México, en deuda con las mujeres migrantes

Grupo extremadamente vulnerable que sufre distintos tipos de violencia: de género, sexual, institucional, comunitaria...

A pesar de que estamos en un momento de avance jurídico y legislativo en materia del derecho a las mujeres a una vida libre de violencia, México aún tiene deudas, señala Alethia Fernández de la Reguera Ahedo del Instituto de Investigaciones Jurídicas.

De enero a septiembre de 2021, 54 mil 603 mujeres migrantes fueron detenidas en México y más de 7 mil han sido deportadas.

Al Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) le preocupan los riesgos que enfrentan las migrantes a causa de la política de detenciones automáticas establecida en la Ley de Migración, los obstáculos para solicitar refugio y la parcial implementación del Programa de Alternativas a la Detención.

La investigadora destaca que la CEDAW ha recomendado al Estado mexicano revisar la Ley de Migración con el propósito de abolir la detención automática y difundir el Programa de Alternativas a la Detención, así como asegurar el acceso efectivo a procedimientos de determinación de la condición de refugiado/a de forma justa, eficiente y con perspectiva de género.

Las jóvenes son las que más padecen agresiones diversas.

¿Por qué no la reportan?

Fernández de la Reguera Ahedo indica que las principales dificultades para reportar la violencia son las normas culturales y el estigma social; la normalización de la violencia, tanto en los lugares de origen como en la frontera sur de México; el trauma ocasionado por la violencia; la falta de tiempo para denunciar debido a la necesidad de continuar el viaje; el desconocimiento de sus derechos y los servicios disponibles; el miedo, especialmente cuando los perpetradores son policías o agentes migratorios o si creen que la denuncia podría afectar su solicitud de asilo (lo que es común con personas de la diversidad sexual), y la percepción de la baja capacidad de respuesta de los proveedores de servicios de asistencia a víctimas de violencia.

La coordinadora del Laboratorio Nacional Diversidades de la UNAM acota que dentro de los grupos vulnerables que viven violencia son las mujeres jóvenes las que más la padecen. “Si nosotros vemos datos de mujeres, por ejemplo, en el tema de desaparición, ellas son las que más la sufren. En México, entre los 12 y los 17 años, son el grupo de edad que más padece este delito”.

Añade que las migrantes son un grupo extremadamente vulnerable para sufrir distintos tipos de violencia en México: de género, institucional, comunitaria, con sus propias familias, sexual, extorsión de autoridades y del crimen organizado, amenaza de secuestro y desaparición.

“Lamentablemente, el tema de desaparecidas migrantes es un drama y no hay todavía una cifra con la que nosotros podamos saber cuántas están en esa condición en territorio mexicano.”

Afirma que otro problema que enfrentan las mujeres migrantes es el acceso a los servicios de salud; es el caso de las que llegan embarazadas a México o que han sufrido violencia sexual. No hay forma de garantizar que tengan acceso digno a atención ginecoobstétrica o se implemente la norma para proteger a aquellas que han vivido violencia sexual. La Ley de Migración, de hecho, “estipula que no importa el estatus migratorio, las personas migrantes tienen el derecho a la salud en México y esto no se está cumpliendo”.

Dice que hay un discurso que estigmatiza a las mujeres migrantes, se piensa que vienen como trabajadoras sexuales y, sí, muchas de ellas realizan esa labor porque es la única opción que tienen a los sitios a los que llegan. “Las mujeres que migran siempre lo hacen como cuidadoras y, en este sentido, no hay condiciones de apoyo; entonces, difícilmente podrán conseguir un empleo, comenzar una vida más independiente de la que tienen viviendo en un albergue, es decir, poder rentar una vivienda porque no tienen un apoyo, un mecanismo para hacerlo”.

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