Luminarias comerciales, gran reto para protección de cielos oscuros

Contar con ellos beneficia a los grandes observatorios y a las especies de hábitos nocturnos

Foto: Archivo Gaceta UNAM.
La luz que generan los centros comerciales, las oficinas o las piezas ornamentales producidas por particulares representa el siguiente gran reto para la protección de los cielos oscuros, los cuales benefician no sólo a los grandes observatorios, sino también a las especies en áreas protegidas y de hábitos nocturnos, destacó Fernando Ávila Castro, investigador del Instituto de Astronomía (IA).

En el contexto de la Semana Internacional de Cielos Oscuros (que se celebró del 22 al 30 de abril), el representante de México ante la International Dark Sky Association (IDA) precisó que, si bien cada vez más entidades de la República generan leyes y reglamentos de iluminación compatibles con los cielos oscuros, es importante que se sumen más entidades y cada vez más ciudadanos.

El astrónomo explicó que, por ello, es importante la difusión de estos temas y conservar espacios más allá de los observatorios astronómicos, en Baja California o Sonora, pues es necesario proteger las Áreas Naturales Protegidas, zonas arqueológicas o parques como el que está en la comarca minera, donde expertos buscan la protección de su cielo oscuro.

“Ya no sólo es cuestión de ver los observatorios, es cómo influye el exceso de iluminación artificial en la conducta humana de las ciudades de México. Queda trabajo por hacer, como revisar la parte ornamental y comercial y ver, precisamente, cuáles son los mecanismos que se pueden usar para darle mayor promoción a la conservación de los cielos oscuros y encontrar un equilibrio entre la parte del desarrollo económico y la preservación cultural y del medio ambiente”, consideró.

El científico agradeció que cada vez más personas, especialmente investigadores, se interesan en la protección de los cielos oscuros, pues es necesario trabajar de la mano con gobiernos, instituciones educativas y la sociedad en general.

Ávila Castro recordó que la protección de cielos oscuros tuvo un gran impulso en Arizona, Texas, a finales de los años 80 del siglo pasado con el nacimiento de la Asociación Internacional de Cielos Oscuros en dicha urbe y con el paso del tiempo ha crecido; “en México el representante soy yo, Fernando Ávila, pero en los últimos años ya hay delegados de Tijuana, Hermosillo, Ciudad de México e Hidalgo”.

Nuestro país inició en 2006 con la protección legal mediante un primer reglamento municipal en Ensenada, lugar donde se encuentra el Observatorio Astronómico Nacional en la Sierra de San Pedro Mártir, el cual es operado por el IA.

Queda trabajo por hacer… como encontrar un equilibrio entre la parte del desarrollo económico y la preservación cultural y del medio ambiente”

Fernando Ávila Castro
Instituto de Astronomía

En Baja California

Respecto a la iluminación vial, Baja California ha seguido con las modificaciones de la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, donde se ha visto que si se implementa correctamente se puede tener un ahorro de energía de entre 40 y 60 por ciento, lo cual es muy atractivo para las administraciones municipales.

“En cuestión de iluminación comercial, por ejemplo, ornamental, donde recae en particulares este costo de la energía, ha sido un poco más complicado, y por eso es importante hacer difusión del tema, para ello existe la Semana Internacional de Cielos Oscuros desde 2003. Se escoge el mes de abril porque es cuando empieza a aparecer el centro de la Vía Láctea durante las noches, la semana previa a la luna nueva cuando tenemos noches realmente oscuras y el invitado de honor es el centro galáctico”, precisó.

Agregó que también en Mexicali y Tijuana se tienen reglamentos de iluminación y el tema está presente en dos leyes estatales (la Ley de Desarrollo Urbano de Baja California y la de Protección al Ambiente para el Estado de Baja California). Además, en 2021 se modificó la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, en la que se incluyó el exceso de iluminación ambiental como un contaminante, y Sonora, entidad vecina de Baja California, ya tiene también legislación con la que se busca proteger el Observatorio Astrofísico Guillermo Haro, en Cananea.

Sobre el caso de Cananea, Ávila Castro comentó que éste es un recordatorio de lo que puede suceder si no se protege a tiempo. El impacto ambiental minero se ha extendido al cielo nocturno, por el polvo dispersado como por los grandes puntos de iluminación que usan. Por tanto, “necesitamos del apoyo de las autoridades federales para poner en marcha los cambios que se están proponiendo en la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente”, concluyó.

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