La UNAM, líder en atención a personas con discapacidad

La UNAM es la primera institución educativa con la que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) trabaja en materia de discapacidad. Para la Universidad es fundamental contar con indicadores homologados con el objetivo de saber cuántos estudiantes con necesidades diferentes tiene y cuáles son sus necesidades.

Médicos, administrativos, profesores, alumnos, ingenieros y autoridades universitarias se reunieron en las oficinas de la Dirección General de Atención a la Comunidad (DGACO) en el taller Medición de la Discapacidad en la UNAM.

Ahí, Mireya Ímaz, titular de la DGACO, precisó que tienen el compromiso de atender mejor a este grupo de universitarios y buscar la manera de hacerlo.

“Un recurso es homologar la forma en que medimos el tema de la discapacidad para comparar los datos, tener una sola imagen de lo que ocurre y sumar esfuerzos para atender a este segmento”, destacó.

Desde hace tiempo, la UNAM ha realizado una serie de iniciativas para ser más inclusiva. Se trata de estrategias que, con un buen diagnóstico de la discapacidad, pueden mejorar los espacios de esta casa de estudios en beneficio de todos, añadió.

Panorama

Daniela González Ollino, del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía de la Cepal, remarcó que las naciones usualmente tienen discusiones de las que la academia forma parte, y Costa Rica es uno de los países más avanzados en la materia, pero la UNAM es la primera que ha pedido apoyo individual.

“Hay un trabajo en las universidades para garantizar los derechos de los discapacitados, pero está en ciernes. Tenemos que avanzar más. La mirada basada en derechos es reciente y se entrampa con los recursos e institucionalidad. Es importante hablar abiertamente del tema de la discapacidad. Este ejercicio que realiza la UNAM hace que sea una de las pioneras al respecto”, subrayó la especialista chilena.

Mariana Escobar Magallanes, egresada de la licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales en la Facultad de Filosofía y Letras y miembro de la Red de Estudiantes y Egresados con Discapacidad, remarcó que las personas discapacitadas enfrentan barreras físicas, sociales o de actitud.

Las primeras se refieren a rampas con pendientes pronunciadas u obstruidas, bloqueadas e inapropiadas, o las alarmas, que son sonoras y no visuales. Las segundas tienen relación con la forma en que la gente con discapacidad se vea como sujetos de derechos y programas curriculares acordes con sus necesidades.

“Para resolverlo debe haber una toma de conciencia, empezando por quienes tienen discapacidad, porque si ellos no se ven como sujetos con derechos será difícil romper con estas barreras, que en realidad son personales.

“Tenemos acceso desigual a todos los derechos, incluida la educación, que es una puerta que otorga acceso no sólo al empleo sino además a otras oportunidades para tener una mejor calidad de vida”, concluyó.