MURAL MEZCLA DE SENCILLEZ FORMAL Y LUJO MATERIAL

Carta geométrica (2007). Foto: Juan Antonio López.

C   arta geométrica (2007) representa cabalmente la forma en que la obra pública se distingue de cualquier otra producción de Vicente Rojo por la transparencia y exactitud de su diseño, la inclinación por la geometría como un valor esencial no sólo del arte sino de la cultura en general, y por la expectativa de que la obra tenga, por la vía de un cierto anonimato, una condición autónoma incluso frente a su productor. Creada con motivo de los 50 años del Instituto de Ingeniería, financiada por el conglomerado de ICA (Ingenieros Civiles Asociados) y develada en la postrimería del rectorado de Juan Ramón de la Fuente, el 31 de agosto de 2007, este relieve de un poco más de cinco metros de largo por un poco más de dos metros de alto, aparece también en un momento de transición para Vicente Rojo: cuando en su trabajo iba abandonando la serie Escenarios, que había venido realizando desde 1989, y en la antesala de su serie final: Escrituras (2006-2021).

El rasgo más característico de este mural en relieve es la mezcla de sencillez formal y lujo material, al ser realizada por entero en acero inoxidable. El mural escultórico está definido por el efecto armonioso y técnico de unos cuantos elementos: un rectángulo dividido en cinco niveles escalonados, que sugieren lo mismo la barda de una construcción brutalista o el lateral de una pirámide, y la disposición de cuatro hileras de elementos geométricos colocados en un ritmo regular, casi como si cayeran en las líneas de un pentagrama virtual. Estos elementos guardan una cierta progresión en su variación geométrica: el rombo de un paralelepípedo en el renglón inferior, gira hasta hacerse un cubo perfectamente alineado, seguido de una sección de esfera, que culmina, en la línea superior, en una formación de pequeños cilindros. Adherido al muro, con una dimensión no del todo lejana a una pintura de caballete, este es un mural a la vez que un espejo, y una evocación de la exactitud de la técnica ingenieril, pues según declaró en la apertura, Rojo asociaba esas formas básicas al trabajo de los ingenieros (1). La sencillez de la composición tiene una relación estrechísima con la importancia que Rojo atribuía a la geometría: “Veo la geometría como una segunda naturaleza porque nos da sostén: sin ella no habría puertas, ni sillas, ni ruedas. Este hecho la inviste de una riqueza incomparable, única” (2).

Jardín urbano. Foto: Cenart.

Como suele suceder en muchas obras de Rojo, desarrollar una interpretación temática de la obra parece, ante su aparente sencillez, un despropósito. No obstante, es significativo que el título que Rojo escogió, Carta geométrica, le era suficientemente rotundo para suponer que esta sería la cabeza de una nueva serie que llevaría ese “título genérico, aunque con obras de menores dimensiones” (3). Ciertamente, Rojo produjo una serigrafía en una edición de cien ejemplares, en el taller La Siempre Habana, con quien realizó varios libros y grabados (4). Esta obra, sin embargo, no parece ser el inicio de serie alguna, y de hecho Rojo había ya usado el título de Carta geométrica para un cuadro de tonos metálicos y rosáceos, de 2006 (5). Quizá Rojo, en efecto, pensó por un momento que esta sería una obra que marcaría un nuevo hito de su producción, para ser desplazada por la aparición de una serie de signos abstractos, pero con apariencia semiótica, que acabarían dando lugar a la serie Escrituras. Por otra parte, el título de la obra sugiere una cierta resonancia histórica. Carta geométrica es el nombre, un tanto anacrónico, de los primeros mapas con medidas científicas del territorio. En el contexto hispánico, es particularmente importante la Carta Geométrica de Galicia a la que Domingo Fontán dedicó 20 años de su vida, y cuya exactitud sólo ha sido superada por los instrumentos de geolocalización satelital (6). Ciertamente, la palabra “geometría”, que el castellano registra desde el siglo XIII, tiene el significado original en griego de la medida del territorio o la tierra. En qué medida estaba Rojo apercibido de ese referente, es algo que sólo podemos especular.

