Obtiene equipo de la FQ patente de trazador químico

Fue diseñado en la Unidad de Servicios para la Industria Petrolera

Foto: cortesía FQ.

Un equipo de académicos de la Facultad de Química (FQ) logró, a través de la Unidad de Servicios para la Industria Petrolera (USIP) de esta entidad, la patente de un trazador químico diseñado especialmente para el mapeo de yacimientos petroleros mexicanos. Para este desarrollo, la FQ realizó diversas pruebas de campo en estos depósitos, lo cual la posiciona como la primera institución educativa del país en hacer este tipo de trabajo.

Este grupo está integrado por Fernando Barragán, colaborador de la USIP y responsable técnico del proyecto; Simón López, jefe de la USIP y tecnólogo en el proyecto, y Margarita Romero, quien coordina el área de química Orgánica de la USIP, así como por los colaboradores Luis Enrique Díaz (campo y simulación), Luis Cervantes (polímeros), Roberto Cañas (analítica) y Griselda Martínez (caracterización de fluidos).

En entrevista, Fernando Barragán explicó que este proyecto, en el que se tuvo el desarrollo del trazador, tiene como propósito atender la demanda planteada por Petróleos Mexicanos (Pemex) de inyectar agentes químicos álcali-surfactante-polímero (ASP) en el campo Poza Rica, en Veracruz. Este trazador aporta información fundamental del yacimiento que permite un diseño óptimo del proceso de recuperación mejorada ASP.

Se busca “desarrollar tecnología para incrementar el factor de recuperación de aceite en el yacimiento Poza Rica, uno de los campos maduros mexicanos, que en la década de 1930 fue el quinto más grande en el mundo. Actualmente, cuenta con cerca de 70 por ciento de petróleo original, que ya no es posible extraer con tecnologías convencionales”.

Uno de los puntos fundamentales es conocer cuál es la configuración al interior del yacimiento –en términos de los canales de alta conductividad o fractura donde fluye el hidrocarburo–, en las profundidades de los depósitos, que en este caso es de 2 mil 500 metros de profundidad.

Para recuperar la producción, la estrategia seguida desde principios de la década de 1950 ha sido la inyección de agua. En una primera etapa se utilizaba agua del río Cazones, pero ahora ya se emplea la propia agua del yacimiento, que se produce y recicla, y se restituye en una reinyección buscando desplazar el aceite: “La producción de los pozos tiene un alto contenido de agua, y se busca que éste disminuya y se incremente la cantidad de petróleo en los pozos productores”, agregó.

Simón López precisó que la finalidad de esta línea de investigación es desarrollar procesos para extraer la mayor cantidad de hidrocarburos entrampados en el medio poroso del subsuelo. En el proyecto, añadió, se han elaborado productos químicos como tensoactivos, polímeros y geles con la función de empujar el aceite a los pozos productores. El yacimiento en donde se trabaja es complicado, porque existen canales creados a través de los años por la inyección de agua.

Con esta técnica, abundó, se mide la concentración de esos trazadores a la salida de los pozos; el tiempo en que tardan y la forma como salen da idea clara de cómo está la heterogeneidad en el yacimiento: “Son nuestros ojos para caracterizar estos canales, como una antesala para definir los siguientes pasos, entre ellos el orden en el que se deben inyectar nuestros productos químicos: geles, polímeros y tensoactivos”.

Al hablar sobre su trabajo en el proyecto, Margarita Romero apuntó: “Nos dieron las características que necesitábamos de un trazador: soluble en agua (principalmente), que no afectara ninguna de las propiedades del aceite (las interfaciales) y, en conjunto, se diseñó la molécula, la cual es una sal cuaternaria que contiene un sustituyente fluorado. Una característica es que fuera inocuo para el medio ambiente y fácil de hacer”.

En tanto, Roberto Cañas indicó que el trazador es una sal de amina cuaternaria que desde el diseño de la molécula se concibió para que fuera fácilmente cuantificable a concentraciones pequeñas: “Se desarrolló en la USIP con metodologías analíticas, basadas en cromatografía de líquidos y espectrometría de masas, que permiten la cuantificación de estos trazadores de alrededor de 100 partes por trillón; la técnica es bastante sensible”.

Por su parte, Luis Enrique Díaz confirmó que el trazador desarrollado en la USIP se inyectó en el yacimiento Poza Rica con el objetivo de identificar la comunicación hidráulica que existe entre un pozo (el de interés del proyecto), con algunos pozos monitores localizados a su alrededor, aproximadamente a 800 metros.

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