir, el captor busca obtener un beneficio, ya sea económico o de otro tipo, que puede ser explotación sexual, laboral, trabajo forzoso, mendicidad forzada, matrimonios serviles, y últimamente en México se realiza con el fin de llevar a cabo actividades del crimen organizado e ilícitas.
Recordó que según el secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a julio de 2024, casi 2,500 personas entre cero y 17 años han sido víctimas de trata en México; desde 2020 se han registrado incrementos anuales en el total de víctimas registradas y cerca del 34 % de éstas son niñas, niños y adolescentes.
La especialista en nuevos riesgos sociales señaló que el principal factor o condición de vulnerabilidad para la trata es la pobreza, por lo que una de las formas comunes en las que se hace el enganche es a través de ofertas de empleo engañosas, donde se dice que se pagará un sueldo de 6,000 pesos por cinco horas de trabajo diario.
Otro tipo de engaño muy común es el enamoramiento, se sabe que hay familias enteras que se dedican al enganche de niñas y mujeres jóvenes, y las más vulnerables ante este tipo de delito son las niñas o adolescentes, quienes conocen a alguien mediante redes sociales, son engañadas y sacadas de su hogar, lo que es difícil de ver porque hay una cultura de revictimización por parte de las autoridades quienes califican este acto con la frase: “se fue con el novio”, aunque no haya sido así.
Hernández Engrandes expresó: “Ahí tenemos un reto importante en la ley cuando se habla del consentimiento; se dice que mientras haya consentimiento ya no se puede hablar de trata, pero es un problema que hay que discutir de cara a la nueva legislatura porque alguien puede estar de acuerdo en irse, pero cuando hay un abuso de confianza, aquel que se dice su novio o le prometió cuidarla, le pide sus documentos, los retiene y después la amenaza, y ella entra en una dinámica de victimización donde no le queda de otra más que aceptarlo”.
El mayor problema, reflexionó la profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, es que genera una ruptura absoluta en la dignidad de las personas (mujer, niña, niño, hombre adulto), en su proyecto de vida, a quienes se les quita su humanidad en el sentido más amplio, la posibilidad de decidir lo que pasará con ellas, las tratan como si fueran objetos, las invalidan, las cosifican y se ven entonces como algo que generará beneficios para otros.
Recordó que, Mario Luis Fuentes, titular de la Cátedra, ha calificado este hecho como una ruptura civilizatoria, donde las víctimas sufren un daño, a veces, irreversible, y lo más grave es que no está en las leyes, en ellas no hay medidas establecidas para reparar el daño a las víctimas, para reintegrarlas socialmente.
Al final, Hernández Engrandes reconoció que la trata de personas es un delito que ha marcado un crecimiento de la economía ilícita o negra, donde millones de dólares se generan a partir de la explotación de seres humanos y se relaciona también con otros crímenes como el lavado de dinero.