No hay evidencia científica de vida extraterrestre

Julieta Fierro y José Franco, del Instituto de Astronomía, piden que se reflexione el tema dentro del ámbito de la ciencia

Ilustración: Andrés Otero.

Desde la antigüedad, la humanidad ha observado la inmensidad del cielo y se ha preguntado: ¿estamos solos en el Universo? La ciencia está abierta a la búsqueda de vida extraterrestre, pero hasta el momento no se ha detectado alguna evidencia científica de su existencia, afirmó Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM.

“Los astrónomos somos los primeros en monitorear los cielos todos los días, no sólo por los peligros estelares (que nos caiga un meteorito o asteroide y nos extinga), sino para descubrir cualquier objeto”. Al día de hoy, no se ha observado ningún objeto volador de vida inteligente, añadió en entrevista la académica universitaria.

A finales del siglo XX se descubrieron los planetas extrasolares; es decir, planetas que se encuentran fuera del sistema solar. Este hallazgo modificó la búsqueda de vida extraterrestre.

No sólo se empezó a explorar Marte, que es un mundo semejante a la Tierra, pero rocoso y con agua congelada, sino que se buscó en los planetas extrasolares.

Exoplanetas

A finales del siglo pasado, unos jóvenes suizos pidieron prestado un telescopio (que ya estaba por descontinuarse) a Francia. Midieron los movimientos de unas estrellas y se percataron que ondulaban sus trayectorias, se movían de un lado a otro y luego de arriba abajo, continuó.

Esto les permitió descubrir planetas extrasolares, suceso que fue una conmoción en la reunión de la Unión Astronómica Internacional, que se realiza cada tres años. “Primero, los jóvenes dieron una conferencia en un auditorio ‘pequeñito’ y se llenó, luego les pidieron repetir la plática en un auditorio más grande que de nuevo se abarrotó. Desde ese momento todo cambió, cientos de telescopios en todo el mundo comenzaron a buscar planetas extrasolares, incluso se construyeron sondas espaciales para este fin”.

Ahora, los astrónomos pueden estudiar cuando un planeta pasa delante de su estrella y observar su luz. Con esto logran ver la atmósfera que hay en algunos planetas extrasolares.

Actualmente, precisó, se han detectado más de 5,000 planetas fuera del sistema solar. En el caso de México, tenemos el telescopio robotizado SAINT-EX (llamado así en honor al autor de El principito) y que está conectado a una red de telescopios del mundo para la búsqueda de vida extraterrestre.

En los primeros descubrimientos se encontraron planetas con anillos, iguales que Júpiter, incluso podrían tener satélites cómo Europa, con agua. La posibilidad de otros mundos en el Universo se ha multiplicado.

El telescopio James Webb, que fue planeado hace 30 años para estudiar los objetos más alejados, abundó, fue modificado para estudiar las atmósferas de los planetas extrasolares que podrían tener trazas de vida y de vida inteligente.

La búsqueda

Si hubiera una civilización como la nuestra, utilizarían agroquímicos que cambiarían la composición química de la atmósfera. Esto es lo que se busca en los exoplanetas, pero hasta el momento no se ha encontrado, indicó Julieta Fierro.

Alrededor de las estrellas enanas rojas es donde más se busca vida extraterrestre. “En primer lugar, porque son las más abundantes, hay muchas cercanas al sistema solar y viven millones de veces más que el Sol (lo que permitiría el desarrollo de la vida inteligente). Sin embargo, hay grupos científicos que afirman que en caso de existir vida inteligente en algún otro sitio del Universo, no querrían comunicarse con nosotros, porque saben que no somos una especie pacífica”.

Extremófilos

En México, Rafael Navarro, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, ya fallecido, se dedicó a estudiar los extremófilos, que son organismos que pueden vivir en condiciones extremas, señaló la especialista.

“Por ejemplo, tomó muestras de la punta del Pico de Orizaba (la montaña más alta de México) y encontró organismos que viven debajo de las capas de hielo. También exploró las cuevas del sureste de México donde hay agua, pero nunca llega el sol. Ahí encontró organismos que viven a base de azufre y no necesitan radiación solar para vivir.”

Navarro estaba interesado en encontrar vida en otros planetas, “por eso colaboraba con la NASA. Debido a sus avances científicos, una montaña de Marte lleva su nombre”.

En nuestro país, en las costas de Baja California, recientemente se encontraron en respiraderos termales (ubicados en las profundidades marinas) organismos que hasta hace algunos años se desconocían, explicó. “En otras partes del mundo, también se detectó una serie de microorganismos totalmente diferentes a los que viven en la superficie terrestre”.

Actualmente, se han enviado sondas y robots a Marte para buscar vida, y han encontrado rastros que sugieren que podría haberla en su superficie, aclaró. “Por supuesto, se ha planteado que también podría existir en los satélites de Júpiter y Saturno, que están cubiertos de hielo. Debajo de su superficie congelada hay mares y géiseres que son producto del agua que se filtra por sus grietas, ahí podría haber estos organismos iguales a los que se han encontrado en la Tierra. De hecho, existe la posibilidad”.

