Los estereotipos en torno al cuerpo femenino generan violencia estética y ésta se refleja en industrias como la textil. Ejemplo de ello es que en América Latina sólo se venden 17 de las más de 200 tallas posibles de brasier, lo cual discrimina a quienes deciden utilizarlo, pues no todas las usuarias cuentan con una oferta ajustada a ellas.
Para enfrentar esa problemática, Alejandra Montemayor, diseñadora gráfica egresada de la UNAM, creó La Talla Perfecta, la primera boutique en México especializada en copas grandes.
“Tras muchas malas experiencias, a mis 30 años por primera vez tuve un sostén que me quedó bien, que no lastimaba y que me hacía sentir bien conmigo misma. Parece irrelevante, pero en pleno siglo XXI, las mujeres somos la mitad de la población económicamente activa y pagamos por prendas que nos molestan 12 horas al día durante gran parte de nuestras vidas; además, nos dan una experiencia de compra frustrante y humillante, esto no es banal. Es un tema de equidad y de acceso a los mismos derechos que cualquiera”.
Con base en tales vivencias, Alejandra emprendió una alternativa para la diversidad de cuerpos, misma que incubó en InnovaUNAM y con la que ha buscado representación dentro de un sector dominado por varones.
“En México, la industria textil la dirigen hombres. El uso de brasier no les resulta familiar y anteponen sus objetivos de negocio a nuestra salud y autoestima”.
Con el avance de la humanidad esta prenda se ha complejizado y atendido aspectos como el estilo o la comodidad.
“Pueden hacerse desde espalda 24 hasta 60, en copas de la A a la P, pero estamos familiarizadas con 32 a 42, más o menos, en copas B, C y D, ya DD es revolucionario. El universo que conocemos es limitado. En Latinoamérica no se vende ni el 9 % de la oferta total”.
El costo de fabricar una gran variedad de tallas es elevado; eso ha implicado que a nivel industrial se busque una economía de escala, haciendo que la mayor cantidad posible de personas entren en el menor número de tallas, sin importar que éstas no cubran sus necesidades.
Brasieres para todas
“En una comida corrida con el que fue mi socio, planteamos crear un negocio que no existiera en el país; yo sugerí brasieres. Hice mi propia maquila, empecé con 16 tallas y 10 modelos. La segunda colección tuvo 25 y cinco, respectivamente, y la tercera 60 tallas. Como la demanda creció demasiado y cada vez se requerían más diseños, ahora manejamos un catálogo de 189 tallas y 500 modelos de importación”.
El servicio de su boutique se basa en tres pilares. El primero es atender y tratar con cariño, dignidad y respeto a cualquier persona. “Vienen de experiencias de compra frustrantes y agresivas en las que reciben miradas descalificativas y comentarios desatinados acerca del cuerpo”.
El segundo es que antes de hacer una recomendación se deben conocer las características y necesidades de cada clienta. La finalidad es que la prenda se adapte a la usuaria y no al revés, pues la experiencia en México es que compran el que menos peor les queda y ello provoca que les apriete, que se les entierren las varillas, que desarrollen hábitos como encorvarse, que usen doble sostén porque no tienen soporte o que se pongan ropa holgada para disimular el tamaño.
El tercer pilar se enfoca en el proceso práctico, es decir, en llevar a la clienta a un probador, realizar la medición y, a partir de la información proporcionada, recomendarle estilos que cumplan con lo buscado.
Alto potencial
La Talla Perfecta cuenta con dos puntos de venta físicos y una tienda en línea, pero alcanzar ese crecimiento precisó de un trabajo constante y del apoyo del Programa InnovaUNAM, donde se incubó la empresa.
“Asistí a un acto de emprendimiento y ahí supe de las incubadoras en la Universidad. Me dieron informes, les conté mi propuesta y vieron tanto potencial que me animaron a aplicar. Al finalizar la última etapa de selección un especialista del sector textil me dijo: ‘Tu proyecto es una mina de oro, hazlo porque no existe nada igual. Con esto vas a beneficiar a una cantidad impresionante de personas’”.
Para ella, la guía fue invaluable, pues pese a tener buen planteamiento, un producto innovador y un nicho importante de mercado, se sentía limitada por su falta de experiencia y de marco teórico para estructurar una empresa. El programa le dio herramientas para elaborar un plan de organización y administración que la llevó a consolidarla en 2013.
Del total de proyectos graduados hasta 2024, el de Alejandra es uno de los 48 encabezados por mujeres (sólo dos se relacionan con la industria textil).
Empoderarlas
Como aliada contra la violencia estética y del activismo por la diversidad corporal, La Talla Perfecta ha ayudado a más de 10 mil mujeres. “El beneficio físico es que, por fin, algo te queda bien y no te lastima, pero lo más satisfactorio y conmovedor es saber cuánta gente ha desistido de reducirse el pecho por tener una percepción negativa de él”.
Alejandra enfatiza que los cambios más asombrosos no los hace el brasier, pues es sólo el medio. “La magia ocurre cuando, mediante esta herramienta, se ven con más amor. Lo que era un problema o generaba complejos se transforma en orgullo y seguridad de ser quien eres”.