Escaladora de la Facultad de Química
La Universiada, meta de Marianne Bergerault
Se mantiene en condición física óptima en espera de poder competir
El reto actual de Marianne Bergerault Fernández, alumna de la Facultad de Química, es llegar en la mejor forma a la siguiente edición de la Universiada Nacional, certamen que el año pasado se celebraría en Guanajuato, pero fue cancelado debido a la pandemia. Sin importar cuándo vuelva la justa estudiantil, la escaladora mantiene firme su preparación.
“Mi principal objetivo sigue siendo la Universiada Nacional. Hay tiempo para ponerse a punto, como se debe, en cuanto a la forma física, aunque prevalece la incertidumbre porque todavía no nos han informado cuándo van a retomarse los eventos presenciales. Por ahora hay que buscar la manera de practicar escalada fuera de las competencias”, dice la capitana del equipo de esta casa de estudios.
Marianne Bergerault, quien logró medalla de plata en el Campeonato Nacional de Bloque 2020, efectuado en marzo del año pasado, se ejercita en el hogar, potencializa su salud cardiovascular y aumenta su capacidad pulmonar con actividades como saltar la cuerda, además de realizar sesiones alternadas de movimientos de brazos, piernas y abdomen. Todo como parte de esa cultura física que tiene inculcada desde hace tiempo.
“Desde antes de entrar al equipo de la UNAM tenía una rutina de ejercicio, llevo escalando muchos años. Lo que he hecho en esta cuarentena es mantenerla, además de tener contacto con el entrenador Arturo Alavez, a quien le mostré mi plan y lo fuimos complementando”, comparte Bergerault Fernández.
Considera que ha sido difícil mantenerse en forma, pues su disciplina requiere un lugar específico para su práctica, por lo cual ha perdido el callo, cuenta. “Es primordial el engrosamiento de la piel en las manos, igual o hasta más importante que la fuerza muscular”.
Sin embargo, con el semáforo epidemiológico en color naranja reabrieron los gimnasios y hay acceso a algunos muros de escalada, con lo cual la auriazul ha retomado, poco a poco, sus entrenamientos. “Lo hago una hora y media, muy relajado todo. Como perdí fuerza durante el confinamiento, podría lastimarme muy fácil. Intento ir al menos dos veces a la semana para recuperar ritmo antes de hacer más ejercicios de potencia”, detalla Marianne.
El objetivo es llegar al top, el parámetro con más valor de la prueba. Existen agarres denominados zonas, que sirven de criterio al momento de calificar a los competidores. Cada atleta tiene cuatro minutos para realizar la cantidad de intentos que sean necesarios para subir lo más alto posible en cada boulder (bloque para ascender).
Este será un deporte olímpico a partir de los Juegos Olímpicos de Tokio, a celebrarse este verano. En la Dirección General del Deporte Universitario puede encontrarse orientación para la práctica de esta disciplina.