Las últimas décadas de la vida de Vicente Rojo (1932-2021) se vieron asediadas por el encargo tardío, pero insistente, de obras públicas. Sea por el prestigio que la madurez trajo al diseñador, pintor y editor, o por la coincidencia entre la mezcla de rigor geométrico e inventiva lúdica con materiales, colores y formas, y la aspiración de las instituciones de expresarse en términos de apertura anímica, modernidad estética y claridad formal, Rojo vino a convertirse en un colaborador frecuente de arquitectos, urbanistas e instituciones, en la tarea de decorar plazas, muros y construcciones de todo tipo. El punto de partida de esta nueva faceta de su trabajo, fue la petición del arquitecto Ricardo Legorreta en 1994 para proponer una decoración de muros exteriores del Aula José Vasconcelos del naciente Centro Nacional de las Artes (Cenart), el complejo de escuelas e institutos de arte del Estado mexicano que, de la mano de una variedad de arquitectos, vino a radicarse en una parte de los antiguos Estudios Churubusco. Rojo propuso lo que con el tiempo se ha convertido en un ícono de la institución: Escenario abierto (1994-2000), el telón de fondo con una serie de espejos de agua, de un espacio de usos múltiples, entre ellos el servir de teatro al aire libre, localizado en el corazón del Cenart, y que vino a inaugurarse en el año 2000 como culminación y entrega del complejo. En las siguientes tres décadas, Rojo realizó decenas de esculturas, relieves murales y construcciones, en una variedad de edificios públicos, que incluyen País de volcanes (2003), la famosa fuente central de la Plaza Juárez junto a la Alameda Central, y que culminaron con dos obras mayores en 2019, Versión celeste, un vitral de luces cambiantes en el patio central del Nacional Monte de Piedad, y Jardín urbano, mural en el muro colindante al Paseo de la Reforma del Museo Kaluz, y la fuente del monumento funerario para Octavio Paz y Marie José Tramini, que se inauguró póstumamente en 2022 en el Museo de San Ildefonso.

Escenario abierto. Foto: Cenart.

Ciertas condiciones unen esas diversas obras, en una clara diferenciación de las series pictóricas que fueron el principal objeto de la producción de Rojo en su estudio. En primer lugar, la obra pública de Rojo, debido a que fue producto de una comisión y se realizó con el apoyo de ingenieros y operarios técnicos, contrasta radicalmente con la manera en que Rojo entendió su pintura como un proceso en gran medida no planeado, y dependiente del trabajo cotidiano, en que por medio de una serie de destrucciones arribaba, finalmente, a un conjunto de obras armonizadas entre sí (7). El trabajo escultórico y de intervención arquitectónica de Rojo está en cambio definido por un diseño que el artista entregaba a sus colaboradores para ser materializado de acuerdo a un proyecto definido con gran detalle. Como el artista atestigua en sus textos reunidos en Diario abierto, Rojo estaba perfectamente consciente de esa diferenciación, que asumía con la trepidación de verlo como un reto:

Para pensar en la escultura no tengo la posibilidad que me da la pintura de alterar su proceso; tengo que abordarla, dentro de lo posible, con una idea más precisa del resultado al que quiero llegar. Es un camino más riesgoso, y eso lo hace muy atractivo, en particular si es una obra pública, de grandes dimensiones (8).

En ese sentido, las obras públicas de Rojo tienden a comportarse de modo análogo a su trabajo editorial: como la provisión de un diseño a ser realizada por otros operarios.

País de volcanes. Foto: Museo Memoria y Tolerancia.

1. Arturo García Hernández, “Develan escultura mural de Vicente Rojo en el Instituto de Ingeniería”, La Jornada, sábado 1 de agosto del 2007. https://www.jornada.com.mx/2007/09/01/index.php?section=cultura&article=a07n1cul

2. Vicente Rojo, Diario abierto, México, Ediciones Era-El Colegio Nacional-Universidad Autónoma de Nuevo León, 2013, p. 34.

3. García Hernández, op. cit.

4. El taller la tiene clasificada como ROJ116. https://www.lasiemprehabana.com/collections/ vicente-rojo/products/vicente-rojo-mexican-art-geometrica-carta-silkscreen

5. Ver: Vicente Rojo, Puntos suspensivos. Escenas de un autorretrato, México, El Colegio Nacional- Ediciones Era, 2010, p. 355.

6. “Carta Geométrica de Galicia”, Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Carta_Geométrica_de_Galicia

7. Para un análisis de los métodos de producción de la pintura de Vicente rojo, ver: Cuauhtémoc Medina, “La letra como residencia”, en Vicente Rojo. Casa de Letras, México, UNAM, MUAC, Estación Indianilla, 2015, p. 13-29. El texto ha sido reproducido en línea por la revista Nexos: “Vicente Rojo: la letra como residencia”, en Nexos, marzo 2021, México, https://cultura.nexos.com.mx/vicente-rojo-la-letra-como-residencia/

8. Diario abierto, op. cit, p. 31.

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