Maradona: 60 años del genio argentino

La vida de Diego Armando Maradona inició un 30 de octubre de 1960 en la provincia de Lanús, una de las provincias de Buenos Aires, Argentina. Es el quinto de los ocho hijos que tuvieron Diego Maradona y Dalma Salvadora Franco, una familia que dio tres futbolistas a las canchas argentinas, sólo Diego se convirtió en leyenda.

El Pelusa, como le llamaban, destacó desde muy pequeño con el balón en los pies. Así, en 1969, realizó pruebas para ingresar a las divisiones inferiores del club Argentinos Juniors. Fue incluido en la escuadra de Las Cebollitas, como se le llamaba al equipo de la categoría 1960. Resultaron campeones del Juegos Nacionales Evita y el campeonato de la 8.ª división en 1974.

Su debut profesional llegó en 1976 cuando fue ascendido al primer equipo de Argentinos Juniors, Maradona apenas iba a cumplir 16 años. Pasó otros cuatro años en el club sin conseguir campeonato alguno, aun cuando fue el mayor goleador de los torneos 1978, 1979 y 1980. También tuvo sus primeras experiencias con la Selección de Argentina, con la escuadra nacional ganó el campeonato juvenil del mundo en 1979, un año antes César Luis Menotti declinó convocarlo a la selección mayor por su edad.

River Plate intentó ficharlo en 1981, pero fue su gran rival, Boca Juniors, el club que sumó al Pelusa a sus filas. El romance entre Diego y los xeneizes fue inmediato, ese mismo año consiguieron el campeonato. Sin embargo el talento del 10 argentino era ineludible, pronto los grandes equipos de Europa comenzaron a tenerlo en la mira, acortando su estancia en Boca Juniors. En total, jugó 40 partidos y anotó en 28 ocasiones antes de partir al viejo continente.

El Futbol Club Barcelona puso más de 7 millones sobre la mesa para conseguir el fichaje de Diego y debutó oficialmente el 4 de septiembre de 1982. Su paso por el club se vio entorpecido por una hepatitis y continuas discusiones con el entrenador del equipo, el alemán Udo Lattek, quien eventualmente fue destituido por Menotti.

Con los azulgranas sumó la Copa de la Liga y la Copa del Rey de 1983, y un año después la Supercopa de España. Su paso con los catalanes cerró con una suspensión, gracias a una trifulca en la que Maradona se vio envuelto durante un partido con el Athletic.

El traspaso abrió la puerta a uno de los mejores momentos de Maradona en las canchas europeas. El astro argentino llegó al Nápoles en 1984, con ellos conquistó las ligas de 1987 y 1990, la Copa UEFA de 1989 y la Supercopa de Italia de 1991. Durante esos años en Italia también se convirtió en padre, gracias a la llegada de sus hijas Dalma y Giannina.

Mientras triunfaba en los pastos europeos y fama (excesos) fuera de las canchas crecía, Diego Armando se consagró portando la playera de Argentina en el Mundial de México 86. En el evento, el futbolista cautivó al mundo con su talento y gracias a la “mano de Dios”, durante los cuartos de final frente a Inglaterra, consiguió una de las grandes postales de su carrera. Participó con Argentina en los mundiales de Italia 90, fueron subcampeones, y Estados Unidos 94, pero la escuadra no corrió con la misma suerte gracias a la suspensión por dopaje del 10 argentino.

Cerró su tormentoso ciclo europeo portando la camiseta del Sevilla en la temporada 1992-1993, sin embargo las suspensiones y los excesos cobraron factura forzando que siguiera con su carrera en Argentina. Jugó en la 93-94 para Newell’s Old Boys y para Boca Juniors en 1995. Un resultado positivo por dopaje en 1997 lo hizo decidirse por el retiro.

Su vida fuera de las canchas lo ha llevado a ser conductor de televisión, objeto de millares de reportajes televisivos y una extensa carrera como entrenador menos exitosa que su faceta con los botines, ésta incluye la Selección de Argentina, su amado Boca Juniors y varios equipos alrededor del mundo, incluyendo un par mexicanos.