Migración, comercio y seguridad, grandes temas en América del Norte

A la vez que pavimentan los principales espacios de la relación bilateral, son también ventanas de oportunidad y conflicto

Los tres grandes temas entre México y Estados Unidos, presentes en lo que va del siglo, y aún antes, son migración, comercio y seguridad. Pero al tiempo que pavimentan los principales espacios de la relación bilateral constituyen también ventanas de oportunidad y conflicto, señalaron académicos.

Los desafíos del vínculo entre ambas naciones son enormes, entre ellos recuperar la confianza y construir cimientos que permitan establecer, a futuro, relaciones coherentes y racionales, consideró José Luis Valdés Ugalde, integrante y exdirector del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN).

La conexión entre las dos naciones, históricamente, ha sido interdependiente, pero asimétrica, ambigua y contradictoria. No obstante, “en los tiempos que corren dicha ambigüedad es más pronunciada y peligrosa para el interés nacional”.

María Rosa García Acevedo, de California State University, señaló que la relación de México y Estados Unidos se caracteriza por su complejidad, su carácter asimétrico, interméstico (mezcla de sucesos de coyuntura domésticos y globales) e histórico.

Esta complejidad, abundó, incluye el hecho de que hay una constelación de actores gubernamentales y no gubernamentales que participan en la relación, entre ellos el Congreso de EE. UU. y las empresas calificadoras, cuyos dictámenes tienen influencia en ambos lados de la frontera y el mundo, además de organizaciones preocupadas por los derechos civiles y políticos.

En la mesa Los desafíos de la política exterior en la relación bilateral, del ciclo Diálogos del Bicentenario de las relaciones diplomáticas México-Estados Unidos, Valdés Ugalde señaló que el presidente de México ha confrontado a EE. UU. y a los actores que en aquel país tienen intereses profundamente enraizados en nuestro territorio, históricos y nuevos, como los vinculados con inversiones directas en energías limpias.

La posición ha sido de ausencia de estrategia respecto de lo que queremos de la relación con los Estados Unidos y la que ellos quisieran con nosotros, opinó el universitario, y las repercusiones negativas son ya patentes en varios frentes. “La política interméstica ha quedado sumida a una serie de vaivenes que rozan, en varias ocasiones, el escándalo”.

La crisis interna impuesta por las fuerzas del trumpismo y la emergencia pandémica, así como la invasión de Rusia a Ucrania, han permeado las relaciones de la Unión Americana con el exterior. “Con Biden llegó un presidente internacionalista”.

No obstante, preocupa el desinterés con que el gobierno de México ha tratado algunos de los espacios históricos de la relación bilateral, y se ha concentrado más en provocar que en construir un diálogo de cooperación con nuestro socio y vecino, dijo Valdés.

Mientras el gobierno estadunidense tiene una estrategia referente a lo que quiere con México, no sólo en los temas tradicionales de la agenda, sino también en los nuevos –como la pandemia, la economía sostenible, el desempleo, la energía, el cambio climático y los derechos humanos–, el mexicano no ha dado señales de tener una idea de cómo quiere abordar la relación. Eso, opinó el investigador, podría propiciar un trato de cooperación aún más asimétrica.

García Acevedo recalcó que si bien el tema de la migración se ha discutido en diferentes momentos durante los últimos dos años en el Congreso de los Estados Unidos, en realidad no hay nada concreto, como una disposición o proyecto de ley viable en la materia.

En términos de comercio destacan los fondos que ese órgano legislativo ha otorgado en torno al T-MEC: en 2020, 180 millones de dólares para proyectos generales, y 30 millones relacionados con gastos de operación de funcionarios consulares norteamericanos en México, quienes monitorean leyes laborales, contratos colectivos y casos extremos, como trabajos forzados.

En seguridad resaltan los fondos para el llamado entendimiento bicentenario. El Congreso otorgó 150 millones de dólares para inteligencia financiera, coordinación fronteriza anticrimen, tratamiento para adicciones y medidas para disminuir violencia de alto impacto.

También hay proyectos financiados en el tema de frontera. De los dos más importantes, uno corresponde a la Comisión Internacional de Límites y Aguas, que se encarga de una serie de programas transfronterizos relacionados con el agua, por los caudales compartidos de ríos. No obstante, “hay poca acción en términos de migración”.

El encuentro, organizado por la UNAM-Chicago y el CISAN, fue moderado por Carlos Ballesteros Pérez, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

Carlos Ballesteros, María Rosa García y José Luis Valdés. Foto: Víctor Hugo Sánchez.
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