“Libros sí, bayonetas no”

- Clamor de 150 mil personas en marcha de Santo Tomás al Zócalo
- Respetar la autonomía universitaria, demanda el Consejo

180813-suple68-dia13Alrededor de 150 mil personas, entre estudiantes y profesores de la UNAM, el lPN, Chapingo, normales y público en general, marchan de manera ordenada desde el Casco de Santo Tomás hasta el Zócalo.

Durante el trayecto, la multitud grita consignas en contra del gobierno, exige castigo a los responsables de la agresión a los estudiantes el pasado mes de julio y corea: “¡Libros sí, bayonetas no!”, “¡Libros sí, granaderos no!”, “Al hombre no se le doma, se le educa”, “Éstos son los agitadores: ignorancia, hambre y miseria” y “¡México, libertad! ¡México, libertad!”

Después de la manifestación se realiza un mitin donde se reitera la demanda de solución a los seis puntos del pliego petitorio del Consejo Nacional de Huelga y se repudia a la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos.

Orador en el acto, Fausto Trejo, de la Coalición de Profesores de Enseñanza Media y Superior proLibertades Democráticas, señala que está ahí por propia voluntad y conciencia. Agrega: “Es absurdo que a los dirigentes de un movimiento que defiende las libertades constitucionales se les tache de agentes de la CIA”.

lnterviene Eduardo Valle, de la UNAM. Dice que el conflicto demostró que es falso que México sea un país con estabilidad política y llama caduco al régimen, el cual no permite libertades sindicales. “El movimiento tiene ahora carácter de lucha popular”, asegura y recomienda “vigorizar las brigadas políticas para ir a fábricas y a colonias proletarias y explicar al pueblo los motivos del movimiento”.

Félix Gamundi, del IPN, afirma que la reunión “es la repuesta a la falta de atención de las autoridades hacia las legítimas demandas del pueblo de México por las atrocidades cometidas por los granaderos y el Ejército”, en tanto que José Tayde, de Chapingo, acusa a la prensa reaccionaria y asegura que “en un país con 10 millones de analfabetos y 10 millones de hambrientos, una camarilla que está en el poder impone su ley y su verdad”.

En su turno, Ariel Contreras, de la Escuela Nacional de Maestros, dice: “A la juventud le corresponde luchar por formas de vida racionales y libres”.

En una “Carta al regente”, publicada en Excélsior, Ricardo Garibay escribe: “Si usted dijo que gracias a la intervención del Ejército no tenemos ahora que lamentar matanzas, que los desórdenes estaban planeados con anticipación y estallaron antes de tiempo e iban encaminados contra el porvenir de los jóvenes pobres de México, ¿quiénes son esas personas que buscaban dar al traste con el orden y la estabilidad de la República?, ¿a qué partido, asociación o secta pertenecen?, ¿de quién reciben órdenes o consignas?, ¿qué elementos enfermizos o extranjeros debemos soportar dentro de nuestra organización social y política?, de acuerdo con la ideología de los emboscados, ¿debemos esperar un nuevo ataque?, ¿por qué se dice que cuanto ha ocurrido no es sino el principio de cosas realmente importantes?”

Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional, declara en entrevista publicada en El Heraldo de México: “El Ejército Mexicano nada tiene contra ningún ciudadano mexicano o extranjero que radique en el país, mucho menos contra los estudiantes, nuevas generaciones de la patria a las que vemos con simpatía no tan sólo por ser ellos el mañana de nuestro México, sino también porque la gran mayoría de los soldados tenemos hijos, especialmente en la Universidad y en el Politécnico”.

Agrega: “La Secretaría de la Defensa Nacional desmiente categóricamente que en los pasados acontecimientos en que se enfrentaron los soldados con los estudiantes haya habido muertos”.

Manifestaciones estudiantiles se realizan en las ciudades de Puebla, Cuernavaca y Durango, en solidaridad con el movimiento encabezado por el CNH.

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En carta abierta se pide a GDO dialogue con estudiantes

180813-suple68-dia14En carta abierta dirigida al presidente Díaz Ordaz, la Confederación de Jóvenes Mexicanos apunta: “El problema  fue suscitado por los estudiantes de la capital y fuerzas represivas que abusaron de su función estrictamente preventiva, creando por su ausencia de tino un conflicto cada vez más profundo cuando en su origen pudo haber sido simplemente motivo de sanción escolar”.

Y remata: “Como hasta el momento no se han resuelto las peticiones de los estudiantes, venimos ante usted para que se aboque a dialogar personalmente con ellos”.

En su artículo “En el fondo, confusión”, publicado en el diario Excélsior, Enrique Maza escribe: “Es absolutamente cierto que se ha despertado un ‘oleaje de murmuraciones’. Y es absolutamente cierto que tenemos un derecho inviolable a ser informados. Pero la información no resplandece. Hace ya unas dos semanas que estamos en la oscuridad. Sobre algo que nos es vital. Gente ha habido que se ha visto amenazada. Gente que ha tenido que caminar por falta de transportes urbanos. Y no sabe por qué. No es la primera vez que en México sucede una cosa así. Hay rumores que fácilmente se desmienten. Por ejemplo, ha corrido la voz de que estos disturbios fueron provocados para deshacernos de las Olimpiadas, ante la imposibilidad de terminar a tiempo los preparativos y enfrentarnos a un fracaso. Evidentemente es absurdo. Pero, cuando el pueblo está en tinieblas, se lanza a pensar lo que puede. Y eso hace mucho más daño que conocer la verdad”.

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Respetar autonomía y Constitución, exige el Consejo Universitario

180813-suple68-dia15En sesión extraordinaria, el Consejo Universitario debate durante más de cuatro horas y elabora un documento en el que demanda:

1. Respeto irrestricto a la autonomía universitaria y el reconocimiento de que la libertad de expresión es esencial para el cabal cumplimiento de las funciones propias de todos los centros de enseñanza superior del país. 2. No intervención del Ejército y de otras fuerzas del orden público para la solución
de problemas que son de la exclusiva competencia de la Universidad y demás centros de educación superior. 3. Reparación de los daños materiales sufridos por los planteles universitarios que fueron ocupados por fuerzas públicas.

Apoya las siguientes demandas planteadas por amplios sectores de la comunidad universitaria y de otros centros de educación superior:

1. Respeto a las garantías individuales y sociales que consagra la Constitución. 2. Libertad de los estudiantes presos e indemnización de las víctimas de los recientes acontecimientos. 3. Determinación de las responsabilidades de las autoridades involucradas y aplicación de las sanciones correspondientes. 4. Sujeción de las funciones de las fuerzas públicas a los lineamientos de la Constitución, supresión de los cuerpos policiacos represivos y derogación de los artículos relativos al llamado delito de “disolución social”. 5. Libertad de los ciudadanos presos por motivos políticos  o ideológicos.

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