Las jornaleras, en la visión de Sara María Lara

Su labor se enfocó al análisis del trabajo rural en la innovación tecnológica

Foto: archivo Gaceta UNAM.

Antropóloga y socióloga, docente e investigadora, ocupada por el trabajo en el campo y por el rol de las mujeres jornaleras, Sara María Lara Flores (1949-2019) fue una entrañable académica interesada por entender a los otros y por compartir su conocimiento y preocupaciones intelectuales con generosidad, calidez y capacidad de trabajo intercultural e intergeneracional.

Así la rememoraron colegas y amigos convocados por el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), donde fue investigadora, al cumplirse un año de su fallecimiento.

En un homenaje virtual moderado por el director del IIS, Miguel Armando López Leyva, se recordó que ingresó como investigadora de ese Instituto en 1996, indagando nuevos modelos de desarrollo rural y las características de los procesos de organización en el campo a partir de que México tomó parte en el mercado mundial.

Inicialmente, su participación se enfocó en el análisis del mercado de trabajo rural, en el contexto de la innovación tecnológica de las empresas agroexportadoras. Esos estudios coincidieron con la publicación de su investigación para la obtención del grado de doctora en Sociología, que le hizo acreedora al Primer Premio Estudios Agrarios 1997 de la Procuraduría Agraria.

La experiencia del mundo agrario

Amigo y colega de Sara Lara, Ricardo Pozas Horcasitas, investigador del IIS, destacó que la homenajeada se concebía básicamente como antropóloga, y vivía la experiencia del mundo agrario mexicano. “Mundo que es una combinación brutal de pobreza extrema y violencia armada por el crimen organizado y sus vínculos políticos”.

Horcasitas resaltó que Sara aprendió desde muy joven a mirar a los otros en su vida, con la discreción de la mirada que exige la observación, sin cosificar a las personas como un dato monográfico.

Luisa Paré, también investigadora del Instituto, comentó sobre su actividad docente en la FES Acatlán y en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, caracterizada por su calidez y atención a los alumnos, así como su línea de estudio común sobre los asalariados agrícolas.

“La intensidad de su labor de investigación y docencia no detuvo a Sara para servir a nuestra comunidad académica, sea como miembro del Consejo Interno o como directora del Departamento de Publicaciones, lo que da fe de su gran generosidad y de su espíritu de servicio”, señaló.

Una preocupación académica que acompañó su trayectoria fue la de hacer visible la contribución de la mujer rural como jornalera en los procesos productivos de la agricultura moderna empresarial. En los sectores de la producción hortícola y de flores, principalmente para la exportación, mostró las variadas formas de explotación por medio de la contratación de mano de obra barata y flexible, de las jornaleras y de familias completas.

Kim Sánchez Saldaña, de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, se refirió a su actitud generosa, calidad humana y convicciones. “Tuvo una rigurosa actitud ética y profesional, gran sentido del humor y personalidad afable, así como gran capacidad de trabajo colectivo en grupos internacionales e intergeneracionales”, subrayó.

Laurent Faret, de la Universidad París Diderot, trajo a la memoria su curiosidad e intercambio con colegas de otras instituciones, así como su capacidad para acompañar la formación de personas de nuevas generaciones.

Por último, Jorge Pantaleón, de la Universidad de Montreal, citó su determinación y ética profesional, así como su calidez y solidaridad.

Sus colegas mencionaron que algunos de los estudios de Sara Lara evidencian patrones de violencia, en particular hacia las jornaleras indígenas, así como la precariedad del trabajo asalariado de ese sector, acerca de lo cual realizó valiosos estudios comparativos con académicos de América Latina, Canadá y los países europeos.

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