Las universidades, formadoras de ciudadanos integrales: Enrique Graue

Participó en la charla “El futuro de las universidades en la sociedad del conocimiento” realizada en el marco de la edición 36 de la FIL de Guadalajara

Enrique Graue, Ricardo Villanueva, Silvia Giorguli y Enrique Cabrero. Foto: Alberto Reséndiz.
Ante la incertidumbre que viven las sociedades a nivel mundial, las universidades tienen que continuar con su papel de ser educadoras y formadoras de las ciudadanías, afirmó el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers.

Durante su participación en la charla “El futuro de las universidades en la sociedad del conocimiento”, realizada en el marco de la edición 36 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Graue agregó que la misión de estas instituciones es formar a ciudadanos integrales, flexibles, más tolerantes, más diversos, más respetuosos de su entorno y con una preocupación por la sustentabilidad y el compromiso social.

Acompañado del rector de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva; de la presidenta de El Colegio de México, Silvia Giorguli; del ministro de Universidades de España, Joan Subirats –de manera virtual– y de Enrique Cabrero (moderador), Graue indicó que las casas de estudio deben seguir cambiando, “dentro de nuestros cuerpos colegiados, con el financiamiento suficiente, con la voz firme y la entereza que requieren los momentos difíciles. La inteligencia colectiva se equivoca mucho menos”.

Espacio central de innovación

Silvia Giorguli señaló que las instituciones de educación superior siguen siendo un espacio central de innovación, de cambio social, pioneras en la transformación y que, además, colocan, basadas en evidencias, temas en las agendas nacionales e internacionales. “Las universidades han desempeñado un papel fundamental en ubicar tanto en las agendas como en la opinión pública temas como el medio ambiente y los efectos del cambio climático, la agenda de género, las desigualdades sociales y económicas, derechos humanos, y otro ejemplo muy claro es el rol de las universidades en la agenda 2030 y los objetivos de desarrollo sustentable”.

En tanto, Ricardo Villanueva externó su preocupación de que el mundo sólo hable bajo el lenguaje económico, que no exista ningún otro. “Cuando esto impera, las universidades corremos peligro. Somos instituciones civilizatorias que vamos más allá del lenguaje económico y siempre hemos sido la locomotora de la sociedad, y en esas expresiones nos estamos convirtiendo en un vagón de carga”.

Ante los retos que viven las instituciones de educación superior, Ricardo Villanueva considera que se debe gestionar la incertidumbre. “Tenemos que preparar a seres humanos que no saben a qué se van a dedicar, y todavía peor: que no existe a lo que se van a dedicar. Las universidades debemos estar abiertas para toda la vida”.

Acotó que las casas de estudios superiores deben tener actualizaciones de sus programas y abrirse para que regresen sus estudiantes. Además, se debe gestionar la innovación, y respecto a la gestión de la gobernanza, “las universidades tenemos que hacer modelos más flexibles, más rápidos, porque nuestra competencia que se mueve en el lenguaje económico es muy veloz”.

Desesperanza e incertidumbre

Enrique Graue añadió que es un momento difícil para las distintas sociedades del mundo. “Tenemos entornos de desinformación, de rapidez de información, de violencia, de inseguridad, de incertidumbre. No solamente es local, regional, nacional, lo es también mundial”. Por tanto, abundó, “hay que entender que muchas de las actitudes de los jóvenes hoy en día responden a esta desesperanza e incertidumbre de lo que está pasando”.

Graue Wiechers concluyó que no se puede obedecer a los intereses del mercado –sin que esto quiera decir que no lo tomemos en cuenta–, pero tampoco a los intereses del Estado. “Debemos ser totalmente independientes de la formación de los recursos humanos con los programas que tenemos. Es importante formar gente competente y certificada para el mercado laboral. ¿Para qué mercado laboral? ¿Para el de hoy o del de dentro de dos años? La expectativa es que en los siguientes 15 años 30 por ciento de los empleos habrán cambiado”.

En su intervención, vía remota, Joan Subirats acotó que debemos recuperar el valor de la presencialidad; es decir, que esa experiencia docente sea relevante, de interacción, que sea difícil de sustituir por una experiencia on line. La presencialidad exige innovación docente y una relación más intensa entre conocimiento y práctica.

También podría gustarte