Observatorio Teatral: una luz en medio del caos

Iniciativa para ayudar a mejorar la situación del arte escénico derivada de la pandemia

Fotos: cortesía Daniel González.

El momento más álgido de la pandemia ha dado, entre tanta adversidad, buenos frutos. Del cierre de salas, el paro en seco de producciones artísticas, el desempleo y la incertidumbre que se apoderó de la comunidad cultural surgió la necesidad de evaluar la situación con datos duros para hacerle frente en el presente y el futuro. Así nació el Observatorio Teatral de la UNAM, un proyecto permanente de investigación en torno a las artes escénicas que tiene el objetivo de generar información de interés para el gremio y ponerla a disposición del público. “Necesitábamos compartir las dudas y ver qué decisiones gremiales se debían tomar. Apareció la necesidad de generar un conocimiento común sobre lo que sucedía; era importante observarnos juntos y desarrollar estudios especializados”, explicó Juan Meliá, director de Teatro UNAM, instancia impulsora de esta iniciativa.

“Vimos que de teatro no teníamos datos suficientes. Los estudios del INEGI sobre el sector cultural, como la Cuenta Satélite de la Cultura, que mide el impacto económico de las industrias del ramo, o el Módulo sobre Eventos Culturales Seleccionados, que analiza la afluencia de públicos, dan una vista parcial”, comentó. Falta información con otros enfoques más detallados para comprender el comportamiento del gremio teatral nacional, desde salas y producción hasta públicos o formas de contratación de personal y financiamiento en los sectores público, privado e independiente.

Algunos resultados

El primer fruto de este proyecto es el estudio Operación de los Espacios Escénicos en México, que se basa en una encuesta realizada entre diciembre de 2020 y septiembre de 2021, y difundida entre más de 700 teatros. El resultado fue una panorámica sobre 105 recintos en el país: 68.6 por ciento operan con recursos públicos y 31.4 por ciento son privados; 43 de ellos están ubicados en Ciudad de México.

A partir de una exploración temática (espacio escénico, administración y recursos humanos, programación, infraestructura, difusión, medios y públicos y datos estadísticos) fue posible saber que casi 60 por ciento de los teatros independientes renta su espacio. “Esto pone en riesgo su supervivencia porque tienen que generar recursos para renta y programación”, advirtió Meliá, y observó que cuando no se tiene acceso a recursos públicos, se requieren diversas fuentes de ingresos.

“Es interesante ver que muchos de los teatros, sobre todo independientes, viven de la taquilla y –en menor medida– del patrocinio y que en general las becas y apoyos están enfocados a los proyectos y creadores, pero no se beneficia de forma directa a los foros. Sería deseable que también hubiera apoyos para salas, que pudieran mejorar su infraestructura”.

También fue posible saber, por ejemplo, que la mitad de los trabajadores de fijo en este universo no tiene acceso a derechos laborales básicos y menos de la mitad de los espacios está en posibilidades de proporcionarlas, que sólo 6.7 por ciento de éstos asegura contra accidentes al personal técnico y apenas a 3.8 por ciento le brinda gastos médicos mayores, y que más de 60 por ciento de los recintos carecen de seguros contra accidentes para el público.

“Vimos que hay una gran cantidad de teatros públicos que no ponen obras en temporada, y que hay suficiente público si se desarrollan proyectos de fidelización, de desarrollo y formación de públicos; aún estamos muy atrás”, detalló.

“Estamos muy agradecidos con quienes respondieron, pues era un cuestionario complejo, de más de 50 preguntas que involucraban a diversas áreas, y así pudimos obtener un panorama de cómo operan los teatros públicos e independientes, de los más pequeños a los más grandes en diversas regiones del país, con tablas cruzadas y cruce de variables. Obtuvimos información de mucha calidad”.

“Estos datos están abiertos para que otros investigadores puedan retomarlos y trabajar con ellos”, dijo el director. Hay un informe metodológico, un informe gráfico y un análisis estadístico de tablas cruzadas específicas entre teatros públicos e independientes, así como un primer análisis.

“También lo ofertamos sin costo y con cita, para que los investigadores tomen información y saquen sus cruces y estudios, lo cual nos ilusiona muchísimo”.

Meliá rehusó describir este proyecto como el primero en su tipo en México por una razón: considera que la labor que realiza es lo más relevante. “Se hace porque estamos en medio de una emergencia, la pandemia nos ha puesto en crisis, estamos haciendo cosas con valor colectivo: esto nace con el trabajo de muchísima gente, especialistas que han desarrollado encuestas o que se han tomado el trabajo de reunir la información; el procesamiento de los datos tiene un enorme valor. Es necesario y por eso es importante”.

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