Montaje sobre la fuerza evocativa del sonido

En un escenario aparentemente vacío, sin objetos tangibles pero lleno de estímulos auditivos que activan los sentidos y la imaginación del espectador, Aarón Govea desarrolla Insomnus (Rhumor teatral). ¿A qué suena el rojo?, puesta en escena creada, dirigida y actuada por él mismo y que, como se advierte en el programa de mano, “se oye y luego existe”.

Un solo personaje, vehemente, un tanto loco, sometido a los impulsos externos y a sus incesantes reflexiones, baila, hace acrobacias, gesticula, narra situaciones por medio de mímica y dispara constantes preguntas que él mismo responde inmediatamente. En su frenesí intenta atrapar la luz proveniente de los reflectores, repasa las gamas de colores, ofrece su corazón luego de “sacárselo” del pecho: busca la libertad.

El sonido guía la acción del protagonista, quien interactúa con una escenografía y una utilería que únicamente se escuchan, no se pueden ver salvo en las imágenes que los ruidos son capaces de dibujar en la mente de los espectadores, las cuales son diferentes en cada uno de ellos, según la propia experiencia.

Ese es el objetivo de Insomnus: perturbar a través del oído para que el público eche a volar su imaginación sin someterla a la referencia única e invariable de lo que se puede ver. Así, propicia también una reflexión sobre la libertad y la influencia del sonido en nuestras ideas y comportamiento. “Es una apuesta por una dramaturgia que dialoga con el imaginario del espectador”.

El audio proviene de todas direcciones. Bocinas colocadas alrededor del escenario, arriba y atrás de las butacas, permiten sentir con notable cercanía las más de 300 pistas que se despliegan durante la puesta en escena, la mayoría de ellas fácilmente reconocibles ya que se refieren a situaciones y acciones cotidianas como comer una fruta, abrir una ventana o romper un objeto de vidrio.

En un mundo tan visual como el contemporáneo, la obra cuestiona ¿qué significa ser libre?, ¿qué es lo real?, ¿qué sonidos tendrían las emociones o los colores? Y en un diálogo corporal con los estímulos auditivos, el actor responde con sus acciones a aquello que escucha.

La pieza, sui géneris, es el resultado de varias residencias y laboratorios realizados en México, Francia y Croacia, en las que Govea exploró nuevas poéticas y dramaturgias que rompieran con la estructura narrativa convencional del teatro; esto mediante un trabajo físico que no parte del texto, sino de las acciones en el escenario.

Lo acompañan para la realización Beatriz Bermúdez en la sonorización en vivo, Jorge Kuri Neumann y Fernando Olguín en el diseño de iluminación, y Bobby Watson en el diseño de vestuario.

Libertad

Dice Aarón Govea que cuando escuchamos las personas mantenemos cierta libertad que se pierde una vez que comenzamos a ver. “Estamos en un mundo visual tan contaminado que todo el tiempo estamos pensando en referentes o hacemos asociaciones con algo que vimos, es ahí cuando notamos que no hay tanta libertad para jugar con la imaginación del espectador, a diferencia del sonido que nos permite que cada uno pueda generar una historia o reflexión”.

Para quienes deseen experimentar la fuerza evocativa del sonido, Insomnus (Rhumor teatral), producción de Teatro UNAM y la compañía NARANJAZUL, Teatro-Circo Contemporáneo, tendrá temporada hasta el 7 de mayo en el Teatro Santa Catarina, jueves y viernes a las 8 de la noche, sábados a las 7 y domingos a las 6 de la tarde.