Música y sonoridad en el México prehispánico

Cristina García Islas, profesora de la Facultad de Música, rescata objetos sonoros antiguos

Es imposible saber cómo era la música prehispánica pues no hay registro de alguna notación de la época, si es que acaso existió. Lo que sí se conserva son unos cuantos objetos sonoros que pueden someterse a examen para luego ser replicados y usados, incluso, en orquestaciones modernas.

Cristina García Islas, profesora de la Facultad de Música, ha dedicado los últimos años a rescatar estos objetos del México antiguo, estudiarlos y componer música orquestal que los incluya.

Como parte de la Cátedra Extraordinaria Arturo Márquez en Composición Musical, impartió la conferencia en línea Sonoridades del México Prehispánico en la Orquestación Moderna, para compartir parte de su trayectoria, hallazgos y exponer sus trabajos orquestales.

Durante la charla dijo que, antes que instrumentos musicales, éstos deben concebirse como objetos sonoros. “En la antigüedad, las personas trataban de imitar a los animales que estaban alrededor o, incluso, alejar a algunos. Había ciertos ruidos que podían imitar, que ayudaban a la caza o a la relajación. ¿Qué quiero decir? Que la idea de la música que nosotros podemos tener, que si son un instrumento musical, que si se tocan bonito, pues eso no existía en la antigüedad, ni en Mesoamérica ni en el resto de México. Lo que había era el sonido por sí mismo y el sonido como imitación de la naturaleza o de cosas sobrenaturales, pues hay que recordar que estas culturas eran muy espirituales”.

Fue en la Universidad de Montreal, donde cursó la maestría y el doctorado en Composición, cuando García Islas se interesó por objetos sonoros de diversas culturas prehispánicas. Su tesis de doctorado es conocida por ser la primera en composición musical con modelos de artefactos sonoros del México antiguo. Flauta Tezcatlipoca, ocarina camaleón, trompeta maya, caracol sonoro y, su predilecto, silbato de la muerte, fueron materia de indagación y con los cuales ha creado piezas que se han interpretado en nuestro país y en el extranjero.

Cristina García.

Y es que García Islas aprovecha la riqueza tímbrica de los objetos para construir obras de concierto modernas y originales. Ejemplo de ello son El Evangelio de Judas y Nahui Ocelotl, en las que integra el denominado silbato de la muerte, usado en la antigüedad para alejar las malas energías de una persona sacrificada. “Este instrumento en la orquestación moderna da carácter, carácter de textura, de ruido, que incluso con notas repetidas nos puede ayudar a apoyar a otros instrumentos”, explicó.

García Islas rindió homenaje a Roberto Velázquez Cabrera y Gregorio Cortés Vergara. El primero de ellos fue ingeniero y el segundo investigador y artesano, ambos conocedores de los objetos sonoros del México prehispánico. Gracias a ellos se han podido replicar para luego ser usados por los intérpretes de las obras de la autora.

Como compositora ha participado en festivales y simposios internacionales como el Contemporary Encounters by Meitar Ensemble, en Israel; el International Summer Course for Composers Synthetis, en Polonia; el Festival Internacional de Músicas Nuevas de Montreal y el Festival Nuit Blanche, en Canadá; el Festival Loop6, en Bélgica; el Festival Cultural de Mayo y el Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez, en México. También ha sido invitada a París y Canadá como conferenciante.

Silbato maya antropomorfo proveniente de Jaina, Campeche. Foto: MNA- INAH-CANON.

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