Múltiples cambios ocurren en el organismo al permanecer en el espacio exterior

En microgravedad, el sistema cardiovascular va a remodelarse para que la sangre sea capaz de llegar a todo el cuerpo y éste siga funcionando

Disciplina que viaja al cielo y a las estrellas, la medicina aeroespacial es una rama médica que se centra en el estudio clínico y científico del cuerpo humano en uno de los ambientes más hostiles a los que se puede enfrentar cualquier ser humano: el espacio, aseguró Ricardo Martínez Tapia, profesor de la Facultad de Medicina (FM) y miembro fundador de la Sociedad Universitaria de Medicina Aeroespacial (SUMAe).

En los últimos años estamos viviendo un auge de la actividad espacial, que no se veía desde los años 60 y 70 del siglo pasado, y en el que ahora se ven involucradas incluso empresas privadas que buscan lograr nuevos viajes espaciales, como llevar humanos a la Luna y tener una estación en Marte.

En estos viajes, el cuerpo humano necesita trajes espaciales dotados de alta tecnología que sirven como naves individuales enfocadas en la protección y en el mantenimiento de las condiciones humanas como si estuvieran en la Tierra. “Así enfrentan, por ejemplo, la radiación y la gravedad”, señaló Martínez Tapia, quien participó en un video de divulgación como comandante de una tripulación de profesores y alumnos de la FM, quienes explicaron qué es la medicina aeroespacial.

En la Noche de Museos, organizada por el Palacio de la Escuela de Medicina, destacaron que el estado de ingravidez tiene efectos en nuestro cuerpo, por ejemplo, en el sistema nervioso, que está compuesto por el cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos, dijo Rubén Acosta Coria, alumno de la FM y miembro de la SUMAe.

“En el espacio, el sistema nervioso sufre algunos cambios por la radiación, la falta de gravedad y las temperaturas extremas, y padece el Síndrome de la Presión Espacial, el proceso que el cuerpo tiene que realizar para acostumbrarse al ambiente espacial. Se puede identificar al experimentar dolores de cabeza, de estómago, mareos, náuseas, incapacidad para inclinar la cabeza y vómitos repentinos hasta por siete días”, comentó Acosta.

Los astronautas pueden perder entre el uno o dos por ciento de su masa ósea total”

Dijo que también se manifiestan ilusiones o errores de percepción con el entorno, como sentir que uno es el piso, que se va de lado o se está flotando; y errores posturales cuando el astronauta sale de la órbita y hay incapacidad para estar completamente erguidos.

Ana Karen Vázquez Zacatenco, estudiante de la FM e integrante del grupo SUMAe, se refirió a algunos efectos cardiovasculares. “En microgravedad, nuestro sistema cardiovascular, formado por corazón y vasos sanguíneos, va a remodelarse para que toda la sangre sea capaz de llegar a todo el cuerpo y que siga funcionando como debe ser para mantenernos vivos”, señaló.

“En estado de microgravedad, la sangre y todos los fluidos del cuerpo van de las piernas y el abdomen hacia el corazón y la cabeza, lo que provoca que las caras de los astronautas se hinchen, que el corazón tenga una sobrecarga y que la presión de los vasos sanguíneos aumente”, explicó.

Otra alumna del grupo, Cynthia Altamirano Manrique, se refirió al sistema óseo, y dijo que los astronautas experimentan debilitamiento de los huesos por la pérdida de la masa ósea, que predomina en la parte media-baja del cuerpo.

“Los astronautas pueden perder entre el uno o dos por ciento de su masa ósea total, haciendo que el calcio que no está en los huesos se vaya a la sangre y se acumule en el riñón.”

El profesor Alejandro Hernández Chávez dijo que estos cambios drásticos en los organismos de los astronautas tienen también procesos de adaptación al volver a casa, tras un primer momento en un ambiente de microgravedad o expuestos a la radiación cósmica. Algunos son tangibles, como cuando se compararon dos gemelos, uno de los cuales estuvo en la Estación Espacial Internacional, y a su regreso medía casi cuatro centímetros más, algo que la gravedad se encargó de volver a poner en su sitio”, finalizó.

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