Homenaje póstumo en el IGg

“No podemos entender la geografía mexicana sin Atlántida Coll-Hurtado”

Fue recordada por colaboradores, amigos y familia

Foto: archivo Gaceta UNAM.
María Francisca Atlántida Coll Oliva de Hurtado es un parteaguas en la cartografía de México, pues su trabajo fue determinante para que ésta pasara de ser descriptiva a una geografía verdaderamente analítica y científica, que identificaba problemas y sus causas en el territorio, recordaron colaboradores, amigos y familia durante el homenaje que le rindió el Instituto de Geografía (IGg), luego de su partida en noviembre de 2022.

Manuel Suárez Lastra, director del IGg, agradeció a la comunidad, reunida en el Auditorio Geógrafo Francisco Díaz Covarrubias, su presencia para recordar a la amiga, maestra, experta, investigadora y apasionada en la ceremonia Atlántida Coll-Hurtado: de los colores del mar, el Alsina y de la Terra Ignota.

“No podemos entender la geografía mexicana sin Atlántida. Tenía una perspectiva distinta. Le entregaba artículos o capítulos de libros sobre los cuales estaba trabajando y me hacía alguna observación de algo que era completamente distinto a la forma en la que yo lo había pensado, y siempre era muy atinada. Tenía una comprensión impresionante acerca del territorio, la distribución de los fenómenos y cómo interactúan”, recordó Suárez Lastra.

Irasema Alcántara Ayala, investigadora del IGg y una de las organizadoras del homenaje, comentó que después de la Guerra Civil española la geógrafa Josefina Oliva i Teixell y el abogado Antonio Coll Maroto –ambos originarios del país ibérico– fueron protagonistas de una de las tantas historias cuyo derrotero trajo al territorio a una gran geógrafa mexicana.

Eulalia Ribera Carbó, del Instituto de Investigaciones José María Luis Mora, la recordó como hija de la célebre maestra Josefina Oliva i Teixell, y que por las dramáticas coyunturas históricas relacionadas con el fascismo en el siglo XX nació en Dakar (Senegal) en 1941. “Era hermosa y geógrafa, era todo lo que sabía cuando llegué a la Facultad de Filosofía y Letras para empezar la carrera. Pronto la conocí y fue Atlántida quien nos dio la bienvenida al mundo de la investigación científica, y nos dijo que si éramos aficionados a la literatura, si leíamos novelas y poesía seríamos, sin duda, mejores geógrafos”, expresó.

María Teresa Sánchez Salazar, investigadora del IGg, narró que compartió con Atlántida 43 años de su vida personal y académica. “Confieso que nunca pude hablarle de tú por el respeto y admiración que siempre le tuve. La vi como una figura académica gigante, una gran personalidad, pero con mucho cariño. Queridísima teacher: gracias infinitas por el enorme legado, de sabiduría y conocimientos, que nos deja a las generaciones actuales”.

Josefina Morales Ramírez, académica del Instituto de Investigaciones Económicas, recordó que en una visita a Cananea, un abogado del sindicato minero, amigo suyo, observó un camión de materiales que tenía escrito el nombre de “Atlántida”, y era así como los trabajadores recordaban su visita.

José Luis Palacio Prieto, investigador del IGg, rememoró que “como director de este Instituto invariablemente conté con su apoyo y sugerencias sin eufemismos, que es algo que se debe agradecer. Siempre me dijo las cosas como eran, no me decía lo que yo quería escuchar; sino lo que me hacía falta”.

Ana García Silberman, investigadora del Centro de Investigación y Estudios Avanzados Mérida, definió a la destacada geógrafa como una líder académica que abrió múltiples campos de estudio. “Ella trajo a Pierre George varias veces; hacía las traducciones y, sobre todo, nos puso a estudiar. Siempre era la consejera, la que nos enseñaba, explicaba y ponía frente a autores y retos, construyendo todo el tiempo una relación de amistad”.

En los últimos años, junto con Juan Córdova Ordoñez, de la Universidad Complutense de Madrid, se dio a la tarea de realizar análisis comparativos del impacto del turismo en los territorios adyacentes, especialmente de los efectos en la población.

Coll-Hurtado, como también se le conocía, fue distinguida con la Medalla Benito Juárez al Mérito Geográfico, en 2002, que otorga la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; recibió el Premio Internacional de Cartografía en 2009, del Instituto Panamericano de Geografía e Historia de Estados Americanos; el Premio Internacional de Geocrítica, en 2014, por la Universidad de Barcelona (España); y la UNAM reconoció su labor en 2005, 2012, 2017, al entregarle la Medalla Sor Juana Inés de la Cruz, investigadora emérita y nombrarla doctora honoris causa.

Finalmente, sus hijos Luis y Antonio Hurtado Coll agradecieron al IGg, a sus trabajadores, amigos y colaboradores por ser parte de la historia de su familia. “Gracias por haber sido tan importantes para mi mamá y haberla recibido con el cariño que nos mostraron siempre en este Instituto”.

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