En 2022 tuvieron su peor año

Las criptomonedas no están reguladas ni son controladas

Ninguna institución las fiscaliza de manera local ni global

El valor del mercado de las criptomonedas cayó en 2022 de su punto más alto en abril, 2,159,632,293,392, a su punto más bajo en diciembre del mismo año, 795,741,185,881.

Algunas criptomonedas como el bitcoin, la más popular del mercado, tuvo un desplome anual de 66 por ciento, mientras que la segunda más popular, Ethereum, cayó más de 69 por ciento en el mismo año.

Las criptomonedas se convirtieron en una esperanza para muchos de poder hacer dinero rápido, pero en 2022 tuvieron su peor año hasta la fecha, debido a que sus ventajas para evitar fiscalización y la volatilidad que las hacía tan remunerables fueron su mismo talón de Aquiles, lo que hizo que las inversiones millonarias perdieran mucho más de la mitad de su valor

Activos digitales

Las criptomonedas son activos digitales que no existen de forma física y que se encuentran encriptadas para asegurar que no se puedan realizar copias y, de esta forma, asegurar las transacciones.

Es muy importante mencionar que no se encuentran reguladas ni controladas por ninguna institución de manera local ni global, además que no necesitan intermediarios para realizar transacciones, sino que funcionan con base en el blockchain, es decir, una estructura matemática para almacenar datos, un libro electrónico público que se puede compartir abiertamente entre usuarios y que crea un registro inalterable de sus transacciones.

Las criptomonedas se han utilizado como una forma de pago para evitar fiscalización. En muchas ocasiones, se han relacionado con delitos como el lavado de dinero porque no cuentan con el respaldo de un banco central u otras autoridades públicas y no están cubiertas por mecanismos de protección al cliente como los fondos de Garantía de Depósitos o el de Garantía de Inversionistas.

Otra característica importante, es que, como el blockchain no permite borrar datos o modificar transacciones realizadas, una vez que se compra o vende el activo digital no se puede cancelar la operación, por lo que se requiere ejecutar otra transacción para contraponer la anterior.

Para tener las criptomonedas se necesita un software, el cual permita enviar y recibir estos activos, así como almacenarlos; en sí lo que se guarda son las claves que nos dan la propiedad y nos permiten operar con éstas, por lo que basta tenerlas para transferir su propiedad, lo que hace que la pérdida o robo de las mismas resulte en la pérdida de las criptomonedas sin posibilidad de recuperarlas.

Rigen su valor en función de la oferta, la demanda y el compromiso de los usuarios digamos que está basado en la confianza. No hay un mecanismo regulado ni eficaz que impida su manipulación, como ocurre en los mercados de valores. Los precios se forman sin información pública que los respalde, por lo que el riesgo al adquirirlas es muy alto.

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