Los memoriales, aspiración a una sociedad más moral y justa

Especialistas en temas legales y derechos humanos analizaron las reparaciones simbólicas de daños y la destrucción de patrimonio

La Cátedra Inés Amor en Gestión Cultural continuó la última semana de agosto el análisis del sector tras la pandemia con el Foro Pensar la Justicia Cultural en Tiempos de Crisis en México, en el que especialistas en temas legales y derechos humanos hablaron de reparaciones simbólicas de daños, derechos culturales, la discapacidad en las prácticas artísticas y destrucción de patrimonio, entre otros aspectos.

Robin Greeley, académica experta en la relación arte y política y fundadora del Symbolic Reparations Research Project, participó en el cuarto día de conversaciones, y explicó que la memorialización y las reparaciones simbólicas son procesos altamente reconocidos en el marco legal internacional, pues desempeñan un papel importante en la creación de condiciones para la confianza cívica y la solidaridad entre víctimas y el resto de la sociedad. “Responden a las demandas de preservar la memoria histórica, el reconocimiento, la dignificación y la justicia”.

Los memoriales a las víctimas de distintas formas de injusticias, agregó, actúan como la aspiración potencial a una sociedad más moral y justa. En ese sentido, planteó: “Debemos preguntarnos cómo los memoriales podrían no sólo representar sino, de hecho, también encarnar el proceso de construcción de cohesión social en su misma producción y forma estética. Cómo los memoriales pueden generar no sólo objetos, sino además prácticas sociales capaces de crear nuevos modelos del arte de gobernar, de la responsabilidad cívica, de la justicia y de la ciudadanía”.

Por su parte, el arquitecto y activista mexicano Sergio Beltrán García narró un par de casos en los que autoridades de distintos niveles de gobierno han pretendido construir memoriales sin hacer partícipes a las víctimas en los procesos. Son casos, comentó, que buscaban levantar monumentos sin entender lo que quiere decir realmente la memoria.

“De manera pedagógica yo distingo entre monumento y memorial: monumento como aquel objeto que ocupa un lugar para sólo recordar el pasado; memorial, como un proceso que crea espacio no nada más para evocar sino también para actuar en el presente de tal forma que no se repita en el futuro la tragedia”, dijo.

Museo Memorial del 68.

Patrimonio protegido

En la primera sesión, la abogada Ximena Medellín, del Centro de Investigación y Docencia Económicas, fue entrevistada por Jacobo Dayán, coordinador de la Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos en las Artes y también del foro, sobre la destrucción de patrimonio cultural como crimen de guerra y sus consideraciones en el marco normativo de la Corte Penal Internacional.

Para protegerlo, mencionó la especialista, hay límites en los métodos y medios que se pueden emplear en un conflicto bélico como, por ejemplo, la prohibición de que inmuebles históricos y arqueológicos sean utilizados para actividades militares, pues eso los convertiría en blancos potenciales de un ataque. “Es decir, no se recomienda poner el Ministerio de Defensa en un edificio histórico”.

Apuntó que los conflictos armados son muy demoledores de dichos bienes. La Segunda Guerra Mundial fue el parteaguas para reconocer lo fundamental que es su protección, después del caos que significó la devastación de inmuebles históricos y el saqueo de obras de arte, manuscritos y libros. Añadió que el cuidado se refiere a lo tangible y a lo intangible. “Hay que pensar no nada más en lo material que se puede dañar o robar, sino también en lo que significa lo cultural para la identidad de los pueblos. Destruir culturalmente a un pueblo puede equivaler a destruirlo físicamente”.

El Foro Pensar la Justicia Cultural en Tiempos de Crisis en México fue organizado por las cátedras Inés Amor y Nelson Mandela y por el Instituto de Investigaciones Estéticas. Todas las charlas pueden verse en la página de Youtube de la Cátedra Inés Amor.

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