Congreso de Estados Unidos

El 26 de julio el piloto retirado de la Marina de Estados Unidos, Ryan Graves, dio declaraciones ante el Congreso de Estados Unidos para argumentar la existencia de vida extraterrestre. Después del revuelo que tuvieron sus palabras se creó un grupo especializado de la NASA para estudiar numerosos testimonios sobre avistamientos.

“Examinaron 800 testimonios que recabaron y desecharon 98 % de ellos porque no tenían sustento alguno. El porcentaje restante no tiene explicación. Sin embargo, eso no significa que se trate de eventos causados por formas de vida de otro planeta”, puntualizó José Franco, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM.

Esto implica que los estudios científicos rechazan de forma contundente las supuestas pruebas que demuestran la vida fuera del planeta. “De hecho el comité de expertos deja claramente asentado que no hay evidencia alguna que estos eventos sean de tipo extraterrestre”.

Para el universitario también es importante analizar en qué circunstancias se tomó la decisión de comenzar un grupo que específicamente estudia testimonios de avistamientos. El planteamiento tuvo lugar en el Congreso de Estados Unidos y mediante las reglas establecidas del lugar, siguen una metodología organizada. Asimismo, no se llegó a una conclusión apresurada, más bien se registró como un antecedente del planteamiento. Además, “la intención era crear un impacto hacia las instituciones de Estados Unidos, en particular la NASA, que decidió hacer un grupo dedicado a estudiar desde la perspectiva científica este tipo de fenómenos”, agregó Franco.

Perspectiva científica

El investigador de Astronomía también aclaró que este tipo de supuestos hechos deben ser planteados por científicos y analizados por científicos. “Lo relevante de cualquier descubrimiento o de cualquier planteamiento novedoso que se haga es evaluar lo que se dice y lo que se plantea mediante expertos sobre el tema”.

De esta forma, “cualquier proceso científico es evaluado por sus pares, por ejemplo, los adelantos en biología serán evaluados por biólogos y biólogas, mientras que los de la rama de la física serán a su vez comprobados por físicos y físicas. De no pasar por esta verificación el conocimiento pierde sustento, además no podrá tomarse como verdadero”.

Este tipo de discusiones en espacios de toma de decisiones de los países no hacen más que crear confusión y no beneficia en lo absoluto a la ciencia. Otro ejemplo de ello es la discusión que se llevó a cabo el 12 de septiembre en la Cámara de Diputados en México, en la que se mostraron Momias de Nazca como supuestos restos no humanos. “No es algo que le convenga a la astronomía y en el caso de México todo se queda en el aire, en palabras y demostraciones incoherentes”, finalizó José Franco.

Si alguno de estos días se te ocurre mirar al cielo con detenimiento te podrás encontrar con estrellas, planetas, satélites artificiales, drones, resplandores, globos aerostáticos o metálicos, estelas de cohetes, estrellas fugaces, halos solares y, si tienes mucha suerte, hasta la Estación Espacial Internacional.

“Si miras al cielo nocturno y notas luces que parpadean, claramente son aviones lejanos, pero si además éstas se mueven en diferentes direcciones y velocidades entonces estamos hablando de drones”, explica René Ortega Minakata, encargado de Divulgación y Comunicación de la Ciencia en el Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM.

De acuerdo con René Ortega, en las ocasiones que el cielo se encuentra nublado o seminublado pueden visualizarse resplandores que son reflejos de las luces de edificios, espectáculos o anuncios publicitarios. Sin embargo, “si durante el día observas luces muy brillantes, podrías estar viendo satélites naturales. Existen los Iridium que tienden a reflejar el Sol en algunos espacios específicos, como si fuera un flash”.

Los globos aerostáticos y los metálicos también se aprecian en el cielo, puntualiza. Los primeros reflejan luz de forma similar a los satélites Iridium, y ambos pueden llevar instrumentos meteorológicos para medir temperatura, partículas suspendidas, velocidad del tiempo o la radiación solar.

Otras cosas que podemos encontrar son las estelas de los cohetes que son lanzados al espacio, ejemplifica el especialista. “En particular las naves de empresas: Space X, Virgin Galactic y los cohetes Boeing suelen dejar estelas vistosas en sus sitios de lanzamiento”.

Asimismo, “son visibles las estrellas fugaces, que son pequeñas rocas espaciales que entran a la atmósfera donde se desintegran y producen un haz de luz que se ve como una línea que cruza el cielo”.

Los fenómenos relacionados con el Sol también son visibles, por ejemplo, los halos solares o pilares luminosos, en algunos casos son muy notables y duraderos.

Por último, el experto refiere que existen objetos que se clasifican como objetos sin identificar como: aplicaciones militares, drones, aviones, globos o podría tratarse de algo más, “porque estos artefactos suelen estar clasificados; es decir, que la información es un secreto y no hay manera de saber si hay objetos extraños”.

Perla Chávez

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