La más grande y brillante del año

Marco científico y musical a la Luna

Investigadores de la Universidad compartieron con el mundo experiencias del eclipse total de Selene

El siguiente eclipse de nuestro satélite natural ocurrirá el próximo 19 de noviembre, pero se observará sólo de forma parcial. Foto: Erik Hubbard.

La música del pianista y compositor Claudio Recabarren Madrid, titular del proyecto Astro Arte, fue el marco perfecto para admirar la superluna roja que se apreció ayer en gran parte del territorio nacional, en la transmisión de este fenómeno realizada por expertos de la UNAM.

Especialistas de los institutos de Radioastronomía y Astrofísica (IRyA) y el de Astronomía (IA), así como el Observatorio Astronómico Nacional en San Pedro Mártir compartieron a través de redes sociales con los mexicanos y gente del mundo sus experiencias y conocimiento sobre este fenómeno, cuyo punto climático duró 15 minutos, pero fue acompañado desde las 4:30 de la mañana y hasta que el Sol hizo su aparición en el horizonte.

René Ortega Minakata, Miguel León y Rafael Hernández guiaron desde Morelia la observación virtual con telescopios para ver el eclipse lunar total, la madrugada de este 26 de mayo en vivo a través de las redes sociales del IRyA.

“Un eclipse de Luna es cuando ésta se interpone en la sombra de la Tierra, por lo que se oscurece nuestro satélite, que en esta ocasión se aprecia primero cómo disminuye su brillo y luego se oscurece poco a poco, hasta llegar a la fase total, en la que la Luna se mira con tonos cobrizos o rojizos. Por ello, popularmente se le conoce como Luna roja, y con un poco más de sensacionalismo, Luna de sangre”, dijo Ortega Minakata.

 

A su vez, académicos del Instituto de Astronomía se unieron con comentarios y música a partir de las seis de la mañana, para admirar la superluna roja en su momento más intenso.

Fernando Ávila Castro, investigador del IA, explicó que la transmisión se hizo desde las instalaciones del Observatorio Astronómico Nacional en San Pedro Mártir, en Baja California, uno de los sitios con mejores condiciones. “Podemos presumir que tiene una de las tasas de observación astronómica más altas en el mundo con casi 90 por ciento de las noches despejadas”.

Cada año, precisó Ávila Castro, nuestro planeta registra dos eclipses de Sol y dos de Luna, pero aunque es un evento anual, no siempre se pueden ver en zonas habitadas, y este año, lo que hace único este suceso, es que coincide con una superluna, es decir, el satélite se encuentra perigeo o en su punto más cercano a la Tierra, lo que hace que se mire más grande.

Jackeline Suzette Rechy García, investigadora del IRyA, mencionó que el tono rojizo que adquirió el satélite se debe a que la luz del Sol (que está formada por varios colores que van del azul al rojo) al entrar a la atmósfera de la tierra es absorbida por la atmósfera y sólo la luz roja se refracta e impacta sobre el disco de la Luna dándole su color.

¿Por qué de sangre?

Adicionalmente, Julieta Fierro Gossman, investigadora del IA, precisó que la historia de por qué se llama Luna de sangre tiene que ver con el rey Herodes, quien era un político romano de Israel en la época de Cristo. Estaba casado con Herodías, una mujer que tenía una hija de otro matrimonio llamada Salomé, quien era “muy seductora y de una belleza inaudita”.

Herodes se enamoró de ella y le rogó que le bailara la “Danza de los siete velos”, ella se negó. El rey le ofreció a cambio sus cisnes blancos, joyas e incluso la mitad de su reino, pero ella seguía negándose.

Le dijo: “te ofrezco lo que quieras”. Finalmente accedió y le pidió la cabeza de Juan Bautista. El rey le ofreció muchas otras cosas, ella no aceptó. Al final, mandó a cortar la cabeza de Juan Bautista y la pusieron en una charola de plata para llevársela a Salomé.

Justo ese día hubo un eclipse total de Luna, que particularmente se puso roja. Desde entonces los eclipses lunares se conocen como Luna de sangre.

Finalmente, destacó que en la antigüedad los eclipses fueron importantísimos porque la sombra de la Tierra en la Luna siempre se refleja en un círculo y el único objeto que invariablemente produce esta forma es una esfera. Esa es una de las pruebas más antiguas de la esfericidad de la Tierra.

A prepararse

El siguiente eclipse de Luna ocurrirá el próximo 19 de noviembre, pero se observará sólo de forma parcial cuando entre en su primera etapa que se le conoce como penumbra, mientras que el siguiente total de Luna será el 16 de mayo de 2022.

Hacia 2023 y 2024 será posible observar desde México dos eclipses solares. El primero, en noviembre de 2023, será anular y podrá ser visto desde la Península de Yucatán, Campeche y Quintana Roo.

Y en abril de 2024 uno total de Sol, que entrará al país por la costa del Pacífico desde Sinaloa, subirá hacia el Norte, cruzando por Chihuahua y Coahuila.

También podría gustarte