Los movimientos estudiantiles, objeto de estudio excepcional

En el 68 representaron un auténtico punto de inflexión de orden político y cultural

En el Auditorio Ricardo Torres Gaytán del IIEc. Foto: Erik Hubbard.
En el Auditorio Ricardo Torres Gaytán del IIEc. Foto: Erik Hubbard.

El Seminario de Educación Superior Un Siglo de Movimientos Estudiantiles, inaugurado por el rector Enrique Graue Wiechers se propone dar a los participantes una visión amplia que conjugue aspectos históricos, políticos, sociales y culturales sobre el tema y que, además, recoja las experiencias de protagonistas directos, así como las reflexiones alrededor de esos movimientos.

Este año se conmemora el primer centenario de la Reforma de Córdoba que, precedida por un amplio movimiento estudiantil, dio lugar a las primeras expresiones de autonomía universitaria en Argentina, irradiando sus principios a otras naciones de América Latina. Se cumplen además 50 años de los movimientos estudiantiles de 1968 que representaron un auténtico punto de inflexión de orden político y cultural en la historia mundial contemporánea. Por esa razón, el seminario dedica la XII edición de su curso interinstitucional al tema.

En el acto inaugural, Graue Wiechers expuso que se tiene claro y “aplaudo la decisión de que la educación superior sea elevada a rango constitucional como una obligación del Estado. Mejor aspiración no podríamos llegar a tener como país”.

México enfrenta el reto de crecer exponencialmente la educación en ese nivel y con calidad, puntualizando las regiones que están más necesitadas, fortaleciendo en cada una los requerimientos específicos, y aumentar de forma importante el presupuesto dedicado a esa área. Pero debemos pensar cómo haremos para incrementarla; no puede hacerlo de forma anárquica, advirtió el rector.

Ante ese panorama, el seminario cobra hoy especial relevancia. No sólo deberá analizar los movimientos estudiantiles, sino además establecer propuestas que se puedan ofrecer a la nación, pues “si hay un dolor que le queda a la Universidad, es no haber insistido en cómo debe aumentar la educación superior y cómo debe ser el futuro de nuestro país en ese sentido. Ese dolor hay que curarlo”, señaló.

Historia

Humberto Muñoz García, coordinador general de esa actividad académica e investigador emérito del Instituto de Investigaciones Sociales, recordó que el Seminario de Educación Superior se
inauguró en el año 2000 para estudiar los factores políticos del cambio institucional en las universidades públicas. Inició con unos siete integrantes y actualmente lo conforman 23 investigadores permanentes.

Al hablar de los movimientos estudiantiles, Muñoz García dijo que representan un objeto de estudio excepcional, que se desatan en momentos inesperados y cada uno tiene su especificidad históricoestructural. Hay que analizarlos en el momento de su ocurrencia.

Esos movimientos llegan a tener tal impacto que en ocasiones se vuelven un hito histórico y pasan a reproducirse en el tiempo como parte del imaginario social, destacó.

Gran trayectoria

Armando Sánchez Vargas, director del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), mencionó que el seminario tiene una gran trayectoria y es uno de los de más calidad en esa entidad universitaria.

“Nos congratulamos por este curso que tendrá cerca de 500 participantes en varias sedes, lo cual habla de su magnitud. Tendrá cuatro modulos: movimientos autonomistas en América Latina; movimientos estudiantiles de los sesenta; movimientos estudiantiles de los ochenta, y movimientos estudiantiles del siglo XXI.”

Al acto inaugural, realizado en el Auditorio Ricardo Torres Gaytán del IIEc, asistieron Alberto Vital, coordinador de Humanidades, e Imanol Ordorika Sacristán, coordinador académico del seminario.

Después de la puesta en marcha del curso, el investigador universitario Imanol Ordorika, advirtió que la conmemoración de movimientos estudiantiles como el de 1968 y otros es un acto necesario para recordar su importancia aunque puede resultar riesgoso, pues en muchas ocasiones se cae en versiones simplistas que le quitan valor al pasado.

En el caso de México el movimiento de 1968 fue determinante pero no ha sido el único, como lo demuestra el hecho de que la propia UNAM alcanzó su autonomía en 1929 gracias a la organización estudiantil, apuntó.

“Desgraciadamente aún hay sectores que tienden a ver estos fenómenos sociales como patologías, problemas que hay que erradicar y desaparecer y en esa medida no se estudian ni comprenden sus aportaciones”, concluyó.

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