No sólo se trata de diseñar edificios
Los arquitectos deben entender todos los cambios en su entorno: Michel Rojkind
El creador ofreció en la UNAM la conferencia “Imaginar con alma: inteligencia artificial y el retorno a una cultura humana y profunda”

Michel Rojkind, socio fundador de Rojkind Arquitectos –reconocido por Architectural Record como uno de los 10 despachos líderes en la arquitectura vanguardista–, compartió en la UNAM su visión sobre el papel de la arquitectura en la sociedad contemporánea, la tecnología y la cultura.
En la Facultad de Arquitectura presentó la conferencia “Imaginar con alma: inteligencia artificial y el retorno a una cultura humana y profunda”, en el marco del programa único de especializaciones en la disciplina; ahí, el artista habló de su experiencia como profesor en la UNAM, lo que calificó como “un verdadero agasajo. Quería llorar cada vez que daba clases en toda la Universidad, lo digo con todo el corazón”.
Reconoció la pasión de los estudiantes universitarios y señaló que, aunque hay muchos arquitectos, no es común encontrar personas con una visión global de la vida. “Hay muy poca gente apasionada por la vida en general”.
Aseguró que “como arquitectos no se trata solamente de diseñar edificios, sino de entender qué está pasando socialmente, qué es lo que vemos, qué cambios tecnológicos, sociales, políticos, económicos y de todo tipo están pasando. Eso, nos hace mejores arquitectos”.
Michel Rojkind, cuyo despacho fue el creador de proyectos como Foro Boca, Mercado Roma, Cineteca Nacional, Liverpool Insurgentes y Nestlé Museo del Chocolate, entre otros, reflexionó sobre el papel de la tecnología en la arquitectura y la cultura contemporánea. “Somos un espacio 100 % a favor de la tecnología, pero nos preocupa mucho la relación entre lo tecnológico y lo humano. No queremos que se pierda esa parte esencial”.
El artista expresó su inquietud por las transformaciones culturales actuales. “Me preocupa mucho lo que está pasando en la cultura hoy en día. De hecho ya hay un término en inglés que se refiere a cómo la cultura se está convirtiendo en un casino, en un espectáculo”.
Cuando “dejamos de creer en fines trascendentes, en propósitos comunes, en verdades que nos anclan, todo se vuelve un juego, pero no uno sagrado como en los rituales ancestrales, sino uno vacío, donde el valor no está en lo que se crea, sino en cuánto impacto genera”, indicó.
Frente a este fenómeno, hizo un llamado a recuperar el sentido profundo de la cultura como una responsabilidad colectiva. “Tenemos que regresar a ver la cultura como un tema humano, de pasión, profundamente responsable con la mane manera en que nos hemos ido formando en este planeta. La arquitectura, en ese sentido, debe entenderse como una herramienta de transformación”.
Abogó por un uso ético de herramientas como la inteligencia artificial (IA), destacando proyectos como la Cineteca Nacional y el Foro Boca, donde la tecnología sirvió para fortalecer la comunidad y la identidad cultural.
Rojkind criticó el eslogan de “sustentabilidad” y propuso un enfoque regenerativo, ejemplificado en proyectos como huertos urbanos en azoteas de tiendas departamentales y cabañas colaborativas con ejidatarios.
También resaltó la importancia de trabajar con comunidades locales y otros profesionales, como en el famoso edificio de bicicletas en Arkansas, donde la arquitectura fomentó la interacción social.
El arquitecto aseguró que imaginar no es un lujo, sino una herramienta para reconstruir sociedades más conectadas, “algo que en nosotros se resiste”.
“Imaginar no es escapar, es volver a mirar el mundo con profundidad y decir ‘Esto que vemos no es lo único posible’. Y si todavía somos capaces de imaginar, entonces todavía somos capaces de reconstruir. No para volver a lo de antes, sino para inventar otra cosa, algo que nos haga sentir vivos, conectados, presentes. Quizá ahí empieza todo. Imaginar no es un lujo, es una fuerza para inscribir deseo en la materia”.
Para finalizar recomendó: “No nos esperemos a que venga otra pandemia para reflexionar sobre lo que queremos hacer hoy, y aprendamos a levantar la voz”.