Necesario valorar aportaciones de las ciencias sociales

Las investigaciones que recibieron mayor financiamiento fueron aquellas dirigidas a conocer los aspectos epidemiológicos y biosanitarios, así como las enfocadas a generar vacunas

Las universidades adecuaron el proceso de enseñanza-aprendizaje.
El aislamiento social como una de las medidas sanitarias más adoptadas durante la pandemia de 2019 implicó una disrupción en las dinámicas de la población y de las instituciones, lo que contrajo implicaciones políticas, económicas, del cuidado de la salud y educativas, consideró Miriam de la Cruz Reyes, académica de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).

Las universidades se tuvieron que adecuar a pasar de lo presencial a lo virtual en el proceso de enseñanza-aprendizaje, mientras que las labores de investigación y de extensión quedaron en suspenso, señaló la doctora en Educación.

Al participar desde la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Mérida de la UNAM, en el XXXIII Congreso Latinoamericano de Sociología Alas México 2022, dentro del Grupo 1 dedicado a analizar Ciencia, Tecnología e Innovación, la especialista destacó que no todas las instituciones de educación superior cuentan con el mismo capital de investigación y desarrollo, y mientras algunas se concentraron en crear grupos de trabajo para apoyar la vigilancia epidemiológica, otras, y en general el campo de la educación, tienen pendiente generar conocimiento para prever y mitigar los efectos de la pandemia.

En la ponencia Política científica y desigualdad en el contexto de la pandemia, de la Cruz Reyes comentó que dicho suceso dejó en claro que la relación con la naturaleza es un problema social, y que las jerarquías entre las disciplinas son evidentes, pues las ciencias sociales han tardado en consolidarse, aunque deben valorarse sus aportaciones.

Academia y desigualdad

Al estudiar diferentes disciplinas en tiempos de pandemia, la académica y sus colegas de la UAEM percibieron que muchos profesionistas confiaban en que la pandemia duraría poco, y ésta los obligó a salir de una burbuja para sentir pánico y miedo. “No estaban preparados en ningún sentido, improvisaron su lugar de trabajo en casa, lo que resultó estresante y con una sensación de pérdida de tiempo”, precisó.

En general, la producción científica se dificultó, especialmente en las áreas no vinculadas con el sector salud, que vieron reducida su capacidad de investigación en un 40 por ciento y se concentraron en temas teóricos.

En tanto, las revistas de alto impacto decidieron que los artículos sobre Covid-19 serían publicados en acceso abierto para beneficio de la comunidad académica, incluso disminuyeron los tiempos de arbitraje, detalló.

Entre los resultados de su trabajo, de la Cruz Reyes y sus pares encontraron que las investigaciones que recibieron mayor financiamiento fueron aquellas dirigidas a conocer los aspectos epidemiológicos y biosanitarios, así como las enfocadas a generar vacunas.

“El campo de la Medicina se enfrentó a presiones sociales, políticas y económicas, lo que obligó a buscar y obtener respuestas en el menor tiempo posible, poniendo en cierto riesgo a los marcos ético y científico que rigen las investigaciones con seres humanos”, indicó.

En tanto, en las ciencias sociales los investigadores intentaban sobrellevar esta coyuntura, algunos de ellos quedaron paralizados durante la pandemia y dejaron en pausa sus proyectos de investigación; mientras que para otros su trabajo se vio dificultado por el aislamiento.

Estos académicos, agregó, tuvieron que virtualizar instrumentos y llegar a la población de forma diferente, por lo que vieron a las tecnologías de la comunicación como la oportunidad de contacto.

Entre sus conclusiones, la ponente resaltó que hacer ciencia en las universidades públicas estatales implica trabajar en condiciones de desigualdad, a pesar de las diferencias jerárquicas en los campos disciplinarios.

En ese sentido, los investigadores se enfrentaron a una posición marginal durante la pandemia, consideró.

La desigualdad entre los campos disciplinares se agudiza por las condiciones financieras de las universidades públicas, finalizó la investigadora.

También podría gustarte