Las herramientas digitales deben reforzar la democracia

Gabriel Kaplún, académico de la Universidad de la República, de Uruguay, habló de la desvalorización de la verdad en los procesos electorales

Hay en todas partes del orbe muchos signos de lo que hoy en día llaman una “democracia desganada”, o también “democracias de baja intensidad”, o “democracias con baja credibilidad”; quizá un ejemplo reciente es el caso francés, de un presidente que ya no aprecian pero lo prefieren ante un mal peor.

Así lo expresó Gabriel Kaplún, académico de la Universidad de la República, de Uruguay, y presidente del comité directivo de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación.

Al dictar una conferencia magistral en el arranque del Primer Coloquio de la Red Iberoamericana de Investigación en Comunicación, Política y Sociedad (RIICOPS), con sede en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, Kaplún, externó su preocupación ante algunos procesos electorales “completamente contaminados” por la mentira digital.

“Ése es un signo más: la desvalorización de la verdad. En estos procesos electorales democráticos, parece que la verdad ya no importa; lo que interesa en todo caso es la capacidad y la velocidad de manejar digitalmente la mentira.”

Al encabezar el mensaje de arranque del coloquio, la directora de la FCPyS, Carola García Calderón, dejó en claro que las universidades son más que espacios para la producción del conocimiento, la docencia y la formación de profesionales.

“Esta construcción de saberes y su difusión no es capricho o moda, representa una forma de avanzar en la generación de conocimiento para retribuirlo a la sociedad”, subrayó.

Por ello, continuó, se vuelve fundamental una constante comunicación e interacción del conocimiento en la que cada nodo forma parte del tejido que se va produciendo y reproduciendo, a partir de los distintos análisis creados por la red, “los cuales contribuyen a una comprensión más amplia sobre el contexto comunicativo, político y social en el que nos encontramos inmersos”.

Salvador Percastre Mendizábal, presidente en turno de la RIICOPS, mencionó que en dicha red están representados 10 países del centro y sur de América, así como España y Portugal.

Sobrecarga informativa

Al dictar la conferencia magistral de cierre, Gissela Dávila Cobo, directora general del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal), indicó que el momento actual corresponde a una “infoxicación”, con actitudes de personas que van desde buscar y consumir noticias, hasta acopiarlas y saturarse con la información.

“Nos ha quedado desde esta pandemia una situación mental de urgencia por las noticias, todo ello empieza a generar angustia, estrés, y a mermar nuestra salud mental, por lo que, desde la comunicación, debemos proponer políticas públicas que traten de orientar y aminorar esta situación, y que no afecte la credibilidad.”

Gerardo Luis Dorantes Aguilar, decano de la RIICOPS, y académico de la FCPyS, dijo que el virus que denominó ID-XXI (Infodemia siglo XXI), en referencia a la infoxicación, es un padecimiento que llegó para quedarse y ése debe ser, subrayó, el verdadero foco de atención académico.

Durante las dos jornadas del coloquio se realizaron cuatro mesas de trabajo, dos conferencias magistrales, y la participación de 21 especialistas, entre los que figuró Sunamis Fabelo Concepción, de la Universidad de La Habana, quien se refirió a la comunicación no sólo como un proceso de vinculación de términos, sino de sentidos. “Debemos no sólo fraguarla, sino construir empatía”.

Rodrigo Perera Ramos, académico de la FCPyS, habló sobre la trascendencia de los medios digitales en la política. Indicó que debe cambiar el modelo de la comunicación actual hacia uno totalmente cimentado en la interacción en redes, que sea retroalimentativa.

Leonardo Figueiras Tapia, también de la FCPyS, manifestó que no debe hacerse sólo hincapié en la comunicación política electoral, sino debe darse cabida a “una comunicación política antisistémica, o alternativa, para no reproducir los intereses oligopólicos de unos cuantos”.

Andrea Samaniego Sánchez, también académica de dicha Facultad, expuso que siguen vigentes los mecanismos de control en la academia, a través de la selección de los autores y los temas que se discuten, por lo que eso no debe hacerse desde los privilegios de género.

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