Las lesiones no han podido frenarla

Lo que comenzó como un sueño hoy es una realidad. Enamorada del Estadio Olímpico y de Pumas, desde pequeña Natalia Macías decretó que algún día jugaría en el inmueble y defendería, como nadie, los colores universitarios. Ahora está a unos días de cumplir tres años como jugadora profesional enfundada en el jersey del cuadro de la UNAM, y su historia en el futbol parece apenas comenzar.

El recorrido no ha sido nada fácil. Los sacrificios y los retos han sido constantes. Dos lesiones en los momentos de mejor desempeño no han podido frenarla. Ella sigue luchando, porque, según dice, esos 90 minutos en la cancha valen cualquier esfuerzo.

“Estaba jugando muy bien y me lastimé el tobillo. Volví a jugar y me lastimé la rodilla. Ahí fueron pequeños baches en los que pensé en decir: ‘ahí muere’. Al final, pasas ese bache y sigues, pero ha sido complicado. Sí, a veces hay altibajos, pero al final sigues en la lucha y un día, después de tanto, dices: ‘lo logré’. Volteas a ver atrás y reconoces: ‘hice todo esto y valió la pena’”, afirmó la jugadora universitaria de 19 años.

La perseverancia y determinación de Macías ya rindieron sus primeros frutos. La delantera auriazul no se conformó con un equipo amateur, buscó ser profesional, cumplir su anhelo. A los 15 años llegó a Cantera buscando una oportunidad; estuvo a prueba durante un mes entre entrenamientos y partidos. Su talento en la cancha le abrió la puerta: el 21 de agosto de 2019 debutó con el primer equipo de Pumas en el certamen femenino.

“Vine a probarme. Estuve como un mes en prácticas, partidos. Un día me dicen: ‘te queremos para primera’. Claramente estaba encantada. No llegas y eres titular, tienes ese proceso del día a día, el entrenamiento, adaptarte, las pruebas físicas; todo fue poco a poco y por el gran apoyo de mis papás. Fueron esas ganas y la constancia las que me llevaron hasta aquí. Ha cambiado mi vida para bien. Ahora sé cosas que no sabía antes y que me han mejorado como persona”.

Nati encontró en el Club Universidad el aliado perfecto para cumplir con todas sus metas: jugar futbol de manera profesional y continuar con sus estudios. Pronto comenzará su carrera en administración de negocios. “Pumas tiene una gran ventaja que me gusta, apoya mucho a las personas que van a la escuela, a la Universidad. De repente se complica, pero Pumas te cuida. Entreno en las mañanas y por las tardes hay que estudiar”.

El crecimiento de Macías ha sido proporcional a su entrega en la cancha, en cada entrenamiento. Día a día intenta demostrar su pasión por el balompié, por los colores que representa. Ella es garra, lucha y corazón, y por su equipo dejará todo en la cancha.

“Pumas es mi vida, es mi sueño. Lo primero que pienso cuando dicen Pumas es garra y corazón. Es ese entusiasmo que todos le ponen lo que distingue a Pumas de los otros equipos; representa todo para mí. Me cambió la vida. Estar haciendo lo que me gusta, dedicarle mi vida es todo. Quiero jugar en Europa y dejar una huella aquí en Pumas”.