Los muebles, fieles testigos de una época

Contienen valiosa información sobre el patrimonio cultural y las tendencias artísticas de un periodo del pasado

Patricia Díaz, Giovana Jaspersen, Angélica Velázquez y Ana María Fernández. Foto: Francisco Parra.

Las sillas, mesas, camas, armarios, baúles, costureros, espejos, biombos y escritorios son testigos fieles de una época determinada, de los cuales los historiadores del arte, conservadores, restauradores, arquitectos y anticuarios pueden extraer valiosa información sobre el patrimonio cultural y las tendencias artísticas de un periodo del pasado.

Con ese interés, el Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM y el Museo Franz Mayer organizaron el IV Congreso Iberoamericano de Historia del Mueble, realizado en modalidad híbrida desde la sede de dicho museo y transmitido por redes sociales del IIE.

Durante la inauguración, Angélica Velázquez Guadarrama, directora del IIE, dijo que esa entidad universitaria siempre ha estado vinculada a la historia del mueble a través de la labor de sus investigadores y de las relaciones que se han establecido con otros estudiosos, ya sean coleccionistas, curadores de museos y responsables de diversos acervos que resguardan documentación.

Añadió que se han puesto a disposición de la indagación fondos de personajes vinculados con la historia del mobiliario, como lo es el Fondo Abelardo Carrillo y Gariel con sede en el Archivo Histórico y Documental Eduardo Báez Macías del IIE. “Abelardo Carrillo y Gariel fue un hombre polifacético, restaurador, historiador del arte y pionero en el estudio del mueble en México”, recordó.

Velázquez Guadarrama señaló que el IIE tiene una extensa trayectoria de relación institucional con diversas instancias como el Museo Franz Mayer, que a lo largo de su historia ha abierto sus puertas para poder estudiar a detalle su maravillosa colección.

Dijo que el Instituto de Investigaciones Estéticas está orgulloso de ser uno de los organizadores de este congreso originado en Oviedo, España, en 2016. “Seguramente estos vínculos internacionales tendrán una importante repercusión en la formación de estudiantes, y enriquecerán el entorno universitario”.

En el encuentro estuvieron especialistas de Europa, Estados Unidos, Colombia, Cuba, Brasil, y mexicanos de Tabasco, Guadalajara y Ciudad de México, quienes participaron de forma híbrida.

Desde 2016

Por su parte, Patricia Díaz Cayeros, coordinadora académica del evento, dijo que los congresos iberoamericanos de la Historia del Mueble se originaron por iniciativa de dos catedráticos e historiadores del arte: Ana María Fernández García, de la Universidad de Oviedo, presente en la ceremonia, y Gonzalo Vasconcelos de Souza, de la Universidad Católica Portuguesa, que los acompañó a distancia desde Oporto.

Mencionó que a partir de 2016 se celebra el Congreso anualmente para promover investigaciones novedosas en torno al mobiliario que circula o se fabrica en la península ibérica, así como de los territorios americanos de habla hispana y portuguesa.

El subtítulo del evento: Conexiones, nos lleva a no pensar el mueble aisladamente, sino dentro del contexto de la cultura con sus usos y costumbres y en un mundo conectado, a través de lazos comerciales y el constante tránsito de personas.

“Conexiones también nos recuerda que este tipo de historias artísticas y culturales nos obligan a cruzar diferentes disciplinas, instituciones y geografías para llegar a buen puerto.”

Giovana Elizabeth Jaspersen García, directora del Museo Franz Mayer, refirió que considera el Congreso una oportunidad y un pretexto para recorrer las bodegas y el acervo del Franz Mayer, y así dejarse sorprender nuevamente por la excepcional colección de mobiliario del museo, para permitir compartirlo con miradas estudiosas y curiosas, como la de Franz Mayer, pues en el mobiliario encontramos también la historia del mundo.

“El mueble, como el vínculo material entre lo humano y lo arquitectónico, nos muestra en sus formas las personas que hemos sido y lo que del entorno hemos necesitado, así como extensión de nuestro propio cuerpo se convierte en una historia social más que material”, indicó Jaspersen García.

Agregó que una silla, un banco, un escritorio o una cuna se tornan “recreación, alimento, estudio y descanso; niña, madre o joven”.

Apuntó que el mueble es también lienzo y literatura, narra los oficios textiles de la misma manera que los juegos de esparcimiento en la infancia. “Nos revelan un universo que sólo existe ahí, en esa puerta, en ese recoveco diminuto y en ese cajón custodiado por dragones”.

En el presídium también estuvo Ana María Fernández García, catedrática de historia del arte de la Universidad de Oviedo, España.

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