Las universidades son un espacio de diversidad: Jorge Juanes López

Conferencia magistral Resistencia del Arte ante la Industria Cultural, del integrante del SUM

El capitalismo crea productos para consumir y desechar.

No entender que las universidades son un espacio de diversidad y no un partido político, es no comprender lo más fundamental de la cultura en México, afirmó Jorge Juanes López, filósofo y crítico de arte de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla e integrante del Seminario Universitario de la Modernidad: Versiones y Dimensiones (SUM), de la UNAM.

En la conferencia magistral Resistencia del Arte ante la Industria Cultural recordó que el papel que han tenido las instituciones públicas a lo largo de su historia y de la historia contemporánea ha sido desarrollar, diseminar y proponer discusiones plurales, abiertas a todas las tendencias, corrientes y posiciones filosóficas, económicas, artísticas, científicas y políticas.

Al participar en el Coloquio 2021 Modernidad: Cultura y Narrativa Histórica, organizado por ese seminario y el Centro de Investigaciones sobre América del Norte, señaló que se debe pensar en cómo combatir la estetización de la mercancía, el cuerpo ocupado y la industria de la cultura, desde el propio arte.

En la sesión presidida por Patricia Dolores Dávila Aranda, secretaria de Desarrollo Institucional, explicó que el capitalismo ha ido ocupando los cuerpos, los objetos, el ocio, la antigüedad o la moda. Ese sistema crea cadáveres; es decir, productos para consumir y desechar; no se compra para satisfacer una necesidad, sino la de estar a la moda, o la de cumplir con los requerimientos del cuerpo ocupado.

Pero la ocupación capitalista es blanda; “no hay un aparato opresor encima de nosotros, sino que nosotros somos quienes vamos a los grandes almacenes, donde están las mercancías que salen para ir a parar al basurero. Eso pasa en el mundo moderno y en ese sentido se puede hablar de un uso del arte al servicio del poder”, expuso.

También hablamos de la resistencia del arte, pero quizá ella no llega a permear, a provocar y a transformar a la mayoría del cuerpo social, que permanece absolutamente indiferente y ajena, dijo el especialista.

El cine radical (que permanece encerrado en pequeñas minorías), la política situacionista, de ocupación de la calle, de búsqueda de formas de intervenir y hacer comprender a la gente que hay otras maneras de sensibilidad y de relación existencial, no ha logrado tener éxito en términos mayoritarios, reconoció. En cambio, la industria de la cultura, la estetización de la mercancía, el cuerpo ocupado, han llevado la batuta.

Por desgracia, abundó, los artistas que hacen, por ejemplo, performance, lo realizan en espacios circunscritos, donde van los ya convencidos, y no se atreven a tomar el espacio público. “El zócalo, las calles del Centro Histórico, de Coyoacán, de La Condesa, de los pueblos, estos lugares no son de los políticos, sino de los ciudadanos, y los artistas no deben pedir permiso para ocuparlos, sino sólo avisar. Si no ocupamos los espacios donde transita la gente, difícilmente podemos hacer comprender la diferencia que planteamos”.

Patricia Dávila destacó que la secretaría a su cargo coordina y apoya a 22 seminarios universitarios. En específico, “este seminario abarca las reflexiones críticas de los procesos históricos, como de las expresiones del arte, la ciencia y el pensamiento político modernos”.

Además, esta instancia universitaria se alinea con la idea de que esta entidad promueve acercarse a nuevos públicos, utilizando las tecnologías digitales, bajo la concepción de que no sólo se intenta ampliar la distribución del conocimiento, sino la articulación de los diferentes saberes.

En tanto, Marta Lamas Encabo, coordinadora del SUM, refirió que desde sus inicios, este seminario se pensó como un espacio reflexivo, abierto a una pluralidad de temas que atañen a la modernidad, a sus versiones y dimensiones. Se han llevado a cabo coloquios, debates y conferencias a cargo de estudiosos de filosofía, ciencia, cultura y política.

El seminario, apuntó, está pensado para favorecer el disenso dentro de los debates y para promover un encuentro de formas de conocimiento crítico en distintas escalas y dimensiones, académicas, artísticas, intelectuales. “Pensar la modernidad desde una visión amplia fue y sigue siendo el objetivo”.

Al comentar la conferencia magistral, Andrés Luna, también integrante del Seminario Universitario de la Modernidad, opinó que el desarrollo de la industria cultural y la estetización de la mercancía operan como una fuerza centrípeta para las artes, que pugnan por alejarse de ese centro, que es el de la lógica de la fetichización y de la producción de plusvalor, pero también de una estetización de los espacios y las dinámicas asociadas al consumo.